SOBRE LA REVISTA MAGA NO. 73
Siempre resulta grato asistir a la presentación de una nueva edición de la Revista Maga, sobre todo, por su encomiable aporte a la cultura y creación literaria nacional ya desde el año 1984, fecha en que fue fundada. Y es que a pesar del creciente número de escritores que en la última década dan muestra de un nuevo despunte de las letras panameñas, aún no contamos con un número plural de revistas y publicaciones que den cabida a esta nueva propuesta literaria. De hecho, la Revista Maga resulta a mi juicio, una honrosa excepción en un país en que lo usual es que los autores deban asumir el reto de publicar sus relatos, convirtiéndose casi siempre en editores, promotores y vendedores homéricos de su obra literaria. A esos escritores, que continúan a pesar de la ventolina indiferente y pragmática que hace fuerza contra el avance de la cultura nacional, va desde aquí nuestro aplauso y admiración sin límite.
Ahora bien, sería muy injusto desconocer el número plural de sitios web que hoy brindan cabida a la obra de cuentistas y poetas nacionales e internacionales en nuestro país, aplaudo su necesario apoyo.
En cuanto a la Revista Maga No. 73, debemos afirmar que hace gala de una temática muy variada e interesante. A este respecto, no sólo nos brinda cuentos de Silvia Fernández-Risco, Dimitrios Gianareas, Kathiana Vidal, Arabelle Jaramillo Ochoa, Danae Brugiati, Elida Guadalupe Navarro, Mady Miranda de Álvarez, Gina Paola Stanziola, Lissete Lanuza Sáenz y quien les habla, así como poemas de Salvador Medina Barahona, Javier Alvarado y Enrique Jaramillo Levi, un ensayo sobre La ÚLTIMA CARCAJADA Y OTRAS MINIFICCIONES de Rodolfo De gracia Reynaldo y otro de Enrique Jaramillo Levi en torno al libro de cuentos DOS VOCES 30 CUENTOS, DE CAROLINA FONSECA Y DIMITRIOS GIANAREAS, otro relativo a TRES POEMAS DE JAVIER ALVARADO de Luis Armenta Malpica, e inclusive entrevistas tales como SIEMPRE QUIERO COMPLICIDADES CON LOS LECTORES de Carolina Fonseca, hecha a Mónica Lav jurado del Premio Sinan 2012-2013, incluyendo también dos críticas literarias que hacen referencia a la obra LOS RECIÉN LLEGADOS (54 CUENTISTAS INÉDITOS ESCRIBEN EN PANAMÁ – ANTOLOGÍA) libro de Enrique Jaramillo Levi editado por Foro/Talle Sagitario Ediciones, y comentarios atinentes al primer libro del autor Gonzalo Menéndez González titulado EL SÍNDROME Y OTROS CUENTOS, sin dejar pasar referencias a sucesos culturales realizados en la Universidad Tecnológica de Panamá y otros acontecimientos culturales nacionales e internacionales que abarcan el periodo comprendido de enero a julio del año en curso. Como puede apreciarse, estamos frente a una copiosa oferta literaria que bien merece una abundante difusión nacional, para atenuar en algo la falta de revistas de esta calidad y naturaleza.
En cuanto al poema, LOURDES Y ABRIL de Salvador Medina Barahona, con que inicia en esta ocasión la revista, quisiera expresar que subí por la escalera de sus metáforas para tomar la mano de la mujer que crece y transita por la vida hasta alcanzar lo que el poeta llama “la enorme libertad de las constelaciones”. Si bien se trata de un poema póstumo, a pesar de ello apuesta a la vida, prueba de esto es que entre sus versos lanza a Lourdes una fruta de ciruelo dulce, para que no le olvide de ese otro lado de las cosas. Es de admirar el ritmo acompasado del poeta, esa cadencia y concordancia que se respira a lo largo del poema, que siendo una despedida, no por ello deja de mirar por encima de la curva, para ver a Lourdes florecer de nuevo.
Medina Barahona además nos obsequia con otros dos poemas, PAOLA NICOLE Y EL ZOOLOGICO DE SU CASA y CANCIONCILLA AZUL PARA ELLIE, que me atrevo a señalar se apropian de parcelas de la realidad para brindar por la vida, a través de dos pequeñas que a mi juicio sirven de referentes para romper el silencio, y mediante una amplia expresión de imágenes poéticas, ir más allá del texto para rescatar la bondad que habita en el humano. Baste a este respecto leer el poema CANCIONCILLA AZUL PARA ELLIE:
“Muñeca:
Dicen mis amigos los Poetas que el mundo es mejor mundo con la llegada de los niños y que la inmortalidad puede atraparnos en la forma simple de un poema que nos haga atravesar la noche. No tengo duda: el mundo es mejor mundo desde que llegaste; yo escribo esta pequeña música para tus ojos: ¡ojalá te sirva para cruzar hasta el mañana! (Pequeña Eli: Más sé de oscuridades que de cantos azules, pero siempre hay giros misteriosos en las palabras y mis palabras, ya lo ves, son ahora un horizonte azul.) Para ti, ¡Eli, Eli!, para ti son estas palabras, escritas mucho antes de que sepas pronunciar mi nombre. Para ti y desde mí, esta cancioncilla que componen y que espera hasta que crezcan tus ojos, y sepan recorrerla con su ternura abierta, y puedan oír con su mirada la música que la convierte en mar. Escrita para ti antes y más allá de los tiempos, bajo el resplandor de tu magia de niña también azul, sobre el impulso de una ola roja del tamaño del sol, sabrás que esta canción es tuya, y más que tuya, y cuánto te hemos querido. ¡Eli, Eli, Eli!, te atreverás a soñar de la mano de los que ya te sueñan. Porque soñar y Ser es tu misión, preciosa muñeca de Luz que en tu brillar horadas el firmamento más vasto de nuestras noches… Soñar y correr por los jardines, los lagos, el aire, las montañas. Largamente. Airosamente. Hermosamente soñar y correr, ¡Eli!, por los rumbos del mar y las estrellas, el campo anochecido y las ciudades. Correr y soñar hasta perderte, hondamente perderte, ¡bella Eli!, en los altos dominios de nuestro corazón.”
Como pueden apreciar, tal como expresa Jaramillo Levi en su poema LAS PALABRAS TIENEN UN MODO, contenido en esta revista: Las palabras tienen un modo de fabricarse excusas/ para no pasar desapercibidas, para hacerse notar,/ para no ser sólo ellas mismas sino además lo que sugieren/… Y esto ocurre sin duda con los versos de Medina Barahona, que saben abrirse paso para encender circuitos que a veces mantenemos apagados.
En relación con los cuentos que adornan esta revista, me permito solamente comentar el relato de Silvia Fernández – Risco titulado DANZA MARINA. A este respecto, resulta una trama apropiada para hablar de la ficción y la verosimilitud. Como todos sabemos, suele ocurrir que la obra literaria se ajusta a una realidad ficticia, una realidad que se inserta en la obra mediante ciertos mecanismos para sostener o apalancar la ficción. A este respecto, en el cuento de Fernández – Risco, ocurre precisamente que la ficción se entrelaza con la realidad dentro de un contexto, que aceptado por el lector, se hace verosímil. Y es esa verosimilitud la que justifica el relato, cualquier relato, recreando mundos y argumentos imposibles a través de la literatura, como este, en que un ser indefinido, un ente, se apodera de una fémina para vivir una inolvidable experiencia. En este orden de ideas, baste leer una parte del relato que expresa: “… Fue al salir de mi letargo cuando descubrí aquella figura mirándome. Se acercó. Medía más de dos metros, su rostro era semejante al lado oscuro de la luna. Sus ojos tenían el brillo del fuego descontrola-do. A pesar del miedo, deseé olfatear su cercanía y conocer su esencia.
Quedamos frente a frente como dos animales salvajes que se retan y despliegan sus feroces atributos, emiten amenazas sonoras y fijan la mirada aguda en cada movimiento del contrincante. No pude huir ni atacar. Me quedé quieta pero alerta. Inoportunamente, sentí en mis piernas las mordidas de bichos hambrientos que me obligaron a brincar para liberarme del dolor. La enigmática sombra debió confundir mi aspaviento, se acercó aún más e inició una danza alrededor mío. El terror y la incomodidad de las picadas a flor de piel no impidieron que me cautivara su rítmica y grácil coreografía: semejaba a un bailarín espectral sobre la tierra. Lo seguí con la mirada mientras, desesperada, trataba de quitarme de encima aquellos insectos ponzoñosos. Las fuerzas me flaquearon, dejé de sentir malestar, desfallecí. Antes de caer al suelo, me tomó por la cintura y me envolvió con su bailoteo.
Había luna llena y danzábamos en círculo. Su rostro aparecía y desaparecía ante mis ojos una y otra vez como secuencia interminable de eclipses luna-res. Comencé a sudar y a reír con osadía, la ropa me estorbó y, al contacto con su esencia, una corriente eléctrica recorrió mi espina dorsal. El espectro, color de pozo infinito, estaba extasiado. En un instante, con voz profunda y melodiosa de mar antiguo, salieron de su garganta palabras que me incitaron a fluir al ritmo de las olas. La serenidad de aquel canto exorcizó mis miedos. Entonces, gozosa, dancé apasionadamente con aquella enigmática pareja hasta caer rendida.
Cuando desperté, aún torpe y con el cuerpo lacio, busqué algún vestigio de la noche. Nada. Me vestí. El sol matutino hacía de mi sombra una figura alta y alargada pero solo había una sombra. Por un hábito arraigado, llevé mis manos a la cabeza para peinarme. Mis dedos se enredaron con un montón de algas marinas adheridas a mi cabello que, para mi sorpresa, tenía destellos como de polvo de estrellas y había crecido más de un metro. La voz de un pescador que se acercaba a la isla en su pequeño bote zarandeó mis asombrados pensamientos:
—¿Se encuentra bien, señorita? De seguro ano-che la atrapó la marea alta ¿verdad? ¡La noche que habrá pasado! ¿Quiere que la lleve a la playa?
Acepté, y al preguntarle con voz arenosa cómo me había encontrado dijo:
—Su cabello, señorita, está tan brillante que parece el mismo sol naciente.
No dije nada. Subí a la embarcación que me llevaría a tierra firme y fue entonces cuando vislumbré en el angosto borde de arena junto a la isla, aquella huella grande y definida.”
Felicito a la autora por este buen relato, y por el buen manejo del lenguaje para lograr esta trama inflamada de forma tan elegante.
Como no es nuestro propósito hacer referencia a todos los relatos, poemas, reseñas y entrevistas que entre otros temas se contienen en las 72 páginas de esta extraordinaria revista, finalizo felicitando a los responsables de la misma y recomendando que se distribuya en librerías, farmacias y demás sitios donde se venden publicaciones que no cuentan ni con la categoría ni el prestigio que ya adornan a la Revista Maga.
Muchas gracias.
ALBERTO O. CABREDO
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
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