BAJO LA CRUZ DEL SUR

[Giannetto Giannetti Masini]

BAJO LA CRUZ DEL SUR

Sublime símbolo de las noches australes,
traes quietud y misterios en las almas trashumantes, de planicies inclementes
al recorrer tus inmensos valles, sin más esperanzas que el dolor de tus noches inconmensurables.
Los aullidos de un mar indómito y rebelde, castigando sus costas con furia de titanes
propagando vientos aullantes y distintas tempestades
dentro de las almas desafiantes que te habitan, enfrentándote.
Y mi cielo, es tu cielo, y mi cruz, es tu cruz, y mi vida, eres Tú.
Del encanto, yo no hablo, pero siento su presencia, como Tú, mis ausencias.
Cuando parto, te entristeces, si no lo hago, la inquietud se te hace presente.
Dime vida, ¿Sabes realmente lo que quieres?
Si me guio por la razón, debo partir, como Tú lo haces cada noche al poniente,
mirando el firmamento, brillas sobre la oscuridad imperante.
Mientras un manto profundo te contiene y miles y miles de puntos incandescentes
te hacen marco cual emperatriz refulgente. Noche austral…
Profunda envolvente de polvo estelar
reinas sobre la vastedad eterna e infinita de las almas que habitan el suelo que iluminas.

Un silencio vasto, profundo, quieto, es aún más oscuro cuando el viento implacable
surca tu suelo, tornándolo austero e impracticable.
Bajo tus constelaciones vivo y venero este silencio imperturbable
junto a mi silencio y el añorar de aquellos brazos, tiernos, perfumados, al encoronar mi cuello y tu cuerpo junto al mío, unidos en el beso pasional, del sublime instante del retorno.

La nostalgia me reclama el cambio esperado.
Mi alma necesita de tu paz, donde debo regresar. Hace tiempo que partí…
Déjame ir, siento mi nombre sobre el viento de la noche y las brisas de los días
Mi vida ya no es vida, si es ella la que llama, no puedo quedarme, es mi alma que la busca,
no halla su sonrisa dulce cuando entreabro mis ojos, después del sueño cada mañana.
Quiero y necesito escuchar su melodía.
El camino es largo, la ansiedad destruye cada intento
y el confluir de presagios funestos, no hacen más que aumentar mi desconsuelo.
Que encontraré a mi regreso.
Llevo dentro de mi alma todos los sinsabores de mi tiempo y esa luz encendida
que quedó presa de un amor eterno pueden transformarse en gotas de hielo.
Por la intemperancia del tiempo pasado lejos, muy lejos de sus brazos, de sus besos,
de su cuerpo. Triste vida del trashumante encerrado en los misterios,
sin resolver todo lo apremiante de un amor sentido y dejado a sus espaldas
lleno de culpas que la intemperancia fijó por sobre la necedad del momento.
Emprendo el regreso a sabiendas de lo que encuentro,
ella no estará, estoy seguro, es presentimiento
por eso llevo mi cruz de regreso, donde no habrá perdón.
Solo habrá y sentiré su desamor
como sentí su llanto al partir
¿Cuánto hace? Hace tanto, que mi mente olvidó
el tiempo transcurrido, encontrándome hoy perdido
a merced de los recuerdos y sumido en un desamor
de culpas y de olvidos.

G.G.M.
14/4/2018
D.R.

[Giannetto Giannetti Masini]

Hugo Querido.

Gracias por tus conceptos y tu pasión en interpretar este escrito sobre las inmensas vastedades del sur Patagónico . Hermoso y triste.

 No sabes lo que es un atardecer en esas vastedades donde solo estas tu, la distancia y el impetud del viento.

Un abazo.

[hugo]

Hallo en este texto, leído como prosa, la síntesis nostálgica, triste, desconsoladora, del transcurso de una vida sin más horizonte que la pena inevitable. Impacta la crudeza de las imágenes y es moderado el uso de las metáforas, hecho destacable para mí, pues, me saturan los escritos "ultrametaforizados". ABRAZO Y MIS FELICITACIONES.

[José Rueda Ardila]

Hola amigo, la distancia no tiene fronteras en estos medios, mi abrazo fraterno para un enorme, grandioso escritor, Giannetto , de quien he aprendido muchas cosas, grancias amigo.

te cuento que he estado con mi salud regular, pase otro infarto cardiovascular, casi me voy como Ramirirto a cantar a otra dimensión. Jajajajajajaaaa, eso tu sabes, Dios dice la ultima palabra, sera Cuba do El lo diga.

pero mientras por ahí subo algo de mis escritos diarios, pues el médico me recomendó mucho reposo, y ahora mantengo una cajita llena de pepitas, pastillas y cada rato, al medico, controles, exámenes y bueno, tu sabes como nos toca a los adultos mayores. 

Ahora no somos viejos, ancianos, somos adultos mayores, ¿será que los hay adultos menores? Jajajajaja, Chao amigo, mis respetos para ti. 

Desde la bonita ciudad de Bucaramanga.

Don Siervo.

[Giannetto Giannetti Masini]

John Haminton Gamboa Alomia.

Gracias por tus palabras. Muy apreciadas de por cierto.

[Giannetto Giannetti Masini]

A mi Gran Amigo Don José Rueda Ardila que desmenuza con maestría las letras de este poema reafirmando los conceptos de vida allí vertidos.

En tu Bucaramanga  tenía otro gran amigo poeta,entrañable de por cierto, su nombre era RAMIRO,  Yo lo rebauticé  Ramirito, ... por desgracia no esta más con nosotros, debe estar componiendo poemas en otra dimensión  rodeado por toda dicha y felicidad y conociendo nuevos carnavales que hojalá sean tan alegres como los que me contaba son los de su Bucaramanga Natal.

[Giannetto Giannetti Masini]

Hermosa niña Salteña, ya te la había leído en nuestras charlas telefónicas, y decidí subirla.
eres muy amable en tus apreciaciones y lo agradesco.

Te envío mi afecto y un beso.

[Giannetto Giannetti Masini]

Josefina. Gracias por tus palabras y por nuestra cruz del sur

[Giannetto Giannetti Masini]

Vilma Lilia Osella Que hermoso leer lo que escribes, si se que ambos estamos bajo esta hermosa cruz del sur.

Me alegra reencontrarte. Gracias por tu amabilidad

[Giannetto Giannetti Masini]

Gracias  Cristina Hermosa, por tu presencia en mis letras.

[Giannetto Giannetti Masini]

Estimado Emilio Almada.
Gracias por haber destacado mis reflexiones escritas desde no se que lugar de mi razón.
Viví seis años en Comodoro Rivadavia, pcia. de Chubut. Patagonia Argentina. donde su inmensidad y aridez es agobiante y al mismo tiempo hermosa. Su superficie barrida por un viento implacable durante 11 meses del año condicionandote la vida. Sus cielos taraceados con nubes blancas y grices y atardeceres multicolores bellicimos y esas noches bajo una cúpula estrellada sin rastros de arboledas sobre el horizonte te hace sentir minúsculo en esa inmensidad de Dios y los hombres.