VA POR LAS LÁGRIMAS DE MUJER

[ALBERTO O. CABREDO ECHEVERRIA]

DIAMANTES QUE ILUMINAN LA AURORA

No llores por el polvo perdido de los tiempos mujer, no es más grande ni fuerte que tú, ni llores por el día a día quebradizo, ya que tampoco se te iguala

Tampoco llores por las traiciones de los sin alma, porque ninguno te merece, ni mucho menos por aquel que cerró la puerta tras de ti, porque fue él, no tú, quien trancó el cofre de tesoros que te contiene

Si el sol se oculta tras la nube, no llores rayo de luz, si eres más fuerte que el celaje y menos, te aflijas por la música que calla, si tu eres la fuente de cada melodía.

Ríe frente a la discriminación, no hay un sólo ser sobre la tierra que no venga de ti, y no llores por el maltrato, pues los que te ofenden mueren un poco cada vez que lo hacen, déjalos atrás y sigue tu camino, pues tus alas siempre han de crecer.

Y no solloces por la guerra que asfixia, corrompe y quema, si eres fuerza impetuosa de la que nacen ríos de savia.

Tus lágrimas son y serán, pese a todo y a todos, diamantes sin mácula que iluminan las auroras, demasiado valiosas para derrochar por todo lo que no remonta la curva del cielo.