CALLES DE ORO

[Vicente Antonio Vásquez Bonilla]

 Vicente Antonio Vásquez Bonilla

 

 Pedro se levantó ese día sintiendo hambre, pero en lugar de dirigirse a la cocina en busca de algún alimento, se fue para la sala, se sentó en uno de los sillones y se dedicó a contemplar el entorno.

Las paredes estaban construidas con block de oro puro y sin repello para lucirlos mejor, al piso lo formaban ladrillos de oro fabricados con diferentes aleaciones y a diversas temperaturas para darles variadas tonalidades y así formar exclusivos diseños, de acuerdo a los gustos de los clientes.

Todo brillaba gracias a la nobleza del metal y a la esmerada limpieza que recibían. El lugar era bello, pero no exclusivo.

Por un momento sintió tristeza, el hambre lo empezaba a aguijonear y estaba seguro que en la cocina no encontraría alimentos. Tenía varios meses de estar sin empleo y no conseguía otro, las vacantes eran pocas y la demanda numerosa, debido a la crisis económica por la que atravesaba el país.

Dirigió la vista hacia la ventana y alcanzó a distinguir el dorado pavimento. Una calle adoquinada con bloques de oro «y sin estar en las soñadas Calles de oro de la nueva Jerusalén», pensó, con renovada tristeza.

¿Qué hacer?

Sus reservas económicas se habían agotado, estaba llegando a la temida pobreza.

»¿Qué hago? –Vio para el piso y se vio así mismo, como al hambriento y legendario Rey Midas- Ni modo que me coma un ladrillo. O que arranque un block de la pared y salga a venderlo. ¿Quién me lo va a comprar? Si no vale nada y además, todo el mundo tiene a su alrededor y al alcance de sus manos toneladas de ese metal.

Recordó cuando las casas, los pavimentos y todas las construcciones eran de piedra y de otros materiales propios de la albañilería –sonrió con tristeza-, venía a ser el mismo y doloroso caso, ni modo que en ese tiempo, me fuera a comer un ladrillo de barro.

 

Años atrás, varios científicos, dándose aires de alquimistas, habían descubierto la Piedra Filosofal y con bombos y platillos anunciaron su logro y divulgaron la esperanzadora noticia, de que la pobreza sería erradicada del mundo, gracias a la trasmutación de los metales innobles en oro puro.

La piedra filosofal del presente, trascendió las expectativas de los alquimistas de la edad media y trasmutó hasta las rocas en oro sólido, así, se vino por los suelos el valor del áureo metal, bajando de valor y llegó a sustituir hasta el piedrín en las obras de construcción.

¿Qué hacer en el presente?

En el pasado, al privilegiado ser que poseía el codiciado metal, se le veía con respeto y con envidia. Era millonario. Podía comprar lo que se le viniera en gana y presumir de muchas cosas. Pero ahora, el oro está por todos lados, es algo común, sin valor y hasta los mendigos se dan el lujo de despreciarlo, lo ven como basura, como algo que hace estorbo.

«Si no se hubiera descubierto la piedra filosofal –piensa-, nada hubiera cambiado, todo estaría igual, solo que construido con los materiales tradicionales. Las necesidades serían las mismas y los estratos sociales continuarían en idénticas proporciones.»

El sonado descubrimiento que vendría a solucionar todos los problemas económicos, sólo fue un alegrón de burro para la humanidad, que allí mismo se desvaneció.

La divulgación del fácil método para la transmutación y el indiscriminado abuso de su uso, doraron la faz de la Tierra, pero devaluó hasta por los suelos al brillante metal.

 «La escasez es la que le da valor a las cosas –sonrió-. Se acabó el sueño de andar por calles de oro hacia un mar de cristal», acotó Pedro con tristeza. Recordó de nuevo al mítico Rey Midas, comprendiendo y compartiendo su famélico sufrimiento.

[Vicente Antonio Vásquez Bonilla]

Estimado Magi: Gracias por visitar mis humildes letras. Un abrazote, Chente.

FELIZ AÑO NUEVO

 

Hoy uno de Kej de 5130

Les deseo un año solar lleno de bellas realizaciones

[Vicente Antonio Vásquez Bonilla]

Estimado Rafael: Gracias por tu mensaje. Espero que haya sido voluntario y por influencia de Homero. Un abrazote, Chente.

[Rafael Merida Cruz-Lascano]

Excelentes letras,  Gracias por compartirlas...   como siempre excelentes.

RAfael.-

[Vicente Antonio Vásquez Bonilla]

Amarilis linda: Gracias por tus palabras. Besos dorados, Chente.

[Vicente Antonio Vásquez Bonilla]

Senda linda: Gracias por tu bello mensaje. Besos, Chente.

[Vicente Antonio Vásquez Bonilla]

Estimado Elías: Gracias por pasar por mis humildes letras. Un abrazo lleno de letras, Chente.

[Vicente Antonio Vásquez Bonilla]

MAB linda: Obrigado. Beijos, Chente.

[Vicente Antonio Vásquez Bonilla]

Stella linda: Gracias por tu lectura y por tu rosa. Besos, Chente.

[Vicente Antonio Vásquez Bonilla]

Normy linda: Gracias por tu bello e ilustrado mensaje. Besos, Chente.

[Carmen Amaralis Vega Olivencia]

Excelente moraleja y cuento muy bien narrado, lo disfruté, Amaralis