AYER LE DIJO A MAÑANA, ES HOY... NO OLVIDES LO EFÍMERO QUE SOY

[Jaime Ignacio Jaramillo Corrales]

AYER LE DIJO A MAÑANA, ES HOY... NO OLVIDES LO EFÍMERO QUE SOY

Haciendo ahora el ejercicio del dolor, en forma tranquila y procurando permitirle a mi conciencia que sea la protagonista y no la mente, estoy abordando conclusiones nuevas, adobadas por sentimientos que emergen por primera vez en mi escena. Realmente los seres 'humanos' somos impredecibles e indescriptibles; cuando tenemos a nuestro alcance aquello que nos proporciona o puede llegar a permitírnosla, la felicidad, contando para ello en primer término con nuestros seres queridos, pareciera que nos jactamos de cierto hartazgo y todo lo aplazamos, como si sobre este suelo fuéramos eternos. No, y como precisamente está escrito en el Libro De Las Profecías: "... ¡No te jactes del día de mañana!" Pero somos expertos en aplazar lo más importante, como por ejemplo decirle a nuestros seres amados, a esa bella y denodada madre, al padre ejemplar o simplemente al padre, al hermano, al familiar sin importar que tan cercano sea, a la esposa, al esposo, a la prometida o el prometido, a la amiga y al amigo, cuánto los amamos, demostrándoselos con esa tierna y amable palabra, con una simple caricia que no tiene que ser necesariamente apasionada; pero no, seguimos esperando a mañana, y no hay que esperar tanto porque algunos minutos pueden ser demasiado lejanos y tardíos... ¡Se nos esfuma en forma veloz, bastando algunos segundos, aquella o aquel a quien siempre le aplazamos lo que teníamos que decirle o tal vez darle! Quedamos entonces siempre en deuda y luego vienen los pesares acompañados del implacable remordimiento, que es en síntesis la pena misma. Si estuviésemos al día y en paz, primero que todo con nosotros mismos, luego con todos los demás, que en orden de prioridades son igual de importantes, no tendríamos que hacer penosos duelos. ¿Por qué?... ¡Simple y llanamente porque la conciencia no tendría en ningún momento señalamientos para hacernos, y, tanto el que parte como quien debe seguir permaneciendo, por aquello de los turnos y no propiamente el azar, podríamos disfrutar de la ¡PAZ INEFABLE QUE SOBREPASA TODO ENTENDIMIENTO, QUE ES TENER A DIOS EN NUESTROS CORAZONES!...
VALGA ENTONCES ESTE MOMENTO PARA DECIROS, FAMILIA ENTERA, AMIGOS, AQUELLOS CON QUIENES SIMPLE Y LLANAMENTE ME CONOZCO, E INCLUSO A QUIENES TODAVÍA NO HE CONOCIDO, QUE... ¡LES AMO MUCHO,PERO MUCHO ES MUCHO, LES AMO!

Jaime Ignacio Jaramillo Corrales
Condorandino

[Jaime Ignacio Jaramillo Corrales]

Gracias, insigne poeta, Elias Antonio Almada, por tu presencia en mis letras. Me honra con su Destacado.

Un saludo y fraternal abrazo desde Aragón en España.

Condorandino

[Elias Antonio Almada]