III PARTE

                                             RELOJ INÚTIL

                                                           Doquiera que hay un hombre

                                                                               hay un reloj inútil.

                                                                                     Julieta Dobles

                                                     …

Te he convocado al delirio

para que ardamos, vespertinos,

una a una en todas las astillas del ocaso.

Te he llamado en mis ansias con la noche,

que en un lago de ternísimas salivas

untes con tu piel mi extensa…

De pie, ante la noche que no ablanda

su lluvia de ansiedades,

abriendo la mano para rozar tu ceguedad,

o postrado

como un orate viejo que perdió su anhelo

a la orilla de piedras fabricadas,

anclado a tu piel que apenas…

                I

Perdona si no pude convocarte.

Ya casi no sé sangrar

y temo que el abrazo duela,

manche,

o torne el corazón contra la aurora.

                 II

No es suficiente mi palabra descalza,

debes andar sobre mi cabeza,

y pisotearla,

y rescatar la…

Abre tus labios, manantial:

Beber en ti rebasa

lo inusitado del amanecer.

Así. Es la estrella desprendida

viajando hacia dentro,

semilla hacia su raíz.

Ahora que te pienso, que te corono

con mi pecho hospitalario,

que convoco las palabras como aves

matutinas

y te elevo adonde nadie jamás…

Anhelo de vaticinios, la mañana.

Con todos mis andares

hoy te espero,

detrás de las barandas del olvido;

no dejes que crezca

el abismo que interpones a tu sed,

ciega enredadera.

Sé total:

No cicatrizará la llama del encuentro,

por él tú sueñas como yo subsisto,

tú tiemblas mientras te recorro,

tú balbuceas cuando ya…

Nada llaga tan hondo

como amar sin destino.

Hoy, bajo la lluvia,

acaso iremos a despertar las flores,

a despuntar las albas

con nuestra voluntad de cierlo.

(Son nuestras manos juntas

traspasando fronteras,

nuestro júbilo de dioses…