¡A deshoras!

[Carlos Díaz Chavarría]

 

 

 

No me apetece saber de esas totalidades

plasmadas en dogmas,

 

ni  de negaciones patriarcales 

entre dictaduras…,

 

cada cual  entreteje

la incompletud de la propia insatisfacción,

 

cualquiera que sea la exégesis...,

 

en ello, mujer,  sobrevive el conjuro de tu existir...

 

 

Un pecho en pensamiento,

 

un lenguaje incierto,

 

una enramada de sueños vaginales,

 

una circunferencia orgásmica,

 

una dicotomía de voluntades,

 

una pluralidad de sentidos,

 

una orgía de metáforas...

 

 

¡Qué importa!

 

Nada está escrito

           cuando cada deseo

                            se desnuda entre sus verbos...

 

Entonces,

 

¡qué voy a saber de mariposas

 

moribundas en su propio encierro!,

 

aquí me tenés mujer...,

 

 

                    tan sólo para penetrar

 

                                                  en tu mental sexualidad,

 

       con este deseante juego de mutaciones,

 

¡a deshoras!,

 

para poder robarle al tiempo

 

los vestigios de cada una de nuestras

indomables y exquisitas incongruencias...

 

 

Del libro: La otra mitad de mi diferencia