POR UN CAFÉ
La situación no permitía muchas alternativas... El mediodía ya era sobremesa y el frío invierno invitaba a un café, justo en la confitería del otro lado de la plaza, donde los parroquianos lo saboreaban acompañados del juego de dados por unos pocos pesos, generaciones desde la juventud hasta casi la ancianidad unidos por carcajadas de alegrías, mezclado con algún rostro adusto por la pérdida de más de lo debido, y algunas risas entrometidas provenientes de las otras mesas. Disfrutaba de ese sol en el corazón que es la compañía para un hombre solitario, mientras despuntaba mi vicio de poeta garabateando letras que algunas pocas veces compartía.
Su figura de aspecto leonino, por la forma de su pelo y su mirada felina, se recortó como un rayo en la puerta y vino justo a la mesa que estaba en frente mío. También afecta al café y más tarde también comprobé que al cigarrillo, deslizó una mirada cómplice hacia mí al divertirse también con tanta risa que inundaba el local, fue el instante justo para intercambiar palabras , sin presentaciones formales. Por cierto, supe que se llamaba Alba, foránea, y supervisora de no sé qué, cosas a la que no presté atención, pues me distraían tanto sus ojos, como la profundidad de su escote y la intensidad de su perfume.
Supo de mis poemas, se los llevó en un par en servilletas, junto con mi teléfono, dejándome su tarjeta.
La noche prometía, la luna ya quería desalojar al sol, ordené mis escritos, bebí el último sorbo de mi enésimo café, le di la última pitada a mi cigarrillo número… tanto, y casi como una costumbre al salir miré el reloj de la iglesia Las campanas anunciaban la cinco de la tarde, a esa hora comenzaba un sueño en mi corazón que tal vez sí o tal vez no. ¿Sería realidad en la cita ya acordada?
Elias Almada
Argentina
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UN CUENTO PARA IMAGINARSE EL DESENLACE.
MUY BUENO.
Muy bueno amigo Elias y definitivamente siempre hay algo que distraerse jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja jajaja.
Ahora esta parte "La noche prometía, la luna ya quería desalojar al sol, ordené mis escritos, bebí el último sorbo de mi enésimo café, le di la última pitada a mi cigarrillo número… tanto, y casi como una costumbre al salir miré el reloj de la iglesia " me encantó tiene metáforas... la siguiente pues espero que sí y me lo cuentas en el próximo cuento, así pues... ya te comprometí a la segunda parte.
Gracias Eli por compartir.
Ya imagino el momento en que la ves llegar, puntual y felina, tal su estilo, a esa cita ya acordada, Elías Antonio. Hmmm...
Me gustó mucho este relato lleno de intriga, pasión latente y un desenlace aún abierto que, quizás, no lo sé, tenga sorpresa incluida en un próximo capítulo... Abrazo y mis felicitaciones, querido amigo. Sigue deleitándonos con tus textos.
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
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