Título: MIGUEL CARRASCO:
Le decían despectivamente, el tonto Carrasco, pero de eso no tenía un pelo…
Al pasar por el Matacallar –hoy denominado Pedro Pérez-, camino de Solano que está colindante a Colmenar por su parte este; hace ya muchos años, se cruzó El Pombero con Miguel Carrasco quien venía de la casa familiar de Solano, en dirección al pueblo.
Por entonces estaban celebrándose los primeros festejos en honor a su Patrona la
Virgen de la Candelaria y de su Patrón San Blas, posteriores a la Guerra Civil.
Nuestro amigo Miguel, no se perdía ningún año estos acontecimientos, que están fijados, para su celebración -desde tiempos inmemoriales en las mentes de todos los lugareños-, en los primeros días de Febrero, coincidiendo con un fin de semana, para mayor comodidad de sus gentes, mayoritariamente campesina y muy devota y fervorosa. Miguel Carrasco, que: era uno de sus mayores y fervientes devotos; no perdiéndose ninguna de sus celebraciones; así, como cualquier cumplimentación en los funerales, misas, comuniones, bautizos,
matanzas, etc.                                                                                    Pareciera que (el tonto Carrasco, como todo el mundo le nombraba despectivamente) estuviera presente en todos los acontecimientos sociales del Municipio.
En algunas ocasiones, que venían: como anillo al dedo, los más viejos del lugar contaba con todo detalle: cómo en las fiestas de la Virgen de la Candelaria, Miguel Carrasco era uno de sus más fieles hijos e incluso la mayoría de los paisanos, le preguntaba por su novia, ya que él, siempre se jactaba de que la Virgen era su novia.
Llegaba en muchas ocasiones a cantarle algunas letrillas, que él mismo se
inventaba, a especie de Maragatas románticas o Verdiales semánticos, si mal no
recuerdo y ciertamente, le oí alguna vez mencionar a los mayores del pueblo,
mientras jugaban a la garrafina, en la taberna de Melquiades y, decían algo
parecido a lo siguiente, claro que las canturreaban de esta manera: “En los montes
de Solano nací, entre almendras fue mi cama; la madre que me parió, fue devota
y Candelaria. Yo habré de vivir las dos y no quiero a otras damas…”; las letras
continuaban con buena cantidad de versos románticos, cuando las canturreaban
los, pero yo no he sabido retenerlas, ni lo suficientemente claras, como para poder
exponerlas ahora...
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Alguna vez, siendo aún niño, me emocionaba enormemente, cuando oía algunos
de estos relatos, contados por los más viejos del lugar, que desgraciadamente,
nunca supe o pude retener, por haber tenido la mente y especialmente la memoria,
ocupadas en otras obligaciones más urgentes, para ganarme el pan de cada día.
Alguna vez, alguien comentó: que los males de Miguel, le venían, siendo aún feto,
como consecuencia de una broma de mal calibre, que un patán del terruño le dio
a su madre durante el periodo de embarazo, yendo la mujer despavorida a caer
de bruces sobre la figura del Ángel Caído con los cuatro chorros de la fuente de
la plaza, que estaba aún sin montar y ocupaba parte de la calle, en un lateral por
donde ella tenía irremediablemente que pasar; al caer se dio de lleno con el codo
derecho de la figura del Ángel Caído, escapándosele una blasfemia involuntaria
hacia la Virgen.
El ala extendida del Ángel Caído, le rozó la ceja derecha, abriéndole una gran
brecha; como consecuencia de este mal encuentro, la pobre mujer parió unos
meses después prematuramente a Miguel, que siempre tuvo ese tic nervioso
y ella incluso llegó a perder el ojo, pues el golpe llegó a afectarle el nervio
óptico. “Muchos piensan que aquel acontecimiento, hizo a la madre de Miguel,
mucho más devota de la Virgen y como consecuencia, buscó la protección para su
hijo deforme, bajo el manto de la Candelaria: Lógicamente la instrucción recibida
por deseos de su madre, hicieron de Miguel Carrasco uno de los más devotos
personajes que yo haya conocido.
Otros dicen que su mal, fue el resultado de una gran barbaridad que otro chico,
bastante mayor que él, cometió con él y, sin calcular las consecuencias, quiso darle
una tarde –encerrándole dentro del osario del cementerio-, que se encuentra a
espaldas del la ermita del convento, donde se venera a la Candelaria.
Este hecho, parece ser que lo marcó por tiempo indefinido y hasta su muerte, con
el tic nervioso característico que siempre le acompañó.
Nunca llegó a contar, quien fue el bruto que lo encerró durante toda la noche en
aquel pozo de restos humanos y féretros deshechos, ni tampoco sabremos nunca:
los daños psicológicos sufridos por nuestro admirado Miguel Carrasco; bien
cierto es: que fisiológicamente cambió en muchos aspectos, que pocos llegaron a
conocer y si no llega a ser por su fortaleza espiritual, especialmente inculcada por
su madre y a sabiendas que su venerada y novia Virgen María, estaba a menos de
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cien metros de él, aparentemente salió indemne del pozo del osario, al día siguiente
que lo encontró el guarda. Debo decir, en honor a la verdad, que a la mayoría de
los niños de algunas de estas localidades, cuando cometen alguna travesura, sus
madres o abuelas, los amenazan con tirarlos al pozo (que normalmente existía en
cada casa) o en encerrarlo en el osario con los muertos, como hicieron con (el tonto
Carrasco, cuando era malo).
-Mi abuelo paterno, tenía especial don para estos tipos de relatos, que
desgraciadamente, no soy capaz de traer al papel, a pesar de que muchos de ellos,
bullen en mi subconsciente, como si quisieran hacerse un hueco entre ceja y ceja,
pujando por salir al exterior-.
-Hombre rústico era Miguel Carrasco –al que llegué a conocer siendo yo joven-.
Era andariego, vivaz y con un tic físico-nervioso, muy significativo, (desde su
nacimiento, según la mayoría debido al mal golpe que se dio la madre con la
figura del Ángel Caído, que hoy se puede contemplar perfectamente en El Retiro
de Madrid y, según otros por la broma sufrida cuando niño, por su encierro del
osario del cementerio local. Toda esta historia la oí repetidamente, con algunas
variables, pero lo que no me contaron nunca y yo lo pude comprobar claramente,
directamente de él, y que, lo hacía destacar abiertamente de los demás, eran: su
fuertes creencias religiosas en los Patronos del pueblo (la Virgen de la Candelaria y
San Blas), su gran humanidad, respeto hacia todos los seres, su perfecta autoestima
y preparación en todos los sentidos- especialmente agropecuaria-, etc.
El tic nervioso, que siempre le acompañaba, consistía en: alzar la pierna derecha,
encogiéndola hacia atrás rápidamente (cómo si se tratase de respingar), al tiempo
que se llevaba la palma de la mano diestra a la barbilla y emitía un sonido gutural,
repetitivo y coordinado con el movimiento, por tres o cuatro veces seguidas y bien
sonoro: algo similar al producido por esta pronunciación: (ak, ak, ak, ak, etc.) o al
emitido por los machos cabríos cuando están en celo y persiguen a las cabrillas de
su harén.
Quizás era secuela de un tirón -mal dado- en su nacimiento por la comadrona, la
vecina de turno o tal vez unos fórceps mal aplicados, como ayuda a su madre en la
dilatación (muy posiblemente era bastante grande su humanidad para venir a este
mundo, como demostró siempre mientras vivió).
Este hombre era de una claridad mental sorprendente, rústica pero sincera a
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ultranza y gozaba de una sabiduría inaudita, adquirida por las experiencias de
la vida dura en la que transitaba y ante la falta de consideración de sus vecinos.
-Al menos así lo oí en reiteradas ocasiones a mi antepenúltimo progenitor-.
Casi siempre era maltratado por los demás, que injustamente le tenían
arrinconado socialmente por su tic nervioso y, en mayor medida por la falta de
humanidad y educación de los convecinos que a diario le trataban con indiferencia,
ignorancia y desprecio.
Es muy normal, en las sociedades pueblerinas de postguerra, que algunos
ignorantes –creyéndose los más fuertes, mejor preparados o con menos problemas
económicos- extiendan sus malas artes y formas, sobre los individuos más
indefensos; eso mismo ocurría en los casos particulares de familias, donde eran
muy corriente y común que el padre (cabeza de familia) maltratase a todos los
demás miembros –cuando le venía en gana o llegaba borracho, habiéndose gastado
el jornal en la taberna, etc.-
Cuando el macho irresponsable, se sentía sometido por las obligaciones contraídas
familiarmente: respingaba, sobre sus propios miembros, que en muchas ocasiones
sufrían de maltrato continuo, hasta que podían escapar; eso hacían la mayoría de
los hijos, al alcanzar la mayoría de edad, pero la mujer, tenía que seguir sometida.
Yo, desgraciadamente, no le llegué a conocer mucho a Miguel, pues era bastante
mayor que yo y en pocas ocasiones tuve la suerte de poder dialogar abiertamente
con él; pero siempre hubo algo especial de comprensión en nuestras miradas, -él
era muy observador y especialmente con los críos, que siempre se metían con él y
le hacía muchas burlas irónicas-; siempre notaba deferencias –cuando yo estaba
presente- que me incomodaban esas burlas de mis amigos y que siempre le daba
muestras de respeto a distancia o en la pocas frases que cruzamos ambos durante
nuestras vidas, casi siempre de saludo lejano.
Tal vez, porque él siempre había observado un gran respeto, de mi parte, hacia
su persona y, nunca hice alusión a su minusvalía o traté de imitar su tic, como
vulgarmente lo hacían la mayoría de la chiquillada y no, los tan niños…, creo que
me llegaba a apreciar y honestamente admiraba mi comportamiento hacia su
persona. En alguna de estas ocasiones me llegó a contestar con un sobrenombre
que yo desconocía, y al cruzarnos me contestaba al saludo, con un: ¡adiós
pombero!, que yo entendía, como bombero. Posteriormente he sabido bien del
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significado de este nombre mitológico guaraní.
Era una broma de mal gusto tratar de imitarle o acomplejarle y él notaba la
maldad de los demás con más seguridad y acierto que la mayoría de las personas;
que por cobardía o deshumanización, los más adultos siempre se limitaban a
ser meros espectadores de esas maldades o a sonreír, de cuando en cuando,
dependiendo de la consideración social del burlador, al que habría que reírle
la gracia, en detrimento de Miguel.
Era un hombre amistoso, buen creyente y con gran sentido del humor -penetrante
y educado-, pero de difícil captación por la mayoría, que no veían más allá de sus
narices; centrándose solamente en el tic nervioso e involuntario que le afectaba.
En ocasiones sentí por él bastante afecto, orgullo al hablarle y nunca lástima.
En su soledad: en la incomprensión que –posiblemente- sentía y veía en los
demás a cada paso que daba, creo que él se mofaba ficticiamente, para no
sacar o alimentar sus sentimientos más profundos, evitando enfrentamientos
y normalmente se hacía la víctima, más propicia de cualquier jolgorio:
soportando los insultos, el menosprecio de los imbéciles más atrevidos e incluso
haciéndose la victima propiciatoria para el hazmerreir de los más dicharacheros,
especialmente: en los entierros, en los bares o en la celebraciones de bodas, -u otros
acontecimientos- donde siempre estaba presente.
Yo, sólo tuve la suerte de conocerle algo más profundamente al final de sus días,
pero durante muchos años, realmente era casi desconocido (era un paisano, casi
de la edad de mi padre, con quien también se llevaba muy bien y siempre fue
respetuoso con todo el mundo); mi padre, había estado en el frente de la Guerra
Civil con alguno de sus familiares más cercanos y también, por las referencias que
hacía en ocasiones. Relataba –mi abuelo- algunos episodios que compartió –mi
padre, con alguno de los Carrasco- y, él, así lo aseguraba también, siempre que se
refería a sus paisanos del frente.
Después de la Guerra Civil Española, mi padre entró de Guardia Municipal en el
Ayuntamiento de entonces y permaneció hasta su jubilación en tal puesto, por lo
que conocía, con todo lujo de detalles a casi todo el mundo del municipio, lógico: al
ser por entonces y durante muchos años la autoridad municipal local y parece ser,
que lo conocía desde siempre.
Nunca habíamos tenido ocasión de mantener una conversación, sobre cualquier
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tema en profundidad, sobre este individuo y yo nunca directamente; a pesar, de
que en varias ocasiones habíamos coincidido en duelos de difuntos en algún lagar
o cortijo apartado, donde yo casi siempre iba en representación de mi padre o
familia y donde siempre estaba durante todo el velatorio, representando a sus
familiares y yo a los míos.
Era muy cumplidor con todo el mundo, quizás esa una de sus mejores
ocupaciones, distracciones personales y posiblemente donde tenía más oportunidad
de dialogar profundamente con las gentes del pueblo, sin duda, era en los duelos y
entierros, sin ser objeto de risas y jolgorios intensos de los demás.
En esta ocasión fue una suerte encontrarme con él de cara, casi a la entrada del
pueblo; nos habíamos parado a hablar, sin prisas al cruzarnos en el Matacallar.
Entonces pude admirar la profundidad de su pensamiento (quizás, al que muy
pocas gentes había llegado a conocer): era un hombre bastante mayor, que
aún se manejaba bien en los recorridos largos, con la mayoría muy parco en
palabras, enjuto y curtido por las inclemencias sufridas en el terruño abrupto de
los montes malagueños del norte de la Axarquía, durante toda una larga vida.
Recubierto de ropas confeccionadas artesanalmente, a la usanza de entonces,
con alpargatas de lona, pantalones y chaqueta de tela de gabardina, camisa de
muselina blanca y sombrero de palma (todo artesanal confeccionado en casa).
No era alto y al andar: parecía lamentablemente: una alcayata contorsionándose.
Al principio había que sacarle la conversación que tenía almacenada a presión,
pero poco a poco fue destapando el frasco de sus esencias y, me recordaba
al torero Curro Romero –cuándo nos deleitaba: -abriendo su frasco- con
una maravillosa tarde de su arte taurino; así era Miguel Carrasco, como si
fuese recubierto de ese duende que atrapa los sentimientos más sublimes-.
Así me pareció a mí, que puedo asegurar, que: Miguel tenía un arte especial
en el diálogo y en el trato, que lo hacía único. Era muy inteligente y más,
donde el diálogo se hacía profundo e intenso, cosa que nunca aparentaba
abiertamente. Tenía
conocimientos profundos de agricultura, de geología y de los cambios del tiempo,
que ya los quisiera yo para mi ilustración personal. Gozaba
de una memoria privilegiada: recordaba con detalles todos los acontecimientos
del lugar y, qué decir, de las fiestas o eventos familiares, como: bodas, bautizos,
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duelos o entierros, nombres de los vivos y de los muertos, etc., en los que siempre
estaba presente, aun sin ser invitado; pero era consentido y él, lo sabía aprovechar
bien -con absurdo agrado de los participantes-, como penitencia a éstos asistentes
sociales, en los actos que se celebraban con cierta frecuencia o por cumplimientos,
que terminaban finalmente, sonriendo a su costa. Éstos, se hacían pasar, como
abnegados soportadores del tullido, ante los demás asistentes, quizás: limpiando
el desprecio que en otras veces le hacían, cuando la ocasión era menos triste o
había menos gentes presente.
Era dúctil y maleable en cualquier tipo de conversación, que sabía mantener en un
diálogo abierto y respetuoso, con ese respeto y abnegación que da la rusticidad y
la gracia del trabajador del campo andaluz.
Indudablemente fue un rato apacible: donde pudimos recordar a
muchos de nuestros antepasados y lleno de encanto durante todo el
diálogo que mantuvimos en –lo que a mí me pareció- muy breve tiempo.
Especialmente, me fue gratísima su conversación cuando me contaba hazañas de
mi abuelo materno Frasco Infante (que murió al nacer yo) y del arte que ponía y
tenía para sacar –mediante la construcción artesanal de minas- las aguas potables
y cristalinas de aquellos pechos y umbrías; para ponerlos al servicio y satisfacción
de muchas familias de la comarca.
Nunca se había producido ocasión como esta para mantener una charla con este
insigne paisano y la verdad que me sentí muy feliz.
El no era vecino del pueblo aunque lo frecuentaba con mucha asiduidad.
Vivía en uno de los lagares de la parte de Solano, del que nunca he sabido la
ubicación exacta –seguramente el hogar familiar, que en ocasiones refirió mi
padre- dentro del mismo Término Municipal de Colmenar, pero bastante distante
del pueblo; -ahora se tarda menos de una hora en llegar con coche, pero en mi
época juvenil, sólo existía un camino estrecho para transeúntes de a pié, bestias,
alguna bicicleta o poco más…
Eso sí, él aparecía en todas las fiestas, como ya he dicho, con su espíritu rebosante,
único e inconfundible: lleno de alegría, de respeto a todos y jovialidad que
irradiaba sin rencores, pasando de todo aquello que tiene dobleces y maldades.
“Las incomprensiones y falta de humanidad de las que era objeto Miguel en
tantísimas ocasiones: casi siempre, me han llevado a la congoja y al desaliento
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en la fe que debiera haber fomentado con más ardor -a lo largo de mi vida-. Era
un ser, muy especial, mucho más, que cualquiera de los seres humanos, que he
conocido”. La actitud
para con él, de muchos de mis paisanos, me llevaba en muchas ocasiones: ha
hacerme una idea clara del tipo de persona que eran; muchos de ellos: actuaban
por ignorancia, pero otros actuaban con bastante malicia.
Nunca fui un hombre rencoroso y he sabido perdonar muchas incomprensiones
de los demás que, casi siempre, ni han tenido la delicadeza de informarse, con
claridad, de los acontecimientos surgidos en las vivencias sociales, para así,
darlas por acertadas (positiva o negativamente) y, poder sacar conclusiones
claras de los acontecimientos que nos depara la vida al vivirla y, también para
así, poder obtener una opinión cierta y adecuada de la calidad de las personas,
con las que nos tratamos personalmente, en los negocios y socialmente; en temas
de gran transcendencia en la vida de las personas, pero no viene al caso entrar
en profundidades de opiniones ajenas sobre las vidas de los demás; cada cuál
es libre de expresar abiertamente sus pensamientos, aun sin argumentos que
apoyen sus aseveraciones.
Indudablemente los chismorreos pueblerinos curten la piel del toro ibérico; en
comparación con ese noble animal, que siempre va tomando puyazos por donde
pasa.
No deseo salirme del tema, por lo que seguiré ahondando en la gratificación que
sentí y de la opinión personal que obtuve del encuentro con esta honorabilísima
persona, adornando los entornos de ese gran lugar donde nacimos -Colmenar- y,
entre aquellos afortunados que le conocimos de cerca.
¡Hola Pombero!, -me dijo en tono de amistad, sin ataduras ni complejos-.
De vez en cuando se le escapaba su tic involuntario, al que yo no prestaba atención.
¡Hola Miguel!... -Le contesté-
¿A dónde diriges tus pasos, esta tarde...? -Me increpó-.
Voy camino de la Fuente de la Teja a visitar a mis tíos, pues mi tía María anda
echada a perder y quiero hacerles una visita, antes de marcharme para la ciudad.
Pues yo voy también de cumplidos. -Contestó-.
Se ha muerto un buen amigo de mi padre y como él anda bastante torpe, quiero yo
hacer acto de presencia en el duelo de esta tarde.
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¿Cómo te va por esas latitudes costeras..?. -Prosiguió diciendo-
¡Bien, bastante bien..!. -Le contesté-.
Aunque la vida es dura en todas partes.
Nadie te regala nada, pero allí tengo establecido mis negocios y tengo mi residencia
familiar.
Los chicos están en buenos colegios y son aplicados, no puedo desear otra cosa
mejor. ¡Sí, haces muy bien..!. –Me aseguró-
Se ve: que tú, sabes bien lo que quieres y has sabido escoger muy buenas
oportunidades para conseguirlo. Me alegro mucho por todo ello.
A veces la vida te atrapa en senderos que te atan con lazos fuertes o con
incapacidades de las que no puedes salir fácilmente, como me pasa a mí; pero
casi siempre, es: por falta de valor para experimentar otros medios y vivencias
desconocidos, diferentes al entorno donde te has criado. –Es falta de valor, para
volar en el momento propicio… -Es cierto Miguel-, le dije-. Al menos eso creo yo.
Asegurando aquél dicho del refrán: "más vale pájaro en mano, que ciento
volando... También ocurre que con la edad es cuándo te planteas y analizas
fríamente las experiencias que no supiste o no quisiste experimentar por falta de
valor para emprenderlas o por comodidad al tener que perder las que tenías en
tu medio, pero ya es tarde y nunca tiempos pasados fueron mejores, pues hay que
darle gracias a la Virgen cada día por permitirnos disfrutar de esta naturaleza tan
excepcional.
Miguel, desde bastante tiempo deseo que me aclares ese mote, que sólo tú me dices,
cuando nos saludamos y que ahora también lo has usado. Yo entendía, que me
llamabas bombero (porque en cierta ocasión nos cogió la Guardia Civil y, nos
metió en un camión, a todos los que estábamos en la plaza, para ir a apagar un
gran fuego que se había declaro en los Montes de Málaga); pero oigo que me dices
Pombero…, y yo quiero que me expliques: ¿porqué y es un nombre que nunca oí?
–Bueno, contestó-: el Pombero es un gran personaje mitológico, que en la
antigüedad -hace muchísimo tiempo-; cuando los pueblos sumerios, acadios,
babilonios, etc., avanzaban en sus conocimientos y poderío en la Mesopotamia del
Asía Menor, tenía un rey –creo que se llamaba Argón- dirigente extraordinario y
muy buen mediador en el conflicto y revueltas agrícolas que organizaron -los
comerciantes y los agricultores productores-; los comerciantes –que deseaban
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obtener su favor, en perjuicio de los agricultores; al no consentirlo éste; en
represalia los comerciantes lo encajonaron y lo arrojaron vivo al río Tigris–; llegó
al mar y tuvo que luchar con El Ángel Caído –desde esa lucha el Ángel quedó
como yo, se aprecia muy bien en la Glorieta de los Jardines del Retiro de Madrid,
pues la representación que teníamos en el vértice de la fuente en la Plaza de
España, la robaron unos maleantes hace mucho tiempo. Posteriormente a aquella
contienda el Pombero, fue semidiós y el protegido del dios Enlil.
Después estuvo un tiempo en Egipto en la época de Tutankamón, por indicación
de su dios. Bastante más tarde: llegó con los romanos y estuvo embarcando vinos
moscateles desde nuestra capital y anduvo bastante tiempo por esos montes:
plantando los primeros viñedos de uva moscatel y enseñó la forma de llegar ha
hacer las mejores pasas racimales -de uvas moscateles- de la comarca, pues estuvo
casado con un tal Antonina, de los Montes de la Alta Axarquía. Actualmente
el Pombero, creo que está instalado por los alrededores del río Paraná, como
árbitro de la Naturaleza de todas aquellas vertientes.
Inicialmente era un nómada, que se estableció en la rica vega mesopotámica
y se hizo sedentario y muy instruido, para los de su época; vivió al amparo de
un matrimonio sin hijos, el hombre era un gran sabio de aquella época, que lo
instruyó en todos sus conocimientos.
Hace muchos años que leí un libro antiguo, donde se relataba toda esa historia y,
se me quedó gravada. Yo siempre te he relacionado con ese personaje, porque me
parecía que tú te acercabas mucho al ideal que yo me había forjado en la mente.
-No me molesta, le dije- ¿Y a ti, cómo te va en la vida..., qué proyectos tienes..?. -
Le pregunté-. Yo no me salgo mucho del ámbito rural que conozco desde toda la
vida, mi afición -en los ratos libres- es leer y todo aquello que cae en mis manos,
pero hay muy pocas personas con las que se pueda dialogar, hacer comentarios,
expresar las opiniones y dudas que -la lectura- en ocasiones nos deja en la
mente, como una saturación de ideas. Yo se que tu eres un hombre que has ido
adquiriendo muchos conocimientos con el estudio que siempre tuviste, al menos
cuando yo frecuentaba el bar de tus padres, siempre estabas con los libros en la
mano. No creas que no te he ido observando a lo largo del tiempo y muchas veces
he preguntado a tus padres por vosotros. También a tus tías, María y Antonia, que
son tan buenas personas y quizás más ennoblecidas que nosotros por su sencillez.
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La vida es sumamente difícil por estos contornos, no solamente debido a la lucha
diaria por la subsistencia, sino por las incomprensiones del entorno social en el que
vivimos y que se acentúa más cuando, como yo tenemos alguna rémora o no somos
tan agradables como se creen otros más perfectos físicamente.
Yo estoy menguado en mis facultades físicas, desde que recuerdo, pero trato de
hacer todo lo posible para que siempre los míos estén contentos.
Paso de todo aquél que me menosprecia y no me meto en la vida de nadie, ni
analizo situaciones que no llevan a ningún fin concreto y positivo.
A veces ignorando a los mal educados, siento una dignificación personal que me
enriquece y alimenta, por encima de ellos.
Estamos en este mundo muchos necios, creyendo ser los más sabios del Universo,
no ponemos esfuerzos para serlo, ni captamos las dolencias de nuestras almas
embrutecidas y faltas de consideración hacia los demás.
No me quejo de la atención que recibo de entre los míos y de muchos otros que
me comprenden, todos gentes de bien; pero para desgracia de la humanidad: hay
otros, que casi siempre se consideran los de mejor estirpe, los más dotados, los
menos vulnerables y más doctos en la razón; sintiendo siempre, que son, seres
únicos y perfectos, te miran por encima del hombro y te hacen ver mediocre,
tullido y hasta analfabeto.
¡Lástima que muchas veces los defectos del alma, no aparecen tan claramente
como los del cuerpo, que si fuesen apreciables, sabríamos escoger con más
acierto a todos los gobernantes y hasta a los que se dicen ser amigos!...
Otro gallo nos cantara de hacerlo posible y más hermandad y educación se
prodigaría entre los seres humanos.
Yo siempre que puedo vengo a ver a nuestra patrona La Virgen de la Candelaria,
porque ella me ha de curar de este mal, que llevo: como una losa desde que nací.
Ella es mi novia. A veces San Blas siente celos, cuando me ve cortejarla a la puerta
del Convento. Cada vez que puedo, me escapo para venir a rezar y a pedirle que
me cure, pues cada vez se me hace más difícil andar el camino que media entre su
casa y la mía.
-Entonces le contesté-: no dejes nunca de venir a verla, siempre tendrás fuerzas
para visitarla y seguro que nunca se olvidará de ti y hasta es posible, que ella
-alguna que otra vez- baje del trono y te haga alguna visita a ti, pues nunca se
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olvida de sus hijos y yo sé que tú eres uno de sus más predilectos.
-¿Tú crees, me dijo…, casi a punto de emocionarse…
Bueno Pombero, yo te estoy entreteniendo con toda esta charla, pero la verdad, es:
que tenía ganas de pararme a hablar contigo desde hace bastante tiempo.
¡No!, no me entretienes... –Le aseguré- Miguel tu conversación es muy saludable,
instructiva y quizás la mejor de todas la que he mantenido con un ser tan ameno,
importante e interesante en mi vida. La sabiduría casi nunca está alojada en
vasijas de bienestar y riquezas, sino en la humildad de los seres virtuosos, como
tú. Para mí constituye
un gran honor mantener este diálogo abierto contigo y no me equivoqué al pensar
siempre que tu encerrabas muchas de las virtudes de las que adolecemos otros
muchos seres humanos y de las que debemos aprender.
Miguel Carrasco, no era tonto, nunca lo fue, pasaba de todo -o mejor dicho
de todos aquellos que tenían buen pelo social pero que, como a los buenos
burros, les lustra el pelo sólo por fuera-, quizás: de los cardos borriqueros que
comen. Miguel Carrasco era una
cascada de agua cristalina, que serpenteaba los meandros de los caminos de los
montes de la Alta Axarquía Malacitana, sembrando con su frescura, comprensión
y amor aquellas tierras, durante el tiempo que le permitió hacerlo su novia
querida, La Santísima Virgen.
Allí mismo nos despedimos, deseándonos todos los parabienes posibles, mucha
salud y templanza para seguir andando nuestros propios destinos.
A partir de aquel día siempre que nos veíamos, -en contadas ocasiones-,
charlábamos con bastante sinceridad y amistad sobre cosas del lugar, del tiempo,
de agricultura, o de las familias, etc.
Los chiquillos y algunos inconsiderados adultos se metían con él, pero siempre
pasaba de largo sonriendo y sin tenerles en cuenta las risotadas, los improperios
que con saña le lanzaban y, nunca ponía mal gesto, ni los corrigió; a todos daba
sonrisas y siempre era leal en su comportamiento.
Algunos años más tarde mi hermana María me comentó que a Miguel Carrasco
lo atropelló un borracho, empotrando su auto en un patio donde estaba de visita.
Se lo llevaron a urgencias al Hospital de Carlos Haya en Málaga y se escapó por
los pelos, pero como consecuencia de tal accidente nunca se recuperó totalmente.
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Dicen algunos, que a su lado estuvo siempre presente una orla luminosa que lo
guardaba día y noche, hasta que se lo llevó de este mundo en una eterna sonrisa.
Se fue secando su vitalidad de otros tiempos hasta que murió hace escasos días.
Esta noticia me ha causado bastante tristeza y lamento no haberme enterado a
tiempo para poder mostrarle personalmente mi amistad y quebranto.
No puedo hacer otra cosa, que desde estas líneas torpes, pero sinceras: recordarle
con honor y mucho cariño. Ha sido un lugareño ilustre que da pulcritud y belleza a
la toda la Axarquía. -¡Que cada cual y, quiera: copie algo de él, para ser mejor…-
Su novia se lo llevó para tenerle a su lado en presencia de su Hijo.
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10

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11

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12

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14

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15

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16

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EL HOMBRE SE REDIME

18

EL REGOCIJO DE LA PASIÓN CROMÁTICA

19

ENTRE LA BRUMA DE TUS SUEÑOS

20

ESA MÚSICA SUENA A CARICIA

21

FÁBULA DEL ZORRO Y EL LUCERO

22

FLOR DE TUNA

23

GUIRNALDAS

24

INFAUSTO PROYECTIL

25

LA ASIMETRÍA DEL ÁNGULO

26

LA CLAVE DE SOL POR LA PAZ

27

LA REDENCIÓN

28

LAS GOTAS

29

LLUÉVEME

30

ME DIJO SER JUAN TENORIO Y RESULTÓ MARICELA

31

MI VARÓN ES AGRACIADO

32

MIS METÁFORAS

33

NAPOLEÓN Y JOSEFINA

34

NECESITO

35

NERUDA, NO ESTÁS MUERTO

36

ORGASMO DEL AÑO NUEVO

37

PADRE, HOY EN TU DÍA, NECESITÉ APOYARME EN TU HOMBRO DE PAN DULCE

38

PADRE, HOY EN TU DÍA, NECESITÉ APOYARME EN TU HOMBRO DE PAN DULCE

39

PARA TODOS, MI PALABRA

40

POBRE ARTISTA

41

POEMA BEIGE - EJERCICIO DE ALITERACIÓN

42

QUIEN SE AFERRA

43

SE ACABAN MIS ENTREMESES

44

SE ACABARON MIS GANAS, SE ACABARON

45

SERENATA

46

SIENDO ALICIA LA ETERNA ENAMORADA

47

SOBRE EL OCÉANO QUE LA VIDA ESCONDE

48

SUEÑO QUE HALAGA

49

TE ANDO BUSCANDO

50

TU HORIZONTE Y MI ORQUÍDEA

51

UNA MUJER COMPLETA

52

UNO Y OTRO

53

VALLEJO SIGUE GRITANDO

 

PROSA

 

CUENTOS

1

GREGORIANUS

2

LA MAGIA DE BALTASAR

3

SOY PARTÍCULA QUE SUEÑA

 

ENSAYOS

1

MI FÓRMULA ECLÉCTICA DEL CONOCIMIENTO

 

PRÓLOGOS

1

CARMEN SÁNCHEZ CINTAS (SENDA), UN CAMINO VIVIENTE... 

2

MARCO GONZÁLEZ, EL POETA DE LA ADJETIVACIÓN ABUNDANTE Y APASIONADA 

 

NOTAS

1

¿TE PARECE QUE PEPE TIENE LA RAZÓN? ¿HAY QUE APOYARLO?

2

ACERCA DE LOS DONATIVOS MONETARIOS CON ESTE PORTAL

3

AL BORDE DEL ABISMO: ENTREVISTA REALIZADA A MARIO VARGAS LLOSA

4

COMISIÓN EVALUADORA DE TEXTOS Y OTRAS PARTICIPACIONES UHE - SVAI

5

COMUNICADO PÚBLICO

6

DESAHÓGATE: ¿QUÉ ES LO MÁS DECEPCIONANTE QUE TE HA CAUSADO UN AMIGO?

7

EXPO/INDIVIDUAL CULTURAL, EN HOMENAJE AL ARTISTA JUAN HERNÁNDEZ CHILIBERTI

8

FELIZ NAVIDAD - LOS AMAMOS

9

FOTOS - 3ª JORNADA DE PAZ Y 1er CONGRESO INTERNACIONAL DE LA UNIÒN HISPANOMUNDIAL DE ESCRITORES

10

HOMENAJE A MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA

11

LA TRÁGICA EXPERIENCIA DE UN TURISTA URUGUAYO EN LA VENEZUELA “CHÉVERE”

12

LA VENEZOLANA GLADYS REVILLA PÉREZ CELEBRA SUS 50 AÑOS COMO ESCRITORA Y BAUTIZA SU LIBRO "CAMINO DE BOTALÓN"

13

LO MÁS RELEVANTE DE ESTA SEMANA (TOP) [Y DE CADA SEMANA]

14

LO QUE MÁS AÑORO EN ESTA ÉPOCA

15

LUIS PASTORI DICE ADIÓS A SU RESIDENCIA EN LA TIERRA

16

MENSAJE AL FINAL DE UN AÑO Y AL COMIENZO DE OTRO

17

MUCHO CUIDADO Y PRUDENCIA CUANDO QUERAMOS EJECUTAR NUESTRO "DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN"

18

NUESTRAS PETICIONES PARA NAVIDAD  Y AÑO NUEVO

19

PRETENDEN CHANTAJEAR A LA ADMINISTRADORA DE ESTE PORTAL

20

SEGÚN LA RAE, LA CONSTITUCIÓN VENEZOLANA RECARGA EL LENGUAJE HACIÉNDOLO IMPRACTICABLE Y RIDÍCULO

21

SÍ, LLORO POR TI ARGENTINA Y POR TI VENEZUELA

PRIMER ENCUENTRO DE ESCRITORES EN EL ARCHIPIÉLAGO

22

UHE ACUERDA REESTRUCTURACIÓN Y CONCURSO DE CREDENCIALES

23

VARGAS LLOSA: GRACIAS A LA OPOSICIÓN, VENEZUELA NO SE HA CONVERTIDO EN UNA SEGUNDA CUBA

 

FORO DE LA DIRECTORA

1

Tema 1. Teoría del Significado SEMIOLOGÍA Y GRAMATOLOGÍA. De Jacques Derrida

2

Tema 2. Teoría del Significado SEMIÓTICA Y COMUNICACIÓN

3

Tema 3. Teoría del Significado FILOSOFÍA DEL LENGUAJE. De Javier Borge

4

Tema 4. Teoría del Significado EL DESARROLLO DE LOS CONCEPTOS CIENTÍFICOS EN LA INFANCIA

5

Tema 5. Teoría del Significado PSICOLOGÍA DEL LENGUAJE

6

7

Tema 6. Teoría del Significado - EL SIGNIFICADO PREVIO A LOS SIGNOS.

REGLAMENTO INTERNO DEL PORTAL SVAI

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