¡Ay Valentina, como te quiero!
Valentina preciosa, mi Valentina bella
reina del firmamento sois mujer una estrella,
por ti afirmo me muero, siento morir por ti
te quiero consecuente, no se porque te quiero,
jardinera celeste, seré tu jardinero
todo tu cuerpo es seda, tu piel de carmesí.
Tus ojos me iluminan, cuando miro a tus ojos
me arrodilla tu afecto me llenan tus hinojos,
ríes coqueteando yo también sonreí,
la amante, amada flor, amor de mis amores
pareces azucena jugando entre las flores,
yo zaherí tu boca, sonrojo de alhelí.
En mi profundo sueño de constante delirio,
arrebata el sentido bálsamo del martirio,
entre sábanas blancas enciendes la pasión
solo es mi pensamiento me agrada cortejarte,
daría todo o nada no podré negarte…
de brisa mañanera que llena mi ilusión.
Caminaré en tus huellas el camino ya andado
te daré todo mi amor como a nadie lo he dado,
solo es mi atrevimiento llegar al corazón,
cruzaste mi camino con poderoso hechizo
derramando belleza como el salvador te hizo,
tengo de tanto amarte, perdida la razón.
Tus ojos son estrellas perlas tu dentadura
es blanca tu epidermis en ti todo es albura
brillante sonrisa que el mundo iluminó,
para todo el Olimpo la nube de alegría
sendero apasionado que cualquiera andaría,
tú jamás negarías tu cariño, a mi, no.
La luna no ilumina, la luna esta celosa,
ofuscada la rosa porque tú eres hermosa
el candor tu suspiro solo tu eres mi amor,
amapola descalza pétalo solitario,
capilla gregoriana tonada del santuario
donde te canta el alma, donde cantó el dolor…
Si tu amor es sincero ¡cómo no seducirte!
no tienes transparencias, no quiero dejar irte,
solo aspiro escribir para ti una canción.
Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano
“Hombre de Maíz” 2009
Guatemala C.A.