Caridad, curso académico

[Carmen Amaralis Vega Olivencia]

Caridad, curso académico

Se dice mucho sobre cómo lograr la paz, las palabras sin acción no resuelven mucho. La Paz inmediata se puede tratar de lograr comenzando por el hogar. Pero sabemos que sobre un 60% de los hogares son totalmente disfuncionales, donde el núcleo familiar está deshecho o no existe. Y como las sociedades se componen de los núcleos familiares, lo más probable es que las sociedades tampoco puedan construir la paz desde esos núcleos familiares deshechos.

Si hablamos de la Paz en países con suficiente economía para dar educación a los niños, ya entonces yo sugeriría convencer a las autoridades educativas a dirigir sus esfuerzos en enseñar en el salón de clases una materia donde se ejerciten los niños en la caridad y el compartir. Es a los niños, especialmente a los que no poseen un núcleo familiar saludable, a los que se debe educar para aprender a compartir y amarse mutuamente. Trabajar esta materia en los primeros grados, cuando aún las almas son tiernas y pueden aprender el sagrado don del amor y la caridad, que les sirva de base para todo el resto de sus vidas.

En otra ocasión, entonces les hablaré sobre la Paz para otros lugares donde hay extrema pobreza. Primero logremos paz donde hay bienestar económico, pues esos niños de adultos ya bien entrenados en la caridad, eventualmente serán los que ayuden con el problema a largas distancias de su sociedad.

Carmen Amaralis Vega Olivencia

[Federico Landaeta]

Estupenda propuesta, amiga Amarilis

y muy valida, porque el que nada tiene para si, menos tiene para dar

pero el que lo tiene todo, si fue educado como propones, tendra tambien mas tiempo para pensar y para compartir parte de lo que tiene.

Gracias por compartir

 

Bendiciones incesantes

 

[Carmen Amaralis Vega Olivencia]

Mi querido Hermano Federico, si todos los que tienen aprenden desde pequeños a compartir, gran parte de las necesidades básicas de los pobres se resolverían, y de esa forma hay un poco más de justicia social, y como consecuencia un poco más de paz, un abrazo fraternal, Amaralis