FÓRMULA ECLÉCTICA DEL CONOCIMIENTO
(Ensayo)
Mi teoría no trata solamente de una interpretación social del lenguaje y de su significado sino, por el contrario, de una interpretación discursiva de lo social, del sujeto y de la realidad, es decir, de una evaluación del significado. Porque el sujeto, es como la tierra fértil: si siembras maleza, maleza cosecharás y al cabo de los años esa tierra ya no servirá para sembrar maizales o flores, porque su constitución química solo se ha adecuado para las malas yerbas. En este sentido, Pestalozzi nos refiere a la importancia del amor de la madre que se siembra en el hijo y la consecución de los procesos escolares adecuados para un aprendizaje entre normas y valores, en lo cual el maestro es agente indispensable. Considero, sin embargo, que los esquemas cognitivos son el resultado de generalizaciones motivadas por el intercambio verbal y que los esquemas interaccionales se hacen significativos solamente en el proceso discursivo, es decir, que para que esa relación entre experiencia externa (mundo ontológico, social y cultural) y procesos psicobiológicos (sujeto) se vuelva significativa, para que se convierta en esquemas conceptuales, es necesaria la mediación del lenguaje. En segunda instancia propongo que es el intercambio verbal, como elemento funcional, el que hace posible que los procesos de generalización y de construcción de esquemas se lleven a cabo.
Todo esto implicaría llegar a hacer varios reconocimientos: reconocer, en primer lugar, el papel mutuo de los participantes en el proceso de significación, y que si bien los esquemas funcionan internamente (en el sujeto), éstos son de naturaleza intersubjetiva, son sociales; significa reconocer, en segundo lugar, que la naturaleza de los esquemas es externa, es discursiva en tanto que se basa en el uso funcional del lenguaje, es decir, son consensuales y se pueden generalizar; reconocer, en tercer lugar, que los esquemas se pueden interiorizar y evolucionan en y a través del proceso relacional motivado por el uso funcional del lenguaje en los diversos encuentros de interacción verbal realizados en una comunidad; significa reconocer, finalmente, que es en y a través de los enunciados de los discursos producidos en la interacción verbal, que se construyen esos esquemas conceptuales que van finalmente a contribuir en la construcción del sujeto discursivo.
Nos vemos en este momento frente a una perspectiva que conlleva la propuesta de una nueva manera de abordar el problema del proceso de construcción de sentido, que pretende dar una explicación a la ocurrencia simultánea de la diversidad (heterogeneidad de sujetos) y de la unidad (el discurso), que recupera además la vieja hipótesis del papel activo del lenguaje, esta vez en tanto que discurso, en el proceso de construcción del significado, en la construcción del conocimiento. Es una teoría mediadora de la producción de sentido que inscribe el lenguaje en una dimensión dialógica y explora el papel activo del intercambio verbal y de su unidad discursiva en la generación de procesos graduales de generalización.
La perspectiva sociohistórica y cultural que he adoptado en relación con los procesos de interacción verbal y la adquisición del conocimiento se fundamenta en las siguientes razones:
1) Destaca la interacción de enunciados como la instancia discursiva, la unidad compleja que permite la existencia simultánea tanto de la unidad y de la diversidad a través de la actualización discursiva resultante de la relación intersubjetiva (heterogénea) en un contexto situacional específico.
2) Ofrece una validez explicativa a la dinámica inseparable entre lo externo y lo interno, destacando el papel central del enunciado como elemento mediador para la construcción de los procesos de internalización de los esquemas de conocimiento. Lo real, el significado de las cosas y de las relaciones entre los sujetos y las cosas emerge en el enunciado como producto de las relaciones sociales entre los sujetos discursivos que en él se instauran.
3) Permite ver el signo en su desarrollo, en una construcción dinámica y viva de la construcción de los esquemas de conocimiento y por ende del aprendizaje como proceso evolutivo.
4) Destaca el papel del otro en el proceso de aprendizaje y la importancia de esta relación dual en el proceso de evolución subjetiva y de no-conclusividad y complementariedad del sujeto. Se trata de la dimensión dialógica de una construcción intrasubjetiva de naturaleza intersubjetiva.
Así pues, considerar el proceso de significación desde la perspectiva dialógica implica naturalmente hacer ciertas opciones epistemológicas: la principal opción tiene que ver con la necesidad de pensar el lenguaje desde una dimensión discursiva que permita dar explicación a la dinámica inseparable entre lo externo y lo interno, una explicación acerca de la manera como el mundo natural, social y cultural es semantizado en y a través del discurso en el proceso de comunicación intersubjetiva de enunciados. Esta perspectiva permite proponer un modelo semántico que considera el lenguaje no sólo como un sistema de formas lingüísticas, sino como un sistema de valores ontológicos, sociales y culturales que influye en la mediación de la experiencia externa y en la construcción misma del sujeto social. Los esquemas de conocimiento desde una dimensión dialógica se proponen como el resultado de la relación intersubjetiva, cuya significación discursiva resulta de la fusión estrecha entre contexto y forma material, lo cual responde al concepto de la creación continua del signo y su evolución.
Como señala Vygotski, "lo esencial del lenguaje no son absolutamente los sonidos, ni los gestos, ni las imágenes, ni las grafías. Lo esencial del lenguaje es la utilización funcional del signo y esto es lo que corresponde al lenguaje humano" , … y es lo que permite el proceso de internalización. Cuando hablamos de la utilización funcional del signo estamos hablando por supuesto de enunciados, a nivel del discurso. El discurso se convierte en la vía compleja, heterogénea y a la vez única para el acceso a la maduración verdadera de una competencia discursiva como prolongación de la competencia comunicativa, en el sentido de Dell Hymes. La tendencia intencional del signo daría cuenta del uso funcional del significado, en donde los agentes de la interacción, los objetos con los que estos interactúan, sus propósitos e intenciones, sus modos de formulación organizativa y argumentativa son parte del mismo significado discursivo.
Para Vygotski, el habla es el elemento psicológico por excelencia, el cual no solamente funciona externa y socialmente sino que mediatiza y regula internamente la acción de los procesos mentales. Vygotski rompe la dicotomía entre psicología y sociología, pues la representación conceptual, entendamos ahora esquemas, es imposible sin el proceso de intercambio verbal, sin la utilización funcional del signo; permite además establecer la unidad complementaria entre habla y pensamiento, pues si bien es cierto que los esquemas mentales funcionan internamente, desde esta perspectiva los esquemas son de naturaleza intersubjetiva, se construyen y se modifican en esta relación. Entonces, mis argumentos se apoyan también en Vygotski para quien el habla es el elemento psicológico por excelencia, el cual es tanto un elemento social como un elemento cultural y es el elemento que mediatiza y posibilita la interiorización del proceso social. De esta forma el habla no solamente funciona externa y socialmente, sino que mediatiza y regula internamente la acción de los procesos mentales. Así, los procesos socio-históricos en el nivel social institucional afectan el funcionamiento intersicológico. “La palabra, dice Vygotski, juega un papel muy importante no solamente en el desarrollo del pensamiento sino también en el crecimiento histórico de la conciencia como un todo... el pensamiento no se expresa en la palabra, es allí donde se realiza”. Así, si bien el pensamiento opera internamente, su naturaleza es dialógica, es decir, que el pensamiento es el resultado de procesos graduales de generalización motivados en y por la relación intersubjetiva que se estable en el intercambio verbal.
Toda teoría del aprendizaje está en íntima relación con el desarrollo del lenguaje. Una dimensión dialógica e interactiva sobre el aprendizaje y el desarrollo del lenguaje da un lugar central a los factores sociales y contextuales. Retomando a Vygotski, el aprendizaje es un fenómeno socio-cognitivo que resulta de la integración e interacción continua entre el organismo y sus capacidades de especie, por un lado, y el medio físico e histórico-cultural, por el otro. Así, el lenguaje racional de la especie humana sería el resultado de dos raíces distintas, una natural y otra socio-cultural. Vygotski demuestra que el niño en su primera infancia construye, en su interacción con el medio físico, “esquemas representativos”, y en su interacción con el medio social, “esquemas comunicativos”. El lenguaje propiamente dicho resulta de la fusión de estas dos líneas de desarrollo, y en el proceso de interiorización, el lenguaje toma el control de las facultades mentales del hombre para convertirse en pensamiento.
Por otro lado, la idea de creatividad y libertad continua, referida por Noam Chomsky, en la interacción verbal, viene a complementar mi fórmula. El lenguaje no tiene límites, el idioma apoyado en formas complementarias no verbales, da para todo. El significado de los términos o frases no es absoluto en sí mismo sino de acuerdo a la intencionalidad y contexto del hablante. Las reglas gramaticales y morfosintácticas podrán detenerse relativamente en un espacio de tiempo e inclusive podrían permanecer intactas, pero la semántica crece a pasos desmesurados, por la polisemia y las imágenes figurados que el cerebro del hablante procesa.
Hoy en día, hay quien se refiere a la deformación del idioma a través de medios electrónicos, computarizados o de microondas. Esas fórmulas ahorrativas de cortar las palabras o de escribirlas en base a los fonemas que las integran, en un acto violatorio de las reglas gramaticales conforman paralenguajes emergentes y muy atractivos para niños y jóvenes, que rápidamente desean participar del boom que desconoce los acentos ortográficos, elimina la letra H y cambie la C por K, entre otras formas. En este sentido sólo podríamos referirnos a ese paralenguaje como parte del uso que de la lengua hacen algunos sectores de los hablantes. El peligro de que el uso (bueno o malo) pueda llegar a sustituir o a constituir normas por su permanencia, siempre está latente.
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Milagros Hernández Chiliberti
Ingeniera de sueños