LA MAGIA DE BALTASAR
Era necesario atravesar el bosque. El camino a la hacienda siempre fue complicado, más aún, si alguien camina con los pies descalzos porque las alpargatas se han quedado rotas, inservibles, a menos de la mitad del camino. Se hace tan largo, que de pronto el día se marcha para que la noche se venga encima. Pero se vuelve más difícil todavía, cuando quien se desplaza con sus…