Sin dar lugar a dudas molestas, Nina respiró hondo, como lo acostumbraba en situaciones semejantes, irguió sus espaldas, y mirando hacia adelante, abrió la puerta y sin titubear expresó un suave pero firme ¡Buenos Días!

El encuentro fue precedido al envío de su currículum vitae, agregado a su carta de presentación en la cual solicitaba ocupar el puesto vacante de Jefa del Departamento de Exteriores, en "Pegassus”, empresa naviera.

Al cabo de dos largas semanas de espera, llegó a su PC, un corto y conciso mensaje: -Nos complacería recibir su visita el próximo jueves, a las 09,30, en la oficina del Sr. L.Theodurus, Jefe de Personal-

La reunión, en la cual también estuvieron presentes, la señorita Helena, el señor Feliphe, (Presidenta y miembro del Directorio, respectivamente) y una joven que tomada nota de la conversación, fue abierta por el Sr. Theodurus, que luego de efectuar las presentaciones correspondientes, solicitó de la joven postulante, un corto resumen de sus trabajos anteriores y experiencias adquiridas, y por supuesto, la remuneración requerida para ocupar el puesto en cuestión.

La escasa media hora, que duró la entrevista, se mantuvo en un cordial y agradable ambiente. A su término, ee le informó que a la brevedad, uno o dos días, recibirá respuesta al respecto.

Recuerda que salió del impactante edificio un poco más tranquila que cuando entró, pero sus inquietos nervios no le permitieron, en aquellos momentos, apaciguar por completo sus ansias. Caminó unos metros, vio un bar y decidió sentarse allí, tomar un café, que quizás la relajaría.

Estuvo allí, un largo rato, y cuando iba por el segundo café, percató la entrada de la jovencita, que estuvo ocupada en sus anotaciones en la entrevista. Dio la casualidad que sus miradas se encontraron, y sin perder la oportunidad le hizo señas, invitándola a su mesa.

    -Muy amable, agradezco su invitación, la verdad que no me gusta sentarme sola. Mucho gusto, me llamo Ingrid.

    -Gracias por aceptar, tampoco a mí me agrada estar sin compañía, mi nombre ya lo sabes, por supuesto, pero puedes llamarme Nina, será más cómodo y así podrás tutearme, ¿qué quieres tomar? yo invito...

    -Un refresco de manzana, gracias Nina.

    -Yo también pediré uno igual, hace mucho que no tomo refrescos, me agrada la idea.

    -Se notaba un poco nerviosa en la entrevista, pero creo que cerca del final se calmó, ¿verdad?

    -Lamento escucharte, lástima que dejé quizás un mala impresión, uffffffff....

    -No tengo permitido comentar sobre las conversaciones que escucho en las reuniones, sólo tomar nota de los detalles más importantes y sobresalientes, pero aquí, estando solitas, me atreveré a revelarte que dejaste muy buena impresión y es más, al salir de la oficina, ellos, los jefes, continuaban hablando y comentando tus trabajos y experiencias, lo cual me indica que puedes estar tranquila, con seguridad recibirás el puesto.

    -No te imaginas hasta qué punto me pone contenta escuchar tus palabras, espero que no te equivoques en tu pronóstico.

El inesperado encuentro con la secretaria, duró unos escasos minutos pues ella debería retornar a su trabajo; intercambiaron números de teléfono y después de un abrazo y un beso se despidieron.

Al mediodía del siguiente día, el repiqueteo del teléfono interrumpió su almuerzo; no acostumbraba recibir llamadas de sus amigos a estas horas, en las cuales todos se encontraban en sus trabajos.

Cual no fue la sorpresa al comprobar que era la secretaria de la empresa de quien esperaba la respuesta a su solicitud de empleo.

     -Soy yo, Ingrid, perdóname si te molesto Nina...

     -No, ninguna molestia querida, ¿cómo estás?

     -Quería comentarle que hace un rato recibí la orden de enviarte un mail, en el cual se te invita a reunirse con el señor Theodurus, como continuación de la entrevista anterior. 

    -Ohhh, cuanto me alegra tu aviso, que quizás te pone en compromiso al adelantarlo...

    -No hay cuidado, estoy hablando desde el bar donde nos encontramos. No me pude aguantar de hablarte para que lo sepas. Lo que sí, no me pidas que te diga nada más, pues ignoro si serás aceptada o no, lo lamento.

    -Bueno, bueno, ya lo sabremos mañana, tengo esperanza que la respuesta sea afirmativa.

    -Yo también lo espero, me gusta tu persona, y mucho me alegraría que ocupes el puesto.

    -Gracias por tu gentileza, Ingrid, mucha la aprecio, entonces nos vemos mañana, bayyyy

    -¡¡Hasta mañana!!

Al día siguiente, eligió algo elegante, que sin llamar demasiado la atención, haga buena impresión; la elección recayó sobre el trajecito verde pálido que usó en el casamiento de su hermana Julia, el cual todos le ponderaron. Agregó un fino pañuelo de tono verde obscuro alrededor de su cuello y salió de su casa, a conquistar el mundo.

Llegó unos minutos antes de la hora fijada. Fue recibida por el señor Theodurus en su oficina, con una acogedora bienvenida.

Éste le informó que su solicitud fue aceptada de común acuerdo entre los miembros del Directorio de la empresa. Además aprovechó el momento para felicitarla y desearle el mayor de los éxitos en el flamante puesto.

   -Mucho aprecio esta tan agradable decisión y haré lo máximo a mi alcance para no defraudarlos. Debo agradecer su gentileza, que me deja en deuda con usted, trataré de saber retribuirle su deferencia.

   -Estimada señorita Perdusco... ¿puedo llamarla Isabel y así rompemos un poco las frías reglas?

   -Ohhh...por supuesto, y es más, propongo tutearnos, ¿qué te parece?

   -De acuerdo, mi nombre de pila es Lucas. Considero que lo conveniente sería acompañarte al Departamento del Personal, para llenar los formularios pertinentes a tu incorporación a la empresa. Por favor, sígueme...

Después de terminar con todo el molesto pero imprescindible papelerío, volvió, está vez sola, a la oficina del señor Theodurus, que para ella sería Lucas, en adelante, para despedirse y anunciarle que el primero del mes próximo volvería para empezar a ocupar el flamante puesto.

Antes de abandonar el edificio, averiguó donde se encontraba Ingrid; pues no podía irse sin comentarle sobre la buena nueva y por supuesto agradecerle sus ayuditas.

A la noche del día siguiente recibió en su departamento a sus amigos para comunicarles del nuevo trabajo y compartir con ellos su tremenda alegría. Fue una inolvidable velada, todos la llenaron de cariño y levantando una copa, brindaron por el éxito en su nuevo camino.

Los siguientes días, se ocupó en arreglar varias cosas pendientes, acomodar sus quehaceres diarios, y dejar todo organizado, tratando de no olvidar ningún detalle.

Diez minutos antes de las nueve del lunes, buscó donde estacionar su cochecito en el estacionamiento, ubicado al costado del edificio de la empresa; por suerte vio allí a Ingrid, quien le indicó que debería ubicar el vehículo en la zona destinada a los Jefes, de acuerdo a las reglas acostumbradas. Respondió que mucho no le agradaban ese tipo de “distancias” entre los compañeros de trabajo; no obstante, evitó contradecir las reglas de la casa, teniendo en cuenta que era su primer día allí. Enfiló hacia el lugar especificado, estacionó.

Nerviosa, con paso lento pero firme, entró en el edificio, que sería un nuevo eslabón en su carrera.

Todo el día lo ocupó en conocer al personal de la empresa, ubicarse y acomodar, a su gusto, la amplia y confortable oficina que le habían destinado en el cuarto piso.

A los escasos minutos de su llegada, y mientras estaba inspeccionado los muebles que la acompañarían en su nuevo trabajo, golpearon la puerta…sin titubear exclamó un amable adelante…

Un apuesto joven, treintañero, entró y se presentó…

   -Mi nombre es Anibal, mucho gusto señorita Perdusco, fui designado como su secretario y estoy dispuesto a ayudar en todo lo necesario, ¡bienvenida a la empresa!

   -Ohhhh, que agradable sorpresa, agradezco su recibimiento, con seguridad nos iremos conociendo y desde ya muchas gracias por ofrecer su ayuda, que como en todos los principios, la necesitaré.

Hizo correr el escritorio para ubicarlo a un costado del gran ventanal que daba sobre un hermoso parque, y que sentada en su sillón podría apreciar el encantador paisaje, como si de un cuadro fuera.

Además pidió retirar dos arreglos florales de material sintético, los cuales afeaban el ambiente, de por si frio de la oficina.

Tal espacio lo reemplazó, con un sillón de pana roja obscura que su simpático secretario consiguió traer de una pequeña salita, sin uso, al costado de la entrada a su oficina.

Aunque el gasto no era poco, compró una hermosísima ikebana, en una florería pegada al edificio y la ubicó en un costado de su escritorio.

De más está decir que cuando Lucas, vino para augurarle un buen comienzo, quedó impactado por el look de la oficina, y no escatimó palabras de felicitación por el buen gusto de la nueva empleada, a la cual ya considera una amiga y esto se lo manifestó, sin ningún reparo.

La primera reunión del Directorio a la cual fue invitada, fue una especie de bienvenida a la empresa; allí conoció a todos los jefes de los distintos departamentos, quienes le desearon una buena aclimatación, augurándole éxito en su puesto.

Se sintió muy conforme y dejó vislumbrar su satisfacción por el trato recibido, en unas pocas y concisas palabras que pronunció, como agradecimiento y además, prometió no decepcionarlos; esto logró sonrisas en los rostros de los presentes.

Durante ese día y los subsiguientes, de su primera semana, los ocupó en interiorizarse con los detalles de la empresa, puertos, clientes, cargas…en fin, quería ponerse al tanto, por lo menos en forma somera, sobre las actividades y desarrollo de la compañía.

Anibal, resultó, a primeras vistas, un eficiente secretario, siempre estaba atento a cada llamado, y dispuesto a brindar su ayuda.

Fue él quien le trajo una carpeta en la cual constaba el plan de trabajo, preparado por la Dirección, donde se le sugería atender diversos puntos que requerían su atención a la brevedad posible.

Entre los problemas a los cuales dedicó su mayor atención, pues los consideró urgentes, destacaba el suceso ocurrido con un envío despachado al puerto de Lisboa.

El reclamo fue denunciado por Globales S.A., un buen cliente, de varios años de relación comercial. La queja radicaba en la falta de un considerable número de piezas de carpintería, que, según la lista original del pedido, no concordaba con la mercadería recibida.

Como primera medida, solicitó de Anibal que la acompañase a la sección Despacho, para tener una impresión del sistema de control de los pedidos a embarcar.

Allí la recibió, no con buena cara, Salvatore, el encargado, que a regañadientes accedió a mostrarle los diferentes pasos del sistema empleado.

En casi todas las etapas, notó fallas, y no dudó en hacer hincapié en ellas.

Al finalizar el recorrido, agradeció la atención del encargado, manifestándole que le enviaría un informe con los detalles de su inspección, con copia a la Dirección. Un corto saludo, y abandonó bastante ofuscada la oficina, haciendo notar la nada agradable visita allí.

Mientras regresaban, Anibal comentó, que el viejo Salvatore, era uno de los empleados de mayor antigüedad en la empresa, y era conocida su falta de amabilidad, y más cuando se inmiscuían en su trabajo, pues se considera el mejor, y más de una vez, fue reprendido por el mal trato con el resto del personal.

Apenas llego a su oficina, Nina se puso de inmediato a redactar el informe respectivo. No estaba acostumbrada a esa clase de trato; la reacción del tal Salvatore, daba lugar a toda clase de conjeturas, y ello fue el motivo, por el cual decidió pedir una reunión urgente con el Directorio.

Para su asombro, no pasó más de una hora y Anibal le comunicó, que la reunión solicitada se llevaría a cabo, a las 14,30.

Anibal la acompañó, y mientras se dirigían al piso superior, donde se realizaría la reunión, le comentó, en voz baja, que no sabía cómo, pero en la última hora no había otro tema de conversación en todas las oficinas, que lo relacionado con la visita de ella a la sección Despacho.

Al entrar vio una serie de caras desconocidas; se notaba un aire de asombro y expectación, en el ambiente; luego se enteró que el Directorio en pleno estaba allí. Por lo visto no era acostumbrado que uno de los Jefes, solicitase una reunión urgente con la plana mayor de le empresa.

Todos ocuparon sus respectivos asientos, Lucas, la ubicó a su lado.

La señorita Helena, abrió la sesión y otorgó la palabra a la nueva Jefa del Departamento de Exteriores.

Sin ninguna clase de rodeos, fue directamente al grano.

   -Ante todo agradezco vuestra gentileza al considerar con suma rapidez mi pedido de reunión, cuya finalidad es la urgencia de manifestar mi opinión sobre la primera visita que efectué a la Sección Despacho.

Luego de detallar lo ocurrido en tal visita, y sin esperar las preguntas que imaginaba recibir, continúo con su informe.

    -Debo destacar, como primer detalle, la escasa amabilidad, que en momentos resultó inclusive cercana a la intimidación del encargado, el señor Salvatore, que en todo momento trató de ocultar los diferentes pasos que son efectuados para los envíos. No obstante, mi insistencia otorgó sus frutos, y pude comprobar aunque no en forma completa como hubiera deseado, que no existe allí un orden determinado, todo se realiza siguiendo el “sistema” del Jefe, es decir sin respetar las clausulas explícitas que figuran en el Libro de Leyes, redactado y firmado por el Directorio.

Como saben, y me refiero a la queja elevada por nuestro cliente Globales S. A., aludiendo la “falta de semejanza” con el pedido solicitado.

Por lo tanto, visto y considerando las anomalías allí existentes, sumado a la serie de quejas registradas en los archivos que he revisado, me arriesgo a formular un grave acusación sobre este empleado, y propongo se forme una comisión especial de tres miembros del Directorio, con el fin de analizar a fondo todo lo relacionado con el desenvolvimiento de esta sección, y además, hasta tanto duren las revisaciones pertinentes, quede suspendido el señor Salvatore.

Nina tomó asiento.

Los rumores, al principio suaves, en instantes subieron de volumen…y se convirtieron en un ir y venir de acusaciones entre los miembros allí reunidos, algunos se pararon, otros optaron refutar los adverbios recibidos, al cabo de unos pocos minutos, aquello se convirtió en un batahola, propiamente dicha.

La señorita Helena, se paró, en la manera derecha sostenía una carpeta, y con ella golpeó dos o tres veces con fuerza sobre la mesa, y con una autoritaria voz, exclamó…

    -¡¡¡BASTA!!! Estamos en una reunión del Directorio, y no en una cancha de futbol. Solicito orden en la sala… no esta es la forma de deliberar, analizar y llegar a conclusiones.

Exijo de cada Director de Planta, redactar un informe sobre el tema aquí planteado, y ser presentado en mi oficina, en las próximas veinticuatro horas.

Señorita Perdusco, tenga a bien acompañarme a mi oficina.

Doy por levantada la sesión del día de la fecha.

Con cierto nerviosismo, acompañó a la señorita Helena hasta su oficina.

La anfitriona invitó sentarse a la nueva Jefa, mientras ella se situó al lado de su sillón al frente de su inmenso y antiguo escritorio.

    -Los nervios no me permiten sentarme, estoy ofuscada al máximo, su informe, estimada señorita Perdusco, ha conmovido al Directorio en pleno, como lo habrá comprobado. Confieso que ya tiempo, tenía intenciones de poner en claro las quejas acumuladas sobre el Jefe de la Sección Despacho, tanto con respecto a su eficiencia en el puesto, como las de clientes desconformes con los envíos.

He tomado la decisión, teniendo en cuenta su propuesta, de nombrar un comisión investigadora, de la cual será usted participe, que tendrá a su cargo hacer un examen general sobre dicha sección, y dada la importancia del caso, me gustaría que lleguen a entregarme un informe a la brevedad posible, ¿le parece bien una semana?

Nina no podía creer en la situación que estaba...su nuevo y flamante trabajo se encontraba en un callejón cuya salida era imprevista. Necesita responder y ahora.

    -Estimada, entiendo la urgencia del caso y su lógica preocupación al respecto, pero antes que nada, creo importante dejar bien en claro que me resulta muy raro que, no obstante la actuación del referido señor Salvatore ha acumulado varias quejas de respetables clientes de la empresa, nunca el Directorio trató sobre el tema, así lo interpreto, de acuerdo a su explicación , y es más, el notable cuchicheo entre los miembros mientras yo informaba sobre mis sospechas, me ha dado la pauta que este problema era más que conocido entre ellos y quizás me atrevo a sospechar que alguno es partícipe, lo cual me sitúa en una situación un poco conflictiva. ¿Es clara mi posición?

Las fuertes palabras de la nueva Jefa del Departamento de Exteriores, ocasionaron un nerviosismo tal, que el rostro de la Directora se puso en rojo vivo...dejó de caminar, se sentó en el sillón, y enfrentó su mirada derecho a los ojos de Nina…

    -He oído suficiente, señorita, considero que se ha extralimitado en sus funciones. No le permito su falta de respecto sobre los miembros del Directorio, acusándolos de delincuentes, por lo que me hace también sospechosa. Nuestra empresa tiene una veintena de años trabajando y dueña de una reputación reconocida en el ámbito naviero nacional como internacional…

Nina alcanzó a decir…

   -Perdón pero...

    -Por favor no me interrumpa...En cuanto a la problemática ocasionada por el funcionamiento de la Sección Despacho, ya le informé que se formará un comisión investigadora. Sintetizando, usted decidirá su proceder de aquí en adelante, en caso de optar por acatar mis resoluciones, o sea, ocuparse junto a los demás integrantes de la comisión investigadora, de la misión ya estipulada, o si así no fuera, presentar su renuncia en forma inmediata.

Silencio total. Nina comprendió que la situación había llegado al punto de ebullición. Se levantó de su asiento, y con la frente bien alta dirigió su mirada hacia la Directora y expresó, sin titubear y en tono un poco elevado…

    -Perfecto, todo comprendido, a la brevedad posible, tendrá mi carta de dimisión en su escritorio.

Sin saludar salió de la habitación, sin siquiera cerrar la puerta tras ella.

La entrevista finalizó en una forma inesperada...la señorita Helena no llegó a comprender la reacción tan impulsiva de la Jefa Perdusco.

Transcurridos escasos diez minutos, Nina llegó nuevamente a las oficinas de la Dirección y entregó un sobre dirigido a la Directora.

Volvió a su oficina, se sentó y esperó.

Unos leves golpecitos en la puerta…

   -Adelante…

Anibal entró y le comunicó que recibió un llamado de la Dirección requiriendo su presencia en forma inmediata en la oficina de la señorita Helena.

Nunca los apresuramientos son positivos, se dijo a si misma, y ante el asombrado Anibal, le pidió tenga bien prepararle un café.

Al cabo de unos quince minutos, se abrió la puerta de su oficina... y sin preámbulos entró la mismísima Directora...sostenía en una mano un sobre y en la otra una hoja.

Se situó en frente del escritorio y con cierto énfasis en su voz, dijo…

    -Estimada Isabel Perdusco, su solicitud de renuncia no ha sido aceptada por el Directorio. Lo cual significa que consideramos prudente reconsidere su decisión, lo que nos permitirá tratar en forma convincente el camino a seguir. Aguardo su palabra…

   -Estimada Directora Helena, por lo visto no fue comprendida la nota en la cual manifesté mi decisión del abandono de mi puesto en esta empresa...por lo tanto repito y reitero, ahora en forma verbal y frente a frente, para así evitar errores o males entendidos, que mi renuncia es firme, inamovible e irreversible. Considero que no queda nada más que hablar. ¿Está claro?

Sin esperar respuesta alguna, se levantó de su sillón y empezó a acomodar el escritorio en señal de haber dada por finalizada la entrevista.

Sin más, la ofuscada directora abandonó el recinto.

Una vez sola en su oficina, Nina llamó a su ayudante Anibal para consultar si es necesaria su presencia en las oficinas del personal para ultimar detalles.

Una hora más tarde, salía la ex Jefa del Departamento de Exteriores del edificio de la Compañía Naviera Pegassus, con una leve sonrisa dibujada en su rostro.

*/*/*/*

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ESCRITOR DISTINGUIDO
Comentario de Beto Brom el marzo 2, 2022 a las 1:46pm


ESCRITOR DISTINGUIDO
Comentario de Beto Brom el marzo 2, 2022 a las 1:45pm

Queridos amigazos, es un verdadero alegrón recibir vuestras impresiones favorables.

IRIS   SOFI   CRÍSPULO   ELÍAS   


ESCRITORA DISTINGUIDA
Comentario de Iris Girón Riveros el febrero 28, 2022 a las 10:07pm

Aunque muy extenso el relato,

pero la narración descrita

es muy aleccionadora y reflexiva.

En toda entidad, sea pública o privada,

se debe respetar la corrección y la honestidad

en los actos de función administrativa. 

Gracias gran amigo Beto por tu compartir.


VICE-DIRECTORA
Comentario de Sofi Piris Herdugo el febrero 28, 2022 a las 12:11pm

Beto amigo, bello relato.

Un abrazo

Sofi


ADMINISTRADOR
Comentario de Elias Antonio Almada el febrero 27, 2022 a las 3:03pm

Excelente texto

Shalom hermano

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