Hay gentes que se ven que han surgido y se ponen derrochar, se les olvida que la vitalidad se agota, que las energías se acaban, que el cuerpo se enferma, que la mente se cansa, que el corazón se se vuelve débil, que los huesos se ponen frágiles, la belleza se deteriora, todo tiene su momento, no para que abusemos de eso, si no para que estemos listos para cuando ya no podamos.

 En supuestos suspiros de vida de momentos cismatizados por sueños delusivos, soñados por compaces de viento que no fueron a ninguna parte, tocados por ningunas manos, ahogados en ninguna pasión, yace dormido el anhelo interrumpido por dolores extraños que nadie sabe quién los sintió, abandonado entre la sombra y el polvo muere lo que nunca existió, y se lleva consigo los años de espera para su birlibirloque aparición, pasa desapercibido entre la…