Una vez más la noche se congela y Adela ha mordido su labio inferior, y la única neurona libre de laborar se halla sujeta a una locura fantasiosa y no hace más que acariciar su cuello, entre perlas solitarias que adornaran el desván, donde se adormecen y otras veces emergen esos silenciosos tormentos de la exhaustiva búsqueda, a la que cualquier mortal se entregaría invadido por la desquiciada y solitaria desesperación, Adela toca su pecho estéril, y su amante sin rostro aparece en la hosca y congelada oscuridad, mientras juega a no ser ella y descubrirse entre lo que desconoce de si mima, las ventanas se han hecho pequeñas y el principio sabe a final como si no existiese diferencia alguna o entre la conjugación del tiempo y de los espacios que no terminamos de ocupar, Adela se fue , Adela ha huido por un segundo extinto , que ¿a donde ha ido? Ella también se lo pregunta y en la danza que ofrenda el humo que se desprende de su cigarrillo, se revela aferrada, como si por primera vez pudiese cabalgar entre las figuras amorfas que se desprenden de su boca, en el ojo de huracán dicen que vive la absoluta serenidad, tal vez Adela este allí, no hizo falta una herida, o una decepción o un idilio infundado , que la trasplantase allí, tal vez se traslada se transforma y transgrede, una extensión a su delicado brazo le hace detallar su mano sin detalles, es como gesto obligatorio de su feminidad que le hace romper la estática corporal, doblando un poco su extremidad izquierda su estadía por una ruta metafórica y quiméricamente efímera descansa sobre un pilar sereno mientras el humo disipa entre el viento de la noche constelada que arropa su extraño anhelo, ese anhelo sin categorización sin convicción y sin presagios, su pecho parecen ascender entre el suspiro que desprende su ultima cabalgata por no sé donde, entre sus dedos su cabellera perfecta y en un minuto su rostro acobijado por la palma de sus manos aun sin detallar , acaricia su memoria y al suelo el filtro que guarda los gritos silenciosos de la detención que la hecho viajar , entre nubes de nicotina , ella no sabe de dónde viene ni a donde va , Adela apropia su falda y su zapato condena los gritos de aquel filtro que esconde sus secretos, una caricia extensa y extraña por lo absoluto de el borde de sus labios y los vagones la abandonan en la parada de su verdadera existencia …….
yenireé angelica mendez
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Comentario
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
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