BAJO LAS NUBES DEL CIELO, TODOS TENEMOS DOS PIES....

[ALBERTO O. CABREDO ECHEVERRIA]

EL EXTRAÑO

 

Aquel lo miraba de reojo. Desde el principio le había tomado distancia, sólo un saludo obligado si se lo encontraba de frente. No quería socializar con el sujeto, lo encontraba extraño, como de otro mundo. Al mirarlo sé que pensaba: ¿Para qué quiere ser profesional?, no tiene ninguna opción si logra graduarse. Ni pensar en incluirlo en el grupo de estudio, es un ancla, un peso muerto...

El otro, llegaba puntual, no faltaba una clase y mal no debía irle, parecía del tipo disciplinado. Su rostro era austero y no reflejaba ningún complejo ni incomodidad ante sus compañeros de cátedra, por el contrario, si bien no hablaba más de lo necesario y no departía con nadie, miraba con unos ojos decididos, serenos e inapelables.

Un día, mientras el profesor hablaba de derechos humanos, inició una charla sobre la Revolución Francesa, al terminar, por primera vez vi al que consideraban extraño, al indígena, levantar la mano y con un español enrevesado, plantear su desacuerdo respecto a los señalamientos del catedrático.

Brindó una larga exposición, que con lujo de detalles explicaba las causas y efectos de la Revolución Francesa y sus repercusiones hasta nuestros día, sin escatimar en fechas, personajes, citas de autores, textos históricos y socio políticos, y mostrando una erudición envidiable derribó, paso a paso, los argumentos del pedagogo. No fue descomedido en lo absoluto, mas bien elocuente. 

Como no era común que un alumno retara el planteamiento del docente de turno, un profundo silencio se hizo dueño del aula de clases. El profesor lo miró sólo un instante y le dijo sin rodeos: - No sólo tiene usted razón, sino que ojalá los presentes mostraran un dominio semejante de cualquiera tema tratado en este curso. Luego, dio por terminada la clase. El extraño se limitó a recoger su mochila y retirarse.

Pocos días después, vi cruzar su camino a los dos alumnos a que me he referido. En esta ocasión, el citadino agregó a su saludo maquinal de “Buenos días” una nueva frase: - Como esta usted, señor…

[ALBERTO O. CABREDO ECHEVERRIA]

ME AGRADA MUCHO QUE LE GUSTAR POETA AMIGA MARTHA ALICIA, SALUDOS CORDIALES

[Martha Alicia Lombardelli]

¡¡¡Brillante, brillante!!! Tu narración nos pone ante el irracional veneno del prejuicio. Coincido con tu propuesta igualitaria, lejos de la discriminación de todo tipo.

Un fuerte abrazo.Martha Alicia

[ALBERTO O. CABREDO ECHEVERRIA]

HERMANO EN LA PALABRA FEDERICO, GRACIAS POR ESTAR

[ALBERTO O. CABREDO ECHEVERRIA]

GRACIAS POETISA ADELAIDE POR SUS HERMOSAS PALABRAS QUE PARA NADA ESTAN MAL EXPRESADAS, SALUDOS

[ALBERTO O. CABREDO ECHEVERRIA]

AL CONTRARIO POETA RONALD BONILLA, GRACIAS A POR LEER Y ESTAR, SALUDOS

[Adelaide Vilela]

Que bonito relato Sr.! Mas que relato, lo considero un cuento bueníssimo y lindo.

Cuando me encantan las palabras no hay voz que me pueda callar, aún que hable mal, todavía, mi castellano.

Gracias

Adelaide

[Ronald Bonilla Carvajal]

Gracias, es un relato hermoso y aleccionador.

[ALBERTO O. CABREDO ECHEVERRIA]

DISTINGUIDA POETISA TERE MATTHEWS GRACIAS POR LEER ESTE RELATO, ES MUY CIERTO LO QUE DICE LA VIDA SIEMPRE NOS SORPRENDE A LA VUELTA DE LA ESQUINA INSOSPECHADA, SALUDOS CORDIALES

[Tere Matthews]

Gracias, Alberto, por este gran relato.  Otra vez, la magia de la palabra! 

De su relato deduzco que la vida no deja de sorprendernos.   

Mis saludos y repetos,

Tere Matthews  

[ALBERTO O. CABREDO ECHEVERRIA]

ESTIMADA Y NUNCA SUFICIENTEMENTE PONDERADA POETISA RITA MERCEDES CHIO ISOIRD GRACIAS POR SUS PALABRA, GRACIAS POR ESTAR Y GRACIAS POR LEER MIS ESCRITOS AMIGA...