MUJER
Fortín de primavera, huella austera del tiempo.
Fulgurante constelación que invade con su ternura
Nuestras vidas, la tuya, la mía.
Tu rostro es la configuración constante de la elegía,
plenitud de pensamiento, sabiduría,
eclipse total de un vasto amanecer.
Jardín jaspeado que siempre emula,
que crece y se enardece en su horizonte de misterios.
En tus manos emerge la noche altiva.
En tus ojos el cielo se hace fiesta, cobra vida.
Cristalino espejo del atardecer donde los lirios gravitan,
cantar de planetas, de sueños y alegrías.
Anfitriona constante donde arrinconamos nuestras penas;
la tormenta en tus pechos arrecia y como fiera herida das la vida
por una causa, una razón, una ilusión, un sentimiento.
Plenitud total, linaje altivo, copa sagrada esculpida a través del viento.
Como el ave fénix te has erigido en un pentagrama de pensamientos.
Escritora, poeta, ama de casa, ingeniera, arquitecta...
culminación de la obra maestra.
De tu piel el cordero de la estepa se nutre,
invadimos tu territorio en busca del néctar, de la sabia, de la miel;
de tus poros bebemos ambrosia pura,
alimento sagrado.
En ti todas las lunas,
Solsticio, vecindad del sol que induces a soñar;
te he de adorar ángel de lunas dormidas mientras vivas,
te he de recordar mientras duermas luciérnaga de mi piel.
En la cofradía de tus besos esculpiré mil poemas
y de ti aprenderé que el canto de las mirlas
es un pentagrama de silencios,
bello arcano que guarda lo mas profundos secretos.