Prostitución infantil en Venezuela

[Eladio Rodulfo González]

Prostitución infantil en Venezuela

 

 

            Las cifras presentadas por el investigador Nelson Morales impresionan al más apático de los venezolanos: 40 mil menores de edad estarían ejerciendo la prostitución en el país, circunscribiendo el término prostitución al comercio con el cuerpo, al intercambio sexual, sin contar la gran cantidad de niños y jóvenes que conviven en situaciones promiscuas. Gran parte de estos muchachos en  prostitución está en edades limítrofes, 15 a 17 años, donde es difícil diferenciar si son menores de edad, pues buscan documentación prestada y se disfrazan de adultos.

            (Mireya Tabuas. “Más de 50 mil menores en situación de    prostitución, mendicidad y en la calle”. El Nacional, 24-11-96).

 

La explotación comercial que de los niños es una atrocidad, tal como lo afirma Meter Piot, titular de la agencia Onusida. Dicha explotación niega a los niños derechos fundamentales y tiene consecuencias sicológicas devastadoras.

Piot advirtió que los niños que son forzados a la prostitución corren el riesgo elevado de infectarse con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida. También demandó que las leyes contra explotación sexual de los niños sean más severas.

            En noviembre de 1996 se efectuó en Estocolmo el Congreso Mundial Contra la Explotación Comercial de los Niños, con mil delegados de 120 naciones.

            En ese evento el subsecretario de la OIT, Kari Tapiola, sostuvo que “La explotación sexual comercial de niños es una forma intolerable de trabajo infantil por la cual se obliga a los niños a trabajar en forma forzada”.

            Sobre esta calificación la entonces presidenta del INAM, Nancy Montero, dijo que le preocupa que se pueda calificar como trabajo o actividad laboral de los niños la práctica de la prostitución infantil”  porque “la explotación sexual es en un delito” cometido por “adultos inescrupulosos”, y que por el contrario “el, trabajo es siempre una actividad constructiva y no sólo  destinada a la generación de ingreso”.

            Según la funcionaria “El origen de la explotación sexual comercial de niños radica, antes que en la pobreza, en una patología del uso del poder”.

 

            (José Luis Reyes Maita.  “La explotación comercial de los niños es una atrocidad”. Diario Caribazo, 9-11-96).

            Prostitución infantil en Porlamar

 

            El 28 de agosto de 1991 la dirigente de Acción Democrática, Bestálida Salazar denunció que  la prostitución de niñas y jóvenes se está convirtiendo en Porlamar y en otras partes de Margarita en un verdadero problema social que debe ser atacado de inmediato para evitar que la situación adquiera mayor gravedad.

-Resulta alarmante ver en las calles de Porlamar -explicó la dirigente adeísta- jovencitas presumiblemente llenadas de tierra firme dedicadas a la prostitución, sin que la Prefectura, menos aún el Instituto Nacional del Menor, se den por enterados de tan deplorable situación, desconocida hasta hace poco tiempo en nuestra región.

Agregó “que ha llegado el momento, ahora cuando en Caracas se están discutiendo al más alto nivel oficial y privado los derechos del niño venezolano, que las autoridades actúen enérgicamente para ponerle fin de inmediato a tan grave problemática, para evitar que ocurra como en el caso de la buhonería, que por no procederse a tiempo ya la situación parece insoluble y cada día proliferan en nuestra ciudad tarantines de toda índole compitiendo deslealmente con el comercio establecido”.

Asimismo indicó que  Margarita “podría convenirse n un gran prostíbulo, favorecido por el inexistente control en los hoteles de parte de las autoridades para evitar la entrada de jovencitas que comercian con su cuerpo”.

 

            (“Debe combatirse la prostitución infantil”.  Diario del Caribe, Porlamar,  28-8-91).

 

 

 

 

            El 31 de octubre de 1996 el periodista Luis Zárraga, de Diario Caribazo, dio cuenta del desmantelamiento de una banda que se dedicaba al tráfico de sexo en un hotel de Porlamar, por parte de la Policía Neoespartana comandada por Ricardo Salvador Hernández Sanz.

            Según el periodista, los servicios de Inteligencia procesaron una denuncia donde se señalaba el presunto tráfico de sexo con menores de edad, dedicados a la prostitución, para atrapar incautos turistas extranjeros a quienes se les cobraba una gruesa suma de dinero por los placeres camales.

La Policía Estadal montó un seguimiento y preparó la escena para aprehender a los delincuentes cuando dos funcionarios -se hacen pasar como turistas de origen español donde una meretriz les presenta  y ofrece a dos muchachas de 15 y 17 años, procedentes de Puerto La Cruz y Cumaná, quienes les piden 300 dólares por su servicio. La Policía detiene a la meretriz y pasa al Inam a las menores de edad, dejando abierta la averiguación para llegar hasta los cabecillas de la banda, donde se presume está comprometido un profesional del Derecho.

En el procedimiento estuvieron presentes un fiscal del Ministerio Público y el juez del Tribunal Superior 2doº en lo Penal.

 

 

 

(Luis Zárraga. “Desmantelada banda dedicada al tráfico de sexo con Menores de edad”. Diario Caribazo, Porlamar, 31-10-96).

 

           La prostitución  se tomó las calles de Porlamar cuando en el día de ayer pudimos comprobar desde las primeras lunas de la mañana cuando jovencitas, muchas de ellas menores de edad, andaban por toda la calle Velásquez buscado un nido donde reposar su trasnocho y a lo mejor es busca de quien les ofreciera una habitación, ya que, según dijeron algunas de ellas, la noche fue dura porque los clientes no aparecieron por parte alguna.

E comentarios escuchados a un distinguido galeno, éste indicaba que el peligro del contagio del SIDA está rondando en Margarita,  ya que estas jóvenes que vienen de tierra firme, sólo requieren abordar el ferry para venirse a Margarita y más concretamente a Porlamar porque saben que es el tiempo de los turistas que desean perversión más que administración por nuestras playas.

Conversando con una de estas jóvenes que vienen del centro del país, nos expresaron que la pobreza crítica que están viviendo las obliga a venirse a Margarita y más concretamente a Porlamar, para ver la forma de ganarse unos bolívares y si es pasible dólares para enviar a sus familiares.

 

 

(“Menores prostitutas invaden Porlamar y los prostíbulos”.

Diario Caribazo, 15-7-96).

“Hay casas de cita en donde aceptan a menores, hay menores que son alquilados para proteger la prostitución adulta a nivel de los dos sexos y con la vista gorda, sordos tapados y la ayuda incondicional de las autoridades. Hay un comercio muy grande con el “escudo de menores” para ayudar a la prostitución infantil en mejora de los comerciantes inmorales   en la región insular, concretamente en Margarita.

Hay una prostitución infantil que se puede frenar hoy. Mañana es ya muy tarde. Si las autoridades no toman medidas ya mañana es tarde. En Margarita se está iniciando un comercio muy lento y débil con la invitación del comercio de la prostitución infantil con ayuda oficial y si no se le pone coto seremos igual o peor que lo que ocurre a diario en México, Brasil, Colombia y Estados Unidos. Las cifras están a la orden deI día en tos despachos gubernamentales y en las filiales de la ONU.

            (Giovanni González. “Prostitución infantil”. Diario Caribazo, 25-7-96).

 

 

Pornografía infantil

Fotos y videos con pornografía infantil encontró la Dirección Nacional de Investigaciones Penales al allanar,  este lunes la residencia de un hombre que utilizaba para este fin a seis menores de edad.

El drama de una familia humilde comenzó hace 5 años, cuando un sujeto les ofreció ayuda económica. Al parecer los padres no sospechaban que, seis de sus diez hijos,  eran utilizados para la pornografía. La primera pista la dio el  encargado de un laboratorio donde el implicado  revelaba sus fotos. La residencia del hombre, ubicada en La Floresta fue allanada y se halló material audiovisual de los menores desnudos cometiendo actos lascivos. La policía espera por los resultados de los exámenes forenses para determinar si los niños fueron violados.

 

(El Norte, Barcelona, 25-5-01).

Terrorismo sexual

Los terroristas sexuales “Entran clandestina o legalmente en los países, pero ocultan su identidad y sobre todo, su actividad. Muchas veces ya han sido identificados, detenidos o fichados por las policías de otros países. Reincidentes, con amplia experiencia, amparados por legislaciones benignas, actúan con excesiva libertad. Bajo una hábil “cobertura” se instalan y proceden, paso a paso, a crear los cimientos de su organización criminal No llaman la atención, mantienen un bajo perfil y desarrollan callada y solapadamente sus secretas faenas; a lo largo del tiempo logran captar cómplices, sobornar autoridades locales, crear redes de apoyo logístico bajo un manto de silencio y tienen relación permanente con poderosas organizaciones internacionales. Despiadadamente escogen a sus víctimas entre los más indefensos, los más débiles, des atendidos y vulnerables. Utilizan permanentemente el engaño, el camuflaje, la mentira y la doble identidad para acercarse a sus objetivos.

Prefieren desarrollar sus operaciones en países pobres o en vías de desarrollo, con pocos controles de inmigración, policías  ineficientes, poder judicial corruptible. Un puñado de dólares compra cualquier cosa. Regiones turísticas, en donde cierto desenfado y permisividad les viene de maravilla; ese ambiente de sol, playas, arena y relax en el día; locales nocturnos, hoteles, restaurantes, resorst, centros comerciales y sitios de diversión, juego, drogas y en donde algunos turistas buscan desesperadamente divertirse y emociones fuertes o prohibidas en sus países de origen; y la población local busca, también angustiosamente, algunos de esos dólares.

            Los terroristas sexuales no cometen acciones espectaculares, no secuestran y estrellan aviones civiles contra blancos indefensos, no buscan la cobertura de los medios de comunicación, no quieren fama ni titularidad; tampoco están dispuestos a sacrificarse o inmolarse en un acto suicida o perecer en nombre de una causa, doctrina o ideología, lejos de ellos semejante idea. Los terroristas sexuales actúan motivados únicamente por el afán de lucro, por el negocio que se esconde detrás de las perversiones propias y de terceros, de sus clientes.

Utilizan la más moderna tecnología de comunicación e información; así como testaferros, cuentas cifradas y fachadas legales para financiar sus actividades ilícitas y lavar las cuantiosas sumas de dinero que obtienen.

Los terroristas sexuales pueden ser de cualquier nacionalidad y región, aunque los hasta ahora identificados son principalmente ciudadanos de los países desarrollados, Europa, Estados Unidos, generalmente varones, de raza blanca y cultura occidental, cierta edad y posición económica, que utilizan “coberturas respetables” y sus cómplices locales no son menos execrables.

Hemos querido hacer uso de la palabra: terrorista, tan en boga en estos días, para llamar la atención sobre un tipo de delincuentes, que si bien no asesina en masa con explosiones y destrucción, realiza una labor solapada y perversa con terribles efectos sobre sus victimas: niños y adolescentes. Pero, como lo hemos descrito antes, al igual que el terrorismo internacional, utiliza técnicas propias de las grandes organizaciones criminales y los daños que ocasiona a sus víctimas puede dejarlos marcados, traumatizados o aniquilados por el resto de sus vidas. El terror es parte importante de la estructura de su actividad.

Mediante el terror psicológico seducen, presionan o compran hasta obtener a sus víctimas; por el terror al hambre y a la miseria logran que madres les entreguen a sus pequeños. El terror, manejado como bochorno y culpa, hace que sus víctimas no hablen, no denuncien, no acusen. El terror, expresado como instrumento de intercambio comercial, hace que familias y víctimas cooperen; el terror hacia o inimaginablemente bajo y sórdido, hacia lo que nadie quiere oír o saber que ocurre, hace funcionar un manto de silencio que tapa y permite sus operaciones; el terror, convertido en traumas y dolor, marcará para siempre a sus pequeñas e inocentes víctimas.

 (…) Bajo esta denominación de ‘terroristas sexuales’ Bajo esta denominación de “terroristas sexuales” nos referimos a las redes de pedofilia, de explotación sexual de niños y niñas que operan en el ámbito internacional y cuyas  ramificaciones más de una vez se han detectado en Venezuela. La semana pasada, una nota de Sandra Guerrero, en la última página del Cuerpo D de El Nacional, les puso los pelos de punta a los lectores: “Luego de una serie de investigaciones funcionarios de Interpol Caracas capturaron y deportaron a Alemania a un ingeniero que estaba solicitado en su país acusado de haber cometido 748 violaciones a menores de 14 años de edad. Günter Schniedenharn, de 60 años, estaba oculto en la localidad de Pozo Hondo, en la vía que conduce a Píritu, estado Anzoátegui, y el pasado miércoles lo deportaron a Francfort.

El comisario Jesús Arellano, jefe de Investigaciones de Interpol, refirió que Schniedenharn fue apresado el pasado martes. Estaba solicitado por el juzgado de Munster, Alemania, por haber cometido delitos sexuales (violaciones) en niñas menores de 14 años. Cumplió condena de 3 años de prisión por abuso contra 58 jovencitas, y una vez que obtuvo la libertad reincidió en perjuicio de 748 muchachas. En vista de esta situación, y para evadir la acción de la justicia, el sexagenario se trasladó a Jamaica, donde se estableció. De esa isla antillana pasó a Venezuela, y convivía con una jamaiquina de 20 años de edad para el momento en que fue aprehendido en Pozo Hondo.

Pero lo que parece estar ocurriendo en el oriente del país no es nada nuevo. Ya en 1996, durante el Congreso Internacional de Estocolmo. Venezuela, específicamente la isla de Margarita y Puerto La Cruz fueron  denunciados como “puntos de “turismo sexual pedofílico”. Y más recientemente, a finales del año pasado, ocurrió el caso de Lecherías.

Investigando denuncias anónimas el comandante del destacamento regional número 7 de la Guardia Nacional, del estado Anzoátegui, allanó una quinta en Lecherías. Ahí consiguieron terribles evidencias: se trataba de un centro de captación de menores de edad para ser utilizados en prostitución y pornografía. Se detuvieron a 5 personas en ese operativo. Uno de ellos se llama Jeffrey Andrew Sams, norteamericano.

El historial de este siniestro personaje es alarmante y dice mucho sobre la atención que le prestamos al “terrorismo sexual”. Jeffrey Andrew Sams es hijo de un técnico petrolero norteamericano que trabajó en Venezuela. Sus problemas con la justicia comienzan en los años 70, cuando fue arrestado y acusado por actividades sexuales con menores, en Baton Rouge, Luisiana.

Luego, en el condado de Dade, en Florida, es acusado de delitos similares. Logra escapar hacia el oeste de Estados Unidos, pasa a México y luego a Guatemala. En 1978 viaja a Venezuela. En Caracas acude a diferentes psiquiatras, pero en 1982 es detenido por el CTPJ bajo el cargo de corrupción de menores. Pasa unos años en la cárcel e incluso, en 1988, es sujeto de una controversia judicial entre expertos sobre el tratamiento que debería recibir. Una vez pagada su condena y puesto en libertad, no tarda mucho tiempo en reincidir, esta vez montando su centro de operaciones en Lecherías y preparándose para abrir un hotel destinado al turismo sexual.

Como vemos, este protagonista del “terrorismo sexual”, ampliamente fichado e identificado, pudo volver a sus andanzas con absoluta libertad, cometiendo más daños y horrores. A la par de las necesarias cruzadas contra el terrorismo, no debemos olvidar que crímenes como la pedofilia o el tráfico de drogas también son delitos  contra los derechos humanos y requieren de serios esfuerzos y cooperación internacional para enfrentarlos con efectividad.

 

( Marcos Tarre Briceño. “Terrorismo sexual”. El Nacional, 24-9-01).