El impacto de tu silencio.
Me robaste la mente al pronunciar tu nombre, me salpican tus dedos y quedo humedecido no hay propiedad mayor, la de sentirse hombre, que reclamar la fuerza de todos mis sentidos.
Baja del último aliento cuajado por tu tacto, se apropia de mí, de mi piel y de mi alma, y descarga sobre mí su más mortal impacto con cuya posesión toda mi atención reclama.
Quiero verte,…