NO NOS BORREN LOS BARRIOS....

[ALBERTO O. CABREDO ECHEVERRIA]

LA MUDANZA

 

"Afuera era la muerte
y el corazón latiendo
los gritos en la calle
y el corazón cayendo"

José Carr

 

-   Me despertó aquel golpe seco y constante, me tomó algún rato adivinar a que obedecía. Estaban tumbando una pared en pleno fin de semana y a las siete de la mañana.

El martilleo seguía cuando me senté a desayunar. Era continuo, acompasado y empezaba a retumbar en mi cabeza, le dije a la abuela que debían estar transformando alguna casa. Me contestó que yo vivía en la luna, que cómo no sabía que estaban tumbando la casa de al lado para construir un edificio. Que teníamos que aguantar parejo porque el ruido nos iba a volver locos.

-    ¡Pero cómo así viejita, ya no avisan nada. Nadie lo toma en cuenta a uno y le dice: vecinos nos vamos, vendimos la casa, que les vaya bien. Qué vaina carajo, esta fiebre de poner bloques no tiene cura!

-     Mijo, por aquí todo el mundo está vendiendo, pero yo no voy ceder. ¡No lo voy a hacer!. Esta casa la construyó tu bisabuelo, aquí nacieron ustedes y aquí crecieron todos. Podría contarte historias de cada esquina de este hogar, de cada objeto, de cada uno de tus antepasados. Yo siento que todavía están aquí y no pienso abandonarlos.

-     Psss, vamos a ver qué me dices cuando empiece la bulla de verdad. Bueno me voy, que no llego al trabajo con eso de los tranques. Mamá, apúrate que tienes que llegar a la oficina.

-      Ya voy, ya voy, hablaba con la casa, dice que se quiere ir de este lugar.

-      Lo que faltaba, que mamá se me volviera loca.

-      No te metas con tu mamá, aquí el loco siempre fuiste tú. Para que sepas, hasta yo la he oído quejarse.

-      Abueeela, si quieres voy y me quejo en alguna parte, no puede ser que no respeten la tranquilidad del barrio - de los pocos que quedamos por aquí-. No es justo este polvo que nos llena los pulmones, ni este ruido que nos mata poco a poco.

-      Tranquilo mijo, pareces un chiquillo, tas´ igual que la casa que dice que quiere irse. Tu mamá la calma a ratos, pero está decidida, dice que no nos merecemos esto, que un buen día nos vamos volando.

-      Primero mamá imaginando cosas y ahora tú también. Ya sé que esto es insoportable, pero las casas no hablan. No vayas a decirle eso a nadie, que se van a burlar de nosotros.

-      Pero si esta casa es más vieja que tú y todos los demás. Cómo no nos va a hablar, si forma parte de la familia. Y no sigas, si la pobre tiembla toda con esta construcción de al lado. Cuidado un día cumple lo que dice. Mira, no te lo quise comentar, pero ayer vinieron a verme en sueños tu abuelo y tu papá, no se veían mal fíjate. Me dijeron que le pusiera atención a la casa, porque ella sabía qué hacer. Por cierto, te dejaron saludos.

-      ¡Dios santo¡ me voy a trabajar. Te voy a llevar al médico abuelita. No te rías, no te rías, cómo te van a hablar papa y el abuelo, si están muertos ¡Esos desgraciados de al lado van a terminar por sacarnos a todos de quicio!

¿A ver cómo les cuento? ¿cómo puedo narrarles lo que ocurrió? Llegué a casa y mi abuela estaba llorando, dice que cayó al vacío un obrero. Que oyó el griterío y salió a ver, que fue horrible. Que por suerte mi mamá no estaba y que la casa le dijo que hoy mismo nos íbamos todos a buscar donde reubicarnos. Su última frase me dejó frio. Recordé que en la esquina vivía un médico, le dije a la abuela que volvía y fui a buscarlo a ver si le prescribía un calmante. No tienen que creerme, pero cuando volvía escuche un terrible estruendo. Era la casa, se desprendía del suelo y empezaba a flotar. Cuando llegué al sitio ya iba bien alto, bien alto, y en la ventana estaban mi abuela y mamá saludando felices a todo el que las veía entre incrédulo y atónito, y me gritaban, me gritaban que la casa decía que las siguiera, que me apurará porque nos mudábamos para otro sitio.

[ALBERTO O. CABREDO ECHEVERRIA]

Gracias poeta amigo  saludos siempre

[Cástor Agustín Olivier Olivier]

EXCELENTE RELATO MUY OCURRENTE Y PRECISO.

"LA MUDANZA" ME GUSTÓ MUCHO AMIGO ALBERTO.