Apocalipsis II

[Carmen Amaralis Vega Olivencia]

Apocalipsis II

Y me tocó meditar en la Semana Santa, y vi que era bueno. Es bueno recordar que somos vulnerables y necesitamos recordar la pasión de un hombre que supo entregar su vida para mostrarnos el camino de la luz. Un hombre que supo perdonarnos para enseñarnos a perdonar. Un hombre que ayunó para enseñarnos a purificarnos con el ayuno.

Y me tocó reconocer la belleza de esta Santa Semana, llamada así  pues es el recuerdo de una parte de la historia de la humanidad donde se registraron hechos que transformaron la conducta humana. La historia de un hombre, al que llamamos hijo de Dios en la Tierra, que nos enseñó a dar  comida al hambriento, vestir al desnudo, visitar a los enfermos, dar posada al que no tenga donde vivir.

Una semana donde hacemos votos de desprendernos del egoísmo, porque solamente así ganaremos la recompensa de la salvación eterna.

Y lloro al reconocerme débil, al reconocer cuán difícil se me hace perdonar, desprenderme de lo material acumulado. Porque es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja  que un rico entre al reino de Dios.  Solo los santos abandonan el confort y dedican su vida ayudando  a los más necesitados.

Le pido a Jesús, mi Señor me enseñe con su ejemplo a ser humilde y generosa, y me conmueva para  saber  reconocer el momento en que debo dar en lugar de recibir.

Y os digo que: - nadie en la tierra ni en el cielo es digno de romper los siete sellos que revelen el lugar sagrado de la esperanza.

Que su sacrificio no haya sido en vano. Amen

Carmen Amaralis Vega Olivencia

[Carmen Amaralis Vega Olivencia]

Cierto Cécill, como tu dices, muy cierto, un abrazo consolador, Amaralis

[Cecill Scott.]

Querida Carmen Amaralis.

 

Es tan difícil seguir los caminos de Jesús.

Aún, después de siglos de su muerte, es

incomprensible para la mente humana,

aquel hecho que transformó la historia

en un antes y un después.

Miedos, inseguridades, tráfico de influencia,

hipocresía, maldad, ambición, beligerancia

y etc, etc, etc, esos fueron algunos de los motivos que

esgrimieron, en su razón, los asesinos de Jesús.

Mucha, pero mucha meditación abre el corazón

hacia las enseñanzas de Jesús, de esa forma

se puede seguir su huella.

Su muerte jamás será en vano.

Me encantó tu escrito.

¡Felicitaciones!

Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.

 

Cecill Scott.