Amor, locura y muerte
¿Qué hago acá? encerrada con estas personas que han perdido la razón.
Dicen que en la guerra y el amor todo todo es valido.
Que puedo decir en mi defensa, solo que jamás pensé en hacer daño a nadie, que al principio me obligue a olvidarlo .Hable con mi corazón le explique las razones del porque este amor era imposible. Que desde el principio estaba destinado al fracaso.
El me mintió y si es verdad yo quise creer en la mentira. Cuando mis amigos me decían que no era verdad que estaba separado, que era mentira que ya no la quería, que era una patraña que ella era la culpable.
Y la peor mentira era que ella lo había engañado. Él era un seductor y yo quise ser seducida. Esos ojos tan dulces, la manera que me besaba y acariciaba. Y como contaba todos sus problemas. Esa arpía, lo que le había hecho, como sufrió y solo al encontrarme a mi dejo de hacerlo.
Quien puede hacer oídos sordos a tantas palabras dulces, quien se resiste a un hombre cuando te dice “eres mi salvación” no eres humana, eres una diosa de la dulzura.
Caí en sus garras, sutilmente, salvajemente, ya no era yo. Cada relato suyo lo hice mío, su sufrimiento era mi sufrimiento. Mi odio hacia ella crecía, no podía entender cómo podía engañar a este hombre casi “un ángel”. El la amó, mostro su devoción hacia ella y ella lo engaño, no con uno, con varios hombres.
El, mi amor sufrió tanto, hasta le dijo te perdono, empecemos de nuevo, como si nada hubiera pasado, la única condición es que de ahora en adelante me seas fiel. Ella acepto, pero volvió a las andadas.
Entonces el decidió olvidarla a como dé lugar. El cielo escucho su dolor y me conoció a mí.
Eso me decía el, ¡mi diosa, mi ángel de la guarda!
En sus brazos me sentía una diosa, decía que era un privilegiado porque era el único hombre que hacia el amor con una diosa.
Y yo creí, creí, creí
Hasta ese día, que pensé no viviría para verlo, la vi con ella sonriendo, besándola, acariciándola,
Usando palabras que usaba conmigo. Fue tan grande el dolor, tan increíble y desesperante verlos
que enloquecí de amor, dolor y desilusión.
Sin pensarlo, le dije, le grite que no dejara que ella lo engañara de nuevo, que sus promesas no valían nada, que el tiempo ya paso y que su amor era yo.
Ambos me miraron como si mirasen a una loca.
Y la palabra que él dijo mato mi corazón.
_No sé quién es debe ser una loca que escapo del manicomio _ dijo mí amado, haciéndome a un lado, como un mal recuerdo.
Entonces decidí que él no debería sufrir más por esa mujer, que lo había embrujado.
Y la única manera era que saliera de su vida.
Sabría que el iría a verme y me explicaría, el porqué de sus dichos.
Tal cual él fue a mi casa, pero yo no estaba allí, era su diosa y ángel de la guardia.
Debía velar por el.
Solo por eso me han encerrado por tomar la justicia en mis manos. Solo se amar así, de corazón cuerpo y alma.
Margarita, es una de tantas mujeres que enloqueció por amor, la justicia la declaro insana, que no estaba en pleno juicio, cuando cometió el asesinato.
Confinada para siempre en aquel loquero, contando su historia una y mil veces a todas las demás enfermas, a las auxiliares, médicos, a las paredes y a ella misma.
Cada día grita ¡fue por amor, el acto más bello de la tierra, por eso asesine, para que nadie lo engañe nunca más!
Y comienza la letanía; ahora eres un dios, debías morir en mis manos para ser inmortal como yo…
Liliana Mariza enero 27 2015
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Un amor que termina en tragedia...
Extraños designios del destino.
"Amar es que me abraces con la luz de tu mirada.
Y es darte todo. Sin pedirte nada"...
¡Gracias Iliana por compartir! Un beso. Ricardo.
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
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CUADRO DE HONOR
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