Música de nostalgia

[N€nf@___Nancy Beatriz Fuentes]

Música de nostalgia

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Toco con nostalgia las cuerdas de los recuerdos de mi niñez tan noblemente acompañada de la ternura de una familia humilde y cariñosa, las noches en el patio grande pleno de aromas de azahares, de cantos de grillos y miles de sonidos en hermosa sinfonía, música que hacía erizar la piel en medio de la noche campestre.

Si, fue allí en medio de la grandiosidad del campo, que crecí y aprendí a valorar hasta lo más ínfimo en relación a la conducta que debemos observar hacia nuestros mayores, los cuáles nos enseñan con amor y respeto el camino de vida.

Cada noche y sobre todo en Diciembre, todos sentados rodeando al abuelo, nos sumergíamos en el bello país de la imaginación con largas historias que su excelsa mente creaba o su sabio intelecto nos obsequiaba.

Obligado era saber donde estaba la “Cruz del Sur” y todas las constelaciones que a su alrededor giraban, y en la oscuridad de la noche tachonada de estrellas observar el cielo, y darnos en su humilde pero  invaluable concepto y  a su manera lecciones de astronomía

Si… era hermoso ese momento, donde sentíamos la ternura y protección de nuestros mayores  y la grandiosidad del universo y la naturaleza en nuestro entorno.

De pronto viendo cruzar el cielo una gran estrella voladora, dejando detrás de si una gran estela dorada y brillante que nos obliga a preguntar con curiosidad, en la oscuridad de la noche tachonada de estrellas, observar el cielo y darnos el apreciable concepto de aprender a su manera astronomía ¿ que es eso abuelo??

Ríe con ternura y nos responde que es…”El espíritu de la Navidad” que vigila que todo esté listo para recibirla en la tierra.

Avariciosos de su saber inquirimos…Cuéntanos…cuéntanos abuelo, y quedamos a su alrededor en silencio y atentos a su voz.

El espíritu de la navidad mis niños nos explica con calma, es un ángel brillante, inmenso y bueno que recorre los cielos del mundo para dejar en los hogares paz y amor.

¿Y regalos? Le interrumpimos ávidos todos… ¿No trae regalos abuelo?

Sonríe y calmado nos responde, claro que trae regalos… ¡no los ven niños? Tener una  familia y amigos  unidos, salud, un hogar donde reina el amor y una mesa donde todos degustamos los más ricos manjares preparados por las manos tiernas de su madre y abuela, son los mejores regalos del mundo.

Si… ahora comprendo… ¡Cuán valiosos eran esos momentos! donde nos enseñaban a valorar y honrar el amor y unión de la familia,  y agradecer lo que teníamos en nuestra existencia, lo verdadero, no lo superficial lo que se puede comprar con dinero, sino lo que se plasma en nuestro espíritu para siempre y hace que los seres humanos aprendamos a trabajar, estudiar y pulir nuestro intelecto  para ello.

He dado gracias a la vida por aquellos momentos de humilde aprendizaje, pero de gran amor y unión familiar, que  son sagrados en mi memoria y que intento repetir siempre en mí hogar que formé con amor.

Hoy en vísperas de navidad, recuerdo esos días con dulzura, junto a mí tengo nietos que escuchan ésta historia con atención y cariño, mientras adornamos nuestra casa y árbol esperando la magia que nos entrega la Navidad en nuestro mundo de familia agradecida a la vida.

Y recuerdo con orgullo a ese  ser que marcó profunda huella de amor en mi vida y al que le debo inconmensurables valores espirituales… Mi abuelo Manuel


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[N€nf@___Nancy Beatriz Fuentes]