Dejó mi polvo en tus entrañas huella,
conservo aún asombro entre mis huesos;
quizá le dimos luz a nueva estrella...
¡Pagarte sólo puedo con mis besos!
Hallarte quiero siempre cual doncella,
olfato yo adquirí de gran sabueso;
te busca mi pincel serena y bella...
¡Pintar querrá en tu fragua mis excesos!
Premier haremos siempre en nuestro tálamo,
habrá derroche nuevo de caricias...
¡Tendré dispuesto amor, mi fértil cálamo!
A mí me halagan niña tus pericias,
se inflama entonces con razón el álamo...
¡En estos versos damos las albricias!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino