Son estos raros símbolos:

mis manos en la noche

interpretando la lúdica comparecencia

del tedio.

Un…

                         Homenaje a Miguel Hernández

Como tu sangre, amapola del alba,

pastor de la espiga, de tanto silbo malherido

por el viento. Como tu sangre,

todo es abrazo, perito en penas,

soldado de la luz serás mañana

cuando amanezca el mundo.

Como tus…

En la sed de mi pueblo, la niña estaba

sustrayendo naranjas en el mercado,

sed entre flores que ayer no más

arrancaron del cielo los vendedores.

Sucia y nos mira, mella en la boca,

hambre que ríe de sus nueve años.

Y en el concreto donde una niña

duerme hacia el viento con sus periódicos,

lectura nueva que se desecha,

sus ojos ciertos entre despojos

sin sospecharlo hieren a Dios.

¡Cómo me duelen…

¿Quién más que se agolpe a su ventana,

un niño, una nariz quizá tan sola

o su sombra equidistante engañando a la niebla?

¿Quién más que cruce la inundada callejuela

recogiendo su embarazo en el húmedo harapo

de su…

Detrás de una historia amaga otra:

una muchacha que lee sobre la hierba

para que el sol se venza en sus caderas.

Una mujer que desata sus cuadernos

de versos inconclusos y celebra los tuyos

encabalgados de súbito ante sus pupilas.

Detrás de una historia viene otra:

Un amor que debemos…

Que los besos se gastan de tanto anunciarlos,

que cuando llegan,

ya probaron la sed del equinoccio,

se pararon en frente de la luna incompleta

y reclamaron silencio

en el telesférico que nos lleva

a la más alta bruma.

Ya no importa. No lo diré más.

Sólo…

TRÍPTICO PARA UN ATARDECER (Segunda y tercera parte)

II

NO UN PECADO

Es nuestro encuentro vespertino

más que el sortilegio dispuesto

para trenzarnos el abrazo.

Es nuestra tarde,…

TRÍPTICO PARA UN ATARDECER

I

NEGACIÓN DE LA NEGACIÓN

Sí. Bien puedes amarme cualquier tarde.

Esperar luego que no se entere nadie,

ni el consorte que acecha

con la presión del…