El suceso

[yenireé angélica]

La noche apenas deshiela, desviste la figura que  requiebra,  entre  regazos cálidos, que cedan   miradas ciegas,  la seda al suelo, y apenas puedo escuchar sus desnudos  pasos que se inventan volátiles, no existe noche, si no puedo escuchar su frágil deseo y el  respirar de su cuerpo, si bien pendo del viento y sus descensos… caricias  tiernas  como el viento, y detiene su boca donde se espuma el hombre, donde se trasgrede, donde se niebla e inventa paraísos apenas pudiendo palpar el nirvana, dedos entrelazados, apenas distinguibles en el suceso, consciencia en nieblas, y la carne apenas  se funde en metamorfosis, adentrándose en sus más profundas pasiones, donde mora su espanto. 

[hugo]

¡Aijuna!...