Olivio, el gusanito

[mamihega]

OLIVIO, EL GUSANITO

Sobre la rama de un cerezo se mecía Olivio, el gusanito, trataba de dormir  luego de un sabroso almuerzo. Pero, aunque cerraba sus ojitos, dormir no podía, estaba dolorido, con sus piecitos se tocaba la barriga y repetía:

– ¡Ay me duele la pancita!.  Culpa tienen las cerezas fresquitas que me llenan de a poquito, ¡Ay mamita mía! Dame masajitos, es que mucho comí y me siento como  un globito.

Repetía tratando de dormir, luego que comió y no convido,  pero de pronto, un viento dulce que olía a cerezas lo perfumó y Olivio, el gusanito se alborotó.

Despacio muy despacio se fue caminando para subir a otra rama y Verdecita, la hoja, su amiga bien formada, hermosa y fuerte, dijo:

– Mece mece, ramita, mece que ahí viene Olivio, el glotonsito. No lo dejemos subir, esta dolorido, no somos mezquinos, somos sus amigos, si él no se  cuida,  nosotros lo haremos, y así, ya no le dolerá la barriga.

–-   No seas gruñona, amiga  –Dijo Olivio apenitas.

–  Recuéstate, que yo te haré masajitos (Dijo con voz dulce, Verdecita)

Olivio quedó  mirando a su amiga y se recostó boca arriba sobre un azar de terciopelo.  Verdecita, con sus manos suaves, empezó hacerle sabrosos masajes;  sabrosos como las cerezas, pero sin hacerle doler la barriga  y la cabeza.

Olivio el gusanito, aprendió que lindo es comer, pero no llenarse hasta doler, porque así no podría dormir, y antes de comer y comer,  es mejor comer y compartir.

Autor: María Herrera. 

 

[Elias Antonio Almada]

[mamihega]

muchas gracias por leerme, cariños

[Jesus Quintana Aguilarte]

Y cuando te dedicas a los niños tu corazón de madre reboza de alegria me encantó este cuento.

[mamihega]

 Jesus Quintana Aguilarte

Mi querido Jesús, sabes? que adoro escribir para los mas pequeñitos? aunque no subo mucho escribo bastante, me hace bien, lo disfruto me alegra que sea de tu agrado este cuento cortito como las patas de un gusanito jeje, te quiero, muy feliz me hace tu destacado. Besos muchos. 

[Trina Mercedes Lee de Hidalgo]

Lindo cuento que enseña que comer mucho es malo y se llama gula, que se debe compartir, no hartarse,  que no se nos debe llenar primero el ojo que la barriga, que hay que comer para vivir y no vivir para comer porque por la boca muere el pez. 

Un placer leerte.