JOSÉ RAMÓN VALDEZ ROMERO
“UN CUBANO, VERACRUZANO, SONORENSE QUE EN UN SIGLO HA LLEVADO UNA VIDA DE DE ÉXITOS, EXPERIENCIAS Y MATRIMONIOS, DICE ÉL CON PÍCARA SONRISA”
Platicamos con el mientras esperaba su turno para participar con sus lecturas y la presentación de su libro, en El Festival de la Palabra, "un encuentro de los que leen con los que escriben".
Cuando cumplió 100 años de edad, (se dice fácil) se regaló la publicación de su libro: ANDANZAS DE UN ANCIANO LUCIDO Y FELIZ, y lo celebró bailando VERACRUZ, en la Tertulia Cultural del Corral, en Hermosillo Sonora.
Al siguiente año, se publicó su segundo libro “Planeación de la riqueza de México” y su presentación, fue en el Festival de la Palabra, a donde lo acompañamos todos sus amigos y familiares.(fotografía en el presente texto) En estos libros, plasma el conocimiento recabado en una vida de trabajo y un sin número de peripecias y anécdotas de un hombre, que sí ha sabido vivir.
Además de administrar sus empresas personalmente (un hotel y la construcción de un fraccionamiento en Guaymas) “el Inge”, como le llamamos por cariño, escribe su propio periódico quincenal y lo entrega personalmente, a quienes de verdad lo leerán. Dice que no solo se desperdicia el papel, sino las ideas, cuando los periódicos de crítica y propuesta, son dejados a que la gente los recoja al azahar
PARTICIPÓ EN EL DESARROLLO DE SONORA DESDE 1938
A partir de la primera tercia de años del siglo pasado, José Ramón Valdez Romero, asentó su vida en Sonora, construyéndose una senda plena de éxitos, forjándose un prestigio como Ingeniero y como Ciudadano. Los RECONOCIMIENTOS los tuvo al por mayor (- y a las mujeres también, dice, sonriendo pícaramente, y agrega: que conste, yo no las buscaba, pero me dejaba querer-)
Así, cuenta que conoció personalmente a la bellísima vedette TONGOLELE, la cual se llama Yolanda Ivonne Montez Farrington y que no es cubana, como dicen algunas personas. Dice además, que la piel de Tongolele, era tan suave que parecía de porcelana y tan blanca que nunca se le antojó besarla. Pero eso sí, se pasaban unas veladas inolvidables. También conoció María Félix, a Silvia Pinal y varias luminarias más de mi país y del extranjero.
Es un ingeniero veracruzano que ha llevado una vida muy ordenada, le gusta mucho la música, el arte y la pintura, come y duerme muy bien; ese es su secreto para lucir fuerte y erguido a su edad.
El construyó la principal carretera de Sonora, en 1938, varias carreteras de Chihuahua, de Puebla, de Veracruz, Sinaloa y muchos caminos y presas, y algo muy importante es su labor para el desarrollo del estado, al participar en la construcción del tramo carretero Hermosillo-Navojoa e idear estrategias para que la carretera Sonoyta-Puerto Peñasco fuera una realidad “Todos creían que el terreno arenoso en Puerto Peñasco y Sonoyta no permitiría la construcción de los caminos, pero yo les demostré que no, utilizando el mismo proceso de siempre”, recuerda.
Con su experiencia participó en la modernización de 300 mil hectáreas de la comunidad Yaqui, en Vícam y Pótam, además de concretar el canal Santa Rosa, en Tesia. También fue parte del equipo de trabajo que ideó en 1955 la construcción de la Laguna del Náinari en Ciudad Obregón.
Testigo del tiempo
A lo largo de cien años, a José Ramón le tocó ser testigo de grandes avances tecnológicos y de cómo estos han incurrido en la vida, facilitando procesos. Nació a la par del tractor en 1907, tuvo la
oportunidad de encender un foco años después, fue testigo de la sustitución de caballos por automóviles, además de la proyección de medios de comunicación como la radio y la televisión.
Es un hombre muy culto que conoce varios poemas y ha escrito libros y varios artículos de crítica y propuesta política, de desarrollo social y de valores cívicos. El es un ejemplo de vida, un hombre que a su edad muestra un interés desmedido por seguir aprendiendo, por estar pendiente de los sucesos más importantes del país y que imagina en el futuro, manteniendo siempre su alegría e inteligencia. Jamás deja de sonreír, aunque cuando habla de AMLO (Andrés Manuel López Obrador) pierde la paciencia y la tranquilidad. Es un loco, dice.
Aún piensa en escribir su siguiente libro y su sonrisa jamás se borra de sus labios, recordando que el estado que lo amarró fue Sonora, además de la única mujer que lo retuvo por más de 10 años y hasta la fecha, aquí vive y a quien él cuida con amor y le llama: M’ijita. Dice: ella está mal, tiene la enfermedad del alemán, pero no me hizo caso. Yo siempre le dije que para vivir muchos años y bien, hay que comer bien, sano y suficiente, hay que descansar, bañarse todos los días y hacer el amor.
El miércoles 22 de agosto cumplió 102 años de edad y los celebró con su familia y amigos.
Y espera todavía escribir otro libro. De poemas, dice. Le gustaría mucho. O de Reflexiones, porque hay mucho que enseñarle al mundo.
MI CARIÑO, MI RESPETO, MI ADMIRACIÓN Y RECONOCIMIENTO AL INGENIERO JOSÉ RAMÓN VALDEZ ROMERO, POR SER UN EJEMPLO DE ALEGRÍA POR LA VIDA, DE DINAMISMO Y TRABAJO, POR ENSEÑARNOS A SER UN RESPETABLE ANCIANO Y NO UN VIEJO
Isabel Cristina Murrieta López
Oquimachy
16 de septiembre del 2009
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