¿Qué harás, joven soldado

que obedeces a ciegas lo que tu Ser no entiende

ni tampoco lo acepta tu cerebro alienado?

¿Qué harás en las mañanas,

cuando las pesadillas te ametrallen la calma

y oigas tantos clamores

como tantos los gritos que tu obrar ha causado?

¿Qué verás en tu espejo?

Déjame que adivine, víctima de un sistema que te roba hasta el alma:

verás negras pupilas en sangrienta mirada,

y ese que antes reía,

tu niño, el que mataste, tu esencia primitiva,

sollozará en silencio,

compungido al saberte derrotado en tu lucha,

prisionero de un odio que halló en tu inexperiencia el terreno propicio,

¡y así, en lugar de un libro, puso en tu mano... un arma!

¿Qué harás cuando confrontes las cándidas miradas de niños inocentes?

Piensa bien, pues, no es cierta la versión premoldeada,

la del marcial discurso,

ese que te conmina a defender... ¿la Patria?

Lo que estás resguardando, sujeto uniformado,

¡son sucios intereses!,

los de corporaciones, mismas que manipulan,

¡sin escrúpulos, claro!,

¡presidentes, ministros, esos que tú has votado!

¡Recuerda el Holocausto!

¡Cuánta gente valiosa! ¡Cuántos sueños truncados!

P:S:: poema escrito por Hugo Mario Bertoldi Illesca - Argentina - 10-01-2019