...se desbordan entre gemidos inalcanzables

delicadas caricias que van recorriendo

mis surcos olvidados.

Buscas fervoroso mis bordes, mi exhuberancia

y mi delirio con tus manos tibias.

Salgo de mi para recibirte…

Sin hacer ruido

se ha marchado la tristeza

esa que cubre la vida

esa que ya nadie espera.

Nadie baje los ojos,

con esa mirada quieta

nadie toque la rama,

esa que quebró la espera.

Fatiga el llanto a lo lejos

dormido el viento no llega

alado el sol en la luna

su arribo saborea.

despierte la rosa su sueño

desvive el pájaro al alba

el canto que lo estremezca

se ha marchado

borrasca que disimula

su cara…

Me cansé del silencio,

de esa desgarradura

que quema por dentro

y me devuelve acidez

que todo lo invade.

Fue inútil la amarga visión

porque me dió luz

y razones que hoy

llevan su cáustico peso

extraviando el silbido

de la vida.

Nadie teje para otro

mientras el alma padece

nadie sabe, ni sonríe

cuando es brutal el dolor

de sinceridad pasmosa.

Los perversos,

otean de lejos

sin ánimo de acercarse,…

Poeta, puedo ver tras la forma

de tu agreste poemario

el espectro solitario de tus versos,

apariencia bella, perdurable,

manación de espejo

que muestra la silueta

insondable del silencio.

Fatiga vana de hechizo concluído

de un desvelo,

fiesta simulada,

ahogo de quien aún ama

protegiendo del olvido

a merced de su embeleso

su mas preciado sueño,

y da vueltas y vueltas

cual arlequin ebrio

intenta sonreír con…

Me dejarás ser libre

y no esconder el asombro

detenido entre mis pechos?

¿me dejarás buscar tu ribera

y codiciar tu sexo?

Amor, detén el grito semepiterno

de mi aliento, para acallar el murmullo

que clama desde mi huracán despierto

que no se marcha la silueta del deseo

dilatado destino que bisela mi espejo

con el tuyo nuevo de lejana risa

o cercano llanto que estremece tu cuerpo.

Apuntala mi ánimo, liberando

entrelazado a mi…

Has dejado caer

de tu mano

generosa las culpas

que mi corazón ahuyenta

entre los desvaríos

y delitos menores

que vienen a ensombrecer

tu rostro acongojado.

A diestra y siniestra

caen tus verdades

tenaza que marchita

tus límites

y vuelve precario

tu deseo de abandono.

Hoy, en el bolsillo de la vida,

ese ramo de azucenas

está ¡marchito!

trasnochado ímpetu

de borrarlo todo

y dejar entre…