DIDÁCTICA DE LA PAZ

[ELISAIN MALDONADO]

 

DIDACTICA DE LA PAZ

 

“LOS NORMALISTAS QUEREMOS LA PAZ”

Un compromiso con la cátedra de la paz

 

Ante la muerte de un ser querido experimentamos

una heterogenidad de emociones y sentimientos dolorosos.

por ende  queremos lograr un equilibrio físico, social y psicológico.

ante la muerte de tantos hermanos que han partido dejando un vacío;

obligados por la fuerza del opresor, que solo lleva en su corazón odio y rencor.

 

Los normalistas hemos entendido que los padres son el modelo de

 desarrollo de la personalidad del individuo; el amor, el afecto, el vínculo o apego

resultan de la interacción entre las personas

a través de las, emociones, vivencias y experiencias

que tienen como efecto recibir “algo del otro”

y crecer con el conocimiento mutuo.

 

En mi normal aprendí: a ser justo, honesto y responsable

fortalecí la confianza y la seguridad  a través de la comunicación,

me  facilitaron experiencias y actitudes positivas de simpatía y empatía.

Con el propósito de unir y armonizar esfuerzos

para participar en la construcción de la paz;

reconociendo como valores fundamentales

para la convivencia: la Dignidad Humana, con su contenido de Vida,

 Libertad e Igualdad de cada Persona,

necesaria la práctica de la Solidaridad, la Tolerancia y la Participación.

 

Entendemos que por su autonomía,

la persona es libre para determinar su conducta

y para definir y ejecutar su particular proyecto de vida.

La persona sólo tiene como límite la igual libertad de las otras personas.

 Además de razonabilidad, responsabilidad; hace posible la convivencia.
En efecto, a nadie le está dado por sí mismo

 un mayor poder o autoridad para determinar la vida de las demás.

 

Los normalistas sabemos que para comenzar a construir la paz

Se debe lograr el reconocimiento de la igualdad jurídica

y política de las personas y con esta el desmonte de privilegios injustos.

Como forma de la igualdad de oportunidades

 económicas, sociales y culturales para ejercer la libertad.
Por ende exige entender que la dignidad humana

se realiza en concreto, para cada persona,

en las que se desenvuelve su vida.

La persona solidaria reconoce la  dignidad de la otra persona y en consecuencia

no sólo se abstiene de vulnerarla sino que además

 se compromete y coopera para su realización. La solidaridad viene a ser, entonces,

la condición para el ejercicio razonable y responsable de la libertad y así, también,

para la equitativa distribución de oportunidades

para ejercerla en el marco de una sociedad Democrática.

 

¡Colombiano!, busca la realización de la propia dignidad,

 respete y contribuya a la realización de los derechos de las otros.

reconoce el igual derecho y la infinita posibilidad que tienen de ser diferentes.

Recuerda que para vivir en armonía,

Es necesario ser pluralista.

 

Tu Normalista, pedagogo, hermano mío
dotado de una gran personalidad, polifacético,

inteligente y de cualidades creativas;

que en tu corazón llevas a DIOS.

Por el que  sentimos respeto y admiración;

contribuid para que las aulas de clase sean territorios de paz

y el corazón de los niños y jóvenes

el templo de la sabiduría para preservarla.

 

Entonces no olvidemos que la paz es un derecho humano.

En consecuencia, el deber de reconocerlo deja como única alternativa

 renunciar a la violencia como medio para solucionar los conflictos.

Que la indiferencia no sea la enemiga de la paz,

ni la guerra un obstáculo para ser felices.

Eduquemos y formemos con la pedagogía del amor.

 

¡NORMALISTAS…! ¡A LAS CUMBRES!