Fue un golpe certero el beso de Demián

a mi adolescencia,

un remanso el abrazo de Sidharta

en mi adultez,

un abismo de luz y entropía,

de sombra y certeza,

el camino de ese lobo estepario

de nuevo en mi vejez, con mi pose de actor

con sombrero, y un juego de abalarios

que escapa a las leyendas teutonas,

por donde vas entrando y saliendo

como un solitario

en la mansedumbre de una lámpara.



Nosotros, los de…

Pearl, de niño te leía

pues por la casa de mi padre

vivían quizá dos de tus libros, quizá tres;

a veces no sabía que eras mujer,

¿si norteamericana o china? – no sabía -,

poco entendía del este o del oeste,

poco de la sabiduría de aquel oriente,

pero tu voz andaba por mi casa,

sencilla y…

Había una vez un pájaro. Dios mío.



Sabía que ladraba en los periódicos



y piaba bendito



amando a los cercanos.







Había una vez…mami,



un cuento de sífilis sin cura,



un mágico ungüento, tramal,



¿para qué?,



si había una vez una rama



para que el pájaro cantara.



Si había una nube y una raíz



que se correspondían



como las gotas que son tus ojos…

Dicen que estabas en pijama

una noche cualquiera cuando nombraron

tu nombre en la estación del triunfo,

pero siempre eras el poeta desconocido

de un 27 abrupto, de una calle cualquiera

de Madrid o Barcelona, y tus labios

se hendían como espadas en la noche,

balbuceando tus íntimas veladas,

y eran belfos tus versos y aspavientos,

ensoñaciones de…

Yo no hubiese querido que corrieses

a contestar esta llamada:

estabas alertándonos sobre tantas huellas de sangre

dejadas al camino,

siguiendo los rieles de un viaje

que solo tendría destinos

en tu larga cabellera de palabras.

Tú izaste todas las voces de mujer

con un dolor prendido, nos…