Acaso me enamoré de un sinverguenza que tuvo la osadía de violar mi corazón, para luego abocar sentir en una ofensa; pero te equivocaste, se acabó la ilusión Pensaste que sería un designio; acémila por sumisión, convertida en una esclava vaciando mi sentir hasta volverme águila y sanar las heridas, mientras te amaba Te creíste mi dueño, acabando el sueño hasta robaste la rosa, guardada intacta…