Y el sol al agua responde
tras lo que de ella él oyera:
"tu sabes bien, compañera,
que, mientras la Tierra ronde
mi jardín, donde se esconde
por un instante la faz
de Selene, la fugaz,
que hará humedad no te falte
cuando mi rayo te asalte;
¡yo seré Guerra, y tú, Paz!"
(El agua, húmeda y en trance
ante tamaña embestida,
quedó tan agradecida
que permitió al sol avance,
y éste, buscando el balance…