Los carruajes del verano vagan por mi piel.
Mi madre también padecía el calor.
Caminaba descalza, desmembrando
las sombras frescas de la casa.
-No salgas a jugar al patio a la hora de febo- me decía,
mientas apagaba el fuego de mi frente con un beso.
(Anoche descargué sobre mi almohada toda mi pena.
Confieso que entre las manos cerradas del silencio
he llorado mi ceguera irrespetuosa
de no haberla amado como debí hacerlo).
Yo suelo andar en los veranos, ensimismada,
harta de cemento y resolana,
recordándola mientas repito por lo bajo:
-no salgas al patio a la hora de fuego-...
Y es allí, cuando me quiebro,
porque ya no me apaga
el fuego de la frente, con sus besos.
Beatriz Teresa Bustos
San Francisco Córdoba Argentina
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Excelente, realizado con ese lenguaje lírico tan especial y polisémico.
Un abrazo
BELLO ESCRITO, EXCELENTES LETRAS.
SALUDOS.
Es bello tu sentir poetisa , abrazo y felicitaciones para ti.
hermoso poema querida Beatriz
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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