A LA GLORIA CELESTIAL
Soneto Hildebrandino con Doble Rima
Es diminuto el quinqué que clarea tu aposento,
ya casi pierde el aliento y sin que sepa el por qué,
la claridad se le fue y aunque me encuentro contento,
en la obscuridad me siento y no porque la busqué.
Quien en lo obscuro se anida, la luz nunca lo acompaña
y hasta cualquiera lo engaña por no encontrar la salida
que, con fuerza repetida lo defienda en su cabaña
y no de manera extraña, sino con fuerza atrevida.
Caminemos por senderos siempre claros y armoniosos,
por los mismos derroteros que triunfan los victoriosos
y los aplausos gozosos se escucharán al final.
Si de manera formal luchamos por nuestros gozos,
alejándonos de males con los pasos impetuosos,
entraremos muy gustosos a la Gloria Celestial.
Hildebrando Rodríguez
C. I. V-651.10
Mérida-Venezuela, 10 de enero del 2019
Comentario
Muy buenas las ideas que se van complementando en este soneto muy bien eslabonado y sobretodo a la gloria celestial son cada una de las letras que alcanzan ribetes excelentes, felicitaciones y saludos a la distancia don Hildebrando
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
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