A tí, mensaje muy personal…

[Xavier Coderch Vives]

A tí, mensaje muy personal… (aunque supongo inútil)

 

Se que, en tu mundo, la gente como yo no existe. Los elfos y las hadas dejaron de existir también en España hace milenios, quizás miles de millares de años...
Pero, fuera de lo cotidiano, en rincones solapados de la rutina, alguna vez salimos de incógnito y.... personas como tú nos atrapan y nos impiden volver al mundo inexistente.
Creemos en conceptos tan falsos como "el amor de verdad", "la fiabilidad a ultranza de la palabra dada", "la mutua confianza entre personas de sexos distintos" y.... ¡lo pasamos muy mal!
Hemos aprendido a viajar entre el espacio y mas allá del tiempo, por eso no sentimos el dolor de la distancia ni creemos en el olvido...
Éramos incorpóreos y jamás habíamos ni imaginado que el amor físico pudiera existir, pero al traspasar los límites de la curva que separa el mas allá de lo irreal, cobramos estructura molecular y ya no podemos separarnos de la atracción de los "sentidos", vista, oído, olfato, gusto y, sobre todo: tacto. Sin ellos estamos continuamente en contradicción permanente con nuestra nueva naturaleza y acabamos por desaparecer.
Somos incapaces de hacernos entender, ya no digo comprender, por los humanos. Y en cada palabra, en cada gesto, ¡queda tanto que ningún humano puede captar!... y se nos toma por locos o por "orates".
Así pues, nuestro concepto del Amor está fuera del alcance de la comprensión de los humanos y ello nos hace deseables a veces, pero siempre terminamos con la huída pertinaz de aquellos en quienes, en un instante de lucidez suprema fijamos nuestro afecto.
Somos eternamente solitarios sin posibilidad de redención.
Quien, por un extraño cruce de las ondas terrestres con las de nuestro "mundo" (si así se le puede llamar), fija en uno de nosotros sus anhelos de afecto, queda por siempre insatisfecho, pues jamás alcanzará a obtener de nosotros otra cosa que reflejos de nuestro intenso sentir.
Tememos y deseamos el contacto físico tanto como la unión espiritual y, sin embargo, casi nunca podemos llegar a iniciar uno u otro y nunca a mantenerlo. Tal es nuestra condena y por ello terminamos desapareciendo sin dejar rastro alguno en nuestro entorno.
Pasó ya la hora mínima, aquella en la que el día y la noche se abandonan después de un fugaz beso.
La Luna, El testigo de nuestra aparición en tu Universo, pues a través de su resplandor se abrió la puerta por la que pasamos, está creciendo aún, una vez mas y nuestra esperanza de regreso se acrecienta igual en un ciclo que dilata cuanto de positivo podemos verter en este cosmos extraño en el que, por un azar incomprensible, aún permanecemos.

Xavier 

[Xavier Coderch Vives]

¡Un gran BERSO para tod@s! (La idea del Berso me la infundió el autor del escrito que os participé aquí...)

[hugo]

Valiosa reflexión nos propone tu texto, Xavier, hermoso éste por cierto y con un mensaje positivo rodeando como una aureola luminosa su íntima estructura. Abrazo enorme para ti y mis felicitaciones por la iniciativa que tomas, oportuna y plena de posibilidades que nos permitan crecer en lo interior, nuestro mayor tesoro. ¡Así sea! 

[Ricardo Arregui Gnatiuk]

Profunda reflexión con la que, naturalmente, comulgo en plenitud. Gracias por compartir amigo de mi alma.

Dios te bendiga y te proteja siempre.

Tal vez ern otra vida (si la hay), podremos estar "del otro lado". Y quizás ser felices.

Un abrazo "De corazón a corazón". Ricardo.

[Cecill Scott.]

Querido Xavier

 

Yo diría…como fue en el principio, en donde el hombre creía en el hombre,

 en donde teníamos la benevolencia del Dios de los cielos y la creación que

nos dotó con cualidades luminosas, seres especiales, etéreos y, en nuestra

porfía por querer conquistar al mundo y al hombre, fuimos destinados

y condenados a vagar errantes por la tierra, a sufrir los embates de ella,

a sentir el sufrimiento, a padecer por amor y a contraer enfermedades

 que nos alejan de toda virtud.

Aunque parezca increíble, aún quedan seres humanos que poseen la

 luminosidad en su ser, personas especiales que se aíslan del mundo para

que el propio mundo no los dañe. El hombre es egoísta y no puede ver o

sentir a otro ser que sea superior a él y me refiero en el sentido de la pureza

de alma y corazón. Aún existen personas que creen en el hombre, en el mundo

y que éste puede ser salvado y retornar a un mundo civilizado y socializado.

Ha sido un placer leer tu trabajo.

¡Felicitaciones!

Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.

 

Cecill Scott.

[José Rueda Ardila]

EXCELENTES REFLEXIONES SOBRE UNA REALIDAD QUE ASOMBRA, GRACIAS XAVIER POR COMPARTIR ESOS SENTIMIENTOS.

[MARIO ROLANDO VIDES ALVARADO]

BENDICIONES, XAVIER, MARIOVIDES.

[Carmen Amaralis Vega Olivencia]

Xavier, excelente, me parece ver  o leer lo que diría un extraterrestre, un poeta, una criatura diferente al ser humano común o corriente. Muchas veces me he sentido así ,amigo, un abrazo místico, pero de carde virtual, Amaralis

[MA. ADIELA LONDOÑO DE COPETE]

XAVIER QUE BELLA PROSA

FUE UN GUSTO LEERTE.

[Norma Cecilia Acosta Manzanares]