Si tu voz me nombra,
si nombra mis cálices y rosas,
amado, tú no me has olvidado,
sigo viva, fresca, entre los ramajes cansinos de la lejanía.
Es cierto que los versos nos unen como abrazos inspirados,
que el cielo nuestro idilio celoso ha mirado,
y que florece en mi corazón la calidez de nuestros encuentros dorados.
Mi sonrisa florece para ti,
no para celebrar otoños perdidos,
sino para resucitar los sueños rotos
y avivar la llama del amor crepitante.
Sí, amado, rodéame de los vinos de la alegría,
espanta los grises días y sus amargas sinfonías,
y seamos solo cielo, cielo enamorado conjugado.
Al rodear con tus brazos mi cintura
sentirás del amor su tersura,
la pasión se encenderá a mil grados en llama pura;
nos embriagaremos alborozados de Eros y su rutilante figura.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
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Gracias Elías
Gracias bella Mamiega
Gracias mi hermosa Bethzaida
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
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