HAY SILENCIOS QUE DUELEN, QUE MATAN

[Edith Elvira Colqui Rojas]

HAY SILENCIOS QUE DUELEN, QUE MATAN

Hay silencios,

que dañan, que lastiman,

como estas calles silenciosas

sin gente, que ría, que hable, que socialice;

¡Hay silencios que matan!

Esos silencios de los hermanos hispanos

sin poder volver a casa

y sin recursos para sobrevivir.

Esos silencios de los enfermos graves

en los hospitales

que cuentan los minutos para dejar este mundo en soledad.

Los silencios profundos

de los familiares 

por un enfermo de coronavirus.

Matan los silencios

de las personas que no tienen los recursos económicos

para afrontar  el coronavirus.

Matan y laceran el alma 

los silencios

de un planeta que se quedó mudo

ante un enemigo feroz y asesino.

Lastiman los silencios, de médicos y enfermeras que luchan contra el virus 

sin los equipos necesarios.

Hay silencios desquiciantes, dolorosos,

que con mi mano los quisiera tapar,

pero hablan enardecidos con su boca fiera,

y claman por agua, por comida, por respiradores, por cariño

y por paz y serenidad.

Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados (prohibida la copia del fondo,forma ideas del poema)

[Edith Elvira Colqui Rojas]

si amada Vilma

[Vilma Lilia Osella]

qué triste!! Y es la pura verdad. Dios nos acompañe en este duro trance que nos toca atravsar.

Vilma Lilia

[Edith Elvira Colqui Rojas]

Gracias Elizabeth

[Elizabeth Chacon Stevens]

Bellos versos que claman tantas cosas para los seres humanos que están tan expuestos al coronavirus.

Hombres y mujeres que dan su vida día a día por salvar miles de vidas y a ellos debemos agradecer

por pasar horas y horas trabajando y cuidando de todos los seres que contagiados están con el virus.

Gracias mi querida Edith. 

Tu corazón tiene la bondad que hay en un niño - muy sincera muy bondadosa y llena de fe y esperanza.

Saludos linda y cuídate.

[Edith Elvira Colqui Rojas]

Gracias Beth 

[Edith Elvira Colqui Rojas]

Gracias Elías querido

[Bethzaida Montilla Aparicio]

Es un silencio que habla a gritos mi querida Edith,  un silencio ensordecedor, una soledad que hiere y que mañana cuando todo haya concluido nos hará reflexionar. 

[Elias Antonio Almada]