MIEMBRO DE HONOR

- DE HIPOCRESÍA, PRIVILEGIOS ENCUBIERTOS (QUE TARDE O TEMPRANO SON DESCUBIERTOS) Y OTROS - (un intento de lograr reflexión sobre nuestras conductas incoherentes)

  En mi humilde opinión, muy a menudo somos testigos de actitudes que dejan mucho que pensar y reflexionar. Para dar un ejemplo, basta con mencionar los discursos de gobernantes que dicen abogar por la Paz Mundial y otros valores tan esenciales como improbables, pero, en la práctica, el contenido del discurso no es refrendado con actitudes coherentes. Quienes luchamos por la libertad de expresión propia y de quienes no tienen voz porque procuran acallarlos aquellos en quienes ha recaído la responsabilidad de administrar un país, una organización no gubernamental, o la entidad que fuese, seamos poetas, escritores, periodistas, docentes, o simples ciudadanos preocupados por el auge del autoritarismo, solemos encontrar resistencia a dicha expresión en nuestros propios compañeros de lucha. A estas alturas de la lectura, no me sorprendería que haya quien se haya identificado con mis dichos, y de igual modo, existan quienes opinen que mi aseveración es totalmente insolvente. 

  Desmenuzando un poco esta cuestión humana que atañe a todos y cada uno de nosotros, la especie dominante, y, con seguridad, más contaminante, destructiva y desequilibrada de todos los habitantes del planeta Tierra, padece el abuso de poder, mismo que se advierte a diario en los noticieros, en la vida diaria de cada ciudad, y en la Historia de la Humanidad, más allá del autor de la enciclopedia elegida. 

  Decir lo que se piensa puede ser molesto o doloroso, pero, ¿el dolor ajeno es suficiente motivo para reprimir lo que uno siente que debe decirse? ¿Acaso no estamos capacitados para replicar con altura y respeto sin caer en la violencia, que luego deriva en intolerancia? Retirarse abandonando la valiosa posibilidad de crecer culturalmente en medio de una rica discusión (que no es lidia; es confrontación de opiniones, ejercicio saludable si los hay) solo por convencerse a sí mismo de que no podrá convencer al otro por no saber cómo hacerlo, lejos está de ser una actitud positiva y más se parece a un gesto de absoluta cobardía. Es muy común advertir la teatralización (léase, victimización) como medio alternativo para la inminente huida en medio de una despotricación descalificadora hacia quien desea seguir debatiendo. 

  Otra cosa es abandonar el debate por considerar que la discusión se fue de control y es preciso poner paños fríos para regresar en momento propicio y retomar lo iniciado con mayor tino y serenidad. Son pocos los que se animan a hacerlo. 

  Me atrevo a inferir que más de un lector, y espero no sean pocos, a medida que leía este intento reflexivo veía, como en un trailer de promoción del filme de su propia Vida, imágenes que bien se asocian con el contenido del texto. 

  Podría escribir sobre la etérea calidad de las mariposas y su relación con los colibríes, aunque, hoy preferí proponer algo más relacionado con situaciones que son tan frecuentes como innecesariamente naturalizadas. 

P.S. texto escrito por Hugo Mario Bertoldi Illesca - Argentina - noviembre 16, año 2019

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  • MIEMBRO DE HONOR

    hugo

    Elías Antonio, querido amigo, agradezco pronta respuesta y las felicitaciones junto a bonita imagen. Abrazonrisas y mis buenos augurios de Paz, Amor, Salud y todo lo necesario para una hermosa Vida, la que mereces. 


  • ESCRITORA DISTINGUIDA

    Elizabeth Chacon Stevens

    Lamentablemente no vivimos en paz  y viene desde nuestra cuna, esa cuna que debería ser nuestro lugar sagrado. Sin embargo, nuestra paz se resquebraja cuando la envidia existe entre hombres y mujeres de nuestra familia y persiste cuando trabajamos o ejercemos el poder de gobernar, siempre queriendo lo mejor para nosotros sin importarnos lo que sientan o deseen los demás. Se da en las mejores familias; se da en las pobres familias, se da en cualquier parte del mundo si lo permitimos. Existe el dialogo y no lo hacemos y no queremos escuchar lo que al mundo le afecta y cuando lo hacemos, empezamos a destruir nuestras obras, esas que con gran esfuerzo fueron hechas.

    Tratemos que algûn día cambiaremos.

    Saludos y buenas noches.


  • MIEMBRO DE HONOR

    hugo

    Elizabeth, amiga, agradezco presencia, lectura y comentario, preciso y atinado, por cierto. Si bien lo analizas, como yo lo hago, un texto que induce a la reflexión recibe, salvo muy raras excepciones, escasos comentarios. En este caso, el tuyo es el primero, tras la imagen que dejó, tan amable como discretamente, Elías Antonio, querido amigo. Poemas que dicen mucho menos, además de ser repetitivos, son, incluso, destacados. Hablando de "destacar", que no es lo que me quita el sueño ni jamás perseguí, Elizabeth, confío en que decir lo que realmente ocurre no derive en molestias ni represalias, pues, como suele suceder, es el mensajero el que recibe maltrato tan solo por decir lo que muchos callan. En todos los casos, los represores son personas que padecieron la represión y no supieron aprender lo necesario para no proyectar en las propias conductas lo que recibieron de quienes debieron protegerles. Como bien dices, tratemos de cambiar. Abrazonrisas y buenas ondas.