PENSANDO EN EL AMOR.

Es piñata de sensaciones compartidas con el hombre que amo.
Es bolsa de entrega, ilusión, miradas cómplices y silencios, manos apretadas, palabras que quizá no se dijeron ni se dirán . ¿Es para siempre? quizá no sea para toda la vida ni mantenga la misma intensidad.

El amor es cristal, porcelana, cuarzo, espejo. Se puede destruir en un segundo y también potenciarse cada vez.
Implica variados condimentos : discusiones, acuerdos, reencuentros, sexo, y una trama vincular que se va apretando con el conocimiento mutuo y la admiración, si el sentimiento remolinea en paz.

El amor es amigo del perdón, del respeto, de la comprensión y la prudencia. No siempre ni todo es rosa. Es un proceso para nada lineal, con idas y vueltas, tirabuzones que aprietan y se aflojan.

Amar con pasión nos descoloca, nos desubica, nos permite llegar a la cima del Everets o bucear en las profundidades del abismo de Challenger.

Amor y amar no se representan con rectas, más bien parecen el resultado de un electrocardiograma con picos y depresiones que marcan el tic tac del sentimiento.
Los momentos amorosos plenos producen la energía que sostiene el alma, el corazón, el cerebro y el cuerpo.
Es sublime sentirse enamorada.

No hay receta universal que explique qué y cómo es el amor ni con qué medir la capacidad amatoria. Cada ser posee una manera diferente de percibir la intensidad y el deseo que despierta ese amor.
Hay una canción de Agustín Lara “ Yo conocí el amor y es muy hermoso pero en mí fue fugaz y traicionero”
Mentira, noooo. Mi amor fue profundo, no perfecto, pero fue un buen amor similar a la hierba fresca, entre almas afines. Un bello amor que con los años se tornó más fuerte, más tierno, más viril y leñoso.
Amé y he sido amada. Fui feliz. Aún hoy, ese fiel amor del pasado alimenta mi ilusionado corazón.
¡Nadie debiera morir sin conocer un gran amor!

Martha Dora Arias Brun.