Se llevaron al hombre en la cintura, 

y lo depositaron afuera, en el frío.

sobre el silencio de la tierra.

El hombre comprendió que no tenía voces,

que no las encontraba,

que moriría de frío:

y buscó entre sus ojos el recuerdo del calor,

hallando solamente,

los últimos harapos de la noche

ante el vacío.

Buscó entre los bolsillos un recuerdo de su esposa,

de sus hijos;

y encontró todas las raíces…

Mis dedos buscan.

Hay un hálito de luz

y mis dedos se reencuentran

en su eterno señalar.

Un fruto nuevo.

Manos, calle:

 No importa que la herida desentrañe sombras.

Y gritar. gritar:

¡Amo!

Con tanta fuerza en la herida

que deba buscar tus ojos

para abrirme

en la caricia.

De mi libro VIENTO ADENTRO, 1969

COLECCIÓN LÍNEAS GRISES, CÍRCULO DE…

Hay que contemplar la nostalgia,

como llega,

como se apodera de todo,

de la calle, 

de los faroles inmensos

asidos a la oquedad de un pequeño infinito.

Verla llegar,

ocupar nuestros ojos, inclinarlos,

que miren hacia dentro,

que rebusquen entre el vacío

viejos silencios y viejos…

Alguien ha dicho:

                                  - Estoy.

Y se ha quedado de frente contra el viento.

Alguien ha dicho:

                                   - Existo.

Y ha hundido su mano en la tierra 

para descubrir la…

Este es el poema que se llama DUDA, el anterior era SENSACIÓN)

DUDA

No hay dedos buscando su lugar.

Y no tengo manos.

Estoy oscuro, tierra dentro,

y mi sombra no se acaba.

Y no siento de improviso

el contacto de la carne.

No tengo poros, la muerte tampoco recoge mi camisa.

Y no tengo vientre

ni ojos mirándome la entraña.

No tengo siquiera la vaga sensación de ser yo,

con toda la…

Al fondo se abre una pregunta.

La aurora penetra

con una sola luz.

Y el viento golpea amargamente

los cipreses,

y en lo profundo duele,

en la oscuridad.

Con el frío en los dedos;

y la honda pupila

puedes quedar amando

con esa sensación de estar dormido

con tu mujer, a…

Este estar muriendo sin remedio,

sin poder hacer nada...

siquiera colocar los huesos

sobre la eternidad.

Y alguien canta

en la alegre esperanza de los niños,

en la clara sensación de ser un sauce

y olvidarse de todo para siempre.

El frío amarra los cuerpos,

los lleva de la…

Tengo muerte y lo sospecho.

Terrible es sospechar

que al fondo el pan se atraganta

si nadie viene, si nadie trae voces

con olor a siempre.

Nadie se desclava

de las paredes naciendo.

Y es terrible el pan que baja.

Nadie.

De mi libro VIENTO…