EN HONOR A MI MADRE

[MARTÍN RAMÓN SALAZAR OLIVIER]

A MI MADRE.

Recordando pasajes de la historia

Y momentos de la vida ya pasada,

La brisa lisonjeras, trae a mi memoria,

Tu rostro hermoso, de mujer enamorada.

 Mirada fija y de estirpe luchadora,

Actitud serena, de infinita tolerancia,

Nada se le pasaba, a tan ilustre observadora,

Y actuaba con  pasión, eliminando la arrogancia.

Sus labores eran muchas y de poco descansar,

De fortaleza intelectual, innata y nada más,

Su prodigiosa inteligencia, nadie lo podrá negar,

Una escuela, sin embargo, ella no pisó jamás.

Su niñez pasó de prisa, todo era trabajar,

Los quehaceres de la casa y su creatividad,

Asombraba todo aquel, que los iba a visitar

Los tejidos los hacia a una gran velocidad.

Canta el gallo, son las tres de la mañana,

Una voz retumba, inició la madrugada,

Erguida su madurez, resplandece muy temprana

Todo lo hace con pasión, cual musa enamorada.

 Es muy grande su belleza, indescriptible su nobleza

Dando amor pasó su vida, sirviendo en este mundo,

Sin pedir nada a cambio utilizaba su destreza

Para servir sin desmejora, entregó su amor profundo.

Llegó Diciembre, fecha del derroche y atavíate

Es precaria la situación, su Fe infinita prometía

A Ti DIOS bendito, mientras tanto adorarte,

La ropita de sus hijos con sus manos las hacía.

Ya no estas....., como quisiera yo tenerte

Siempre estarás en mi, hasta la eternidad

Viejita mía......, con un beso sorprenderte

En tu hermoso vergel  de humanidad.

 

Martín Ramón Salazar Olivier

Venezuela. Estado Bolívar.