CACHOS EN CARNAVAL (HUMOR. ANECDOTA)

[LCDA. MIRNA LOPEZ BAEZ]

CACHOS EN CARNAVAL (HUMOR. ANECDOTA)

 

Carlos y Lucrecia, era un matrimonio con 20 años ya acuestas, Carlos estaba perdiendo el gusto por su mujer que aun con 40 años se veía muy bien. Y cuando ella lo buscaba el le contestaba :

_ Mija tengo 20 años con el mismo hueso ya estoy cansado de rullirlo”

Lucrecia era de Cartagena y como toda costeña tenia un cuerpo bonito con un trasero firme y pronunciado, su busto? … bueno se veían muy bien debajo de la ropa, no sabemos la realidad de éste, su vientre era plano, solo habían tenido un hijo y vaya hijo el que tuvieron, era candanga con burrundanga, nadie lo soportaba ni las novias que buscaba Carlos por su lado tenia un poquito de panza, él era venezolano, de allí de donde se mueren chiquitos si naces pendejos, (de Maracaibo), no perdió el sonsonete maracucho, ni lo jodido tampoco, pero físicamente no estaba mal, pero Lucrecia lo rechazaba, decían que era la menopausia que la estaba atacando y el pobre Carlos pasando hambre de amores.

            Para las fiestas de carnaval deciden ir a Cartagena y agarran su carrito y se van decía en el vidrio de atrás “de Maracaibo pa’ Cartagena city” y llegaron donde una hermana de Lucrecia que era viuda y tenia una hija. Los primos cayeron como anillo al dedo, horribles y desmollejados los dos, no podían negar que eran familia.

            La hermana de Lucrecia (Juanita) le dice de las fiestas de carnaval y salen a comprar disfraces, pero cada uno por su lado , nadie sabia de que iba a ir disfrazado el otro, pero los chiquillos, que ya no eran tan chiquillos indagaron y fraguaron un plan para reírse un rato.

            Lucrecia recibió una nota en un café del boulevard y ésta le gusto y la guardo, Carlos también recibió una nota de una mujer invitándolo al carnaval y éste ni corto ni perezoso acepto, ya que Lucrecia no sentía ni quería nada con él, lo mejor era aprovechar la cuestión y echar una canita al aire.

El domingo de carnaval se junto Carlos con su amiga incógnita. mientras que Lucrecia buscaba con afán al disfraz de arlequín. Se le acerco y le dijo la frase que habían acordado en la nota y el la toma de la cintura y dijo a bailar con ella por mas de una hora. El arlequín bailaba de maravillas. Por su parte Carlos busco un disfraz de negrita guapachosa y la encontró, bailo con ella y al final terminaron en un hotel, los carajos no hablaban mucho con las parejas que consiguieron, pero actuaban ya les digo que ni jóvenes  habían relinchado tanto haciendo el amor como lo estaban haciendo ahora, creo que Cartagena no solo se entero de esos amoríos sino que hasta Bogotá llegaron los gritos de Lucrecia y las rebusnadas del Carlos, porque parecía burro rebusnando llegaron hasta la frontera con Ecuador.

Cuando se dieron cuenta ya era de madrugada e iba a amanecer  y cada uno salió corriendo a su casa para no ser descubierto, se metieron sigilosamente en la cama sin hacer ruido ni moverse mucho y en las mente de ellos solo estaba aquel momento que habían vivido en esa aventura. Lucrecia suspira todavía y decía que no había un carajo mejor que ese arlequín que iba a dejar a Carlos y buscaría ese hombre por toda Cartagena y Carlos por su parte decía que la negrita guapachosa, tenia sabor caribeño, como nadie y que iba a dejar a Lucrecia en Cartagena y se llevaba a la negrita a Maracaibo ¿qué tal?

Al despertar a media mañana, con la luz del día ve Lucrecia a su marido todo lleno de betún negro y Carlos se miraba y miraba a Lucrecia con lamparones de betún y aun con la piel negrita, mientras el traje de arlequín y la falda de la negrita guapachosa están en la silla de la habitación.

[RAMIRO DE LA ESPRIELLA ARRIETA]

carajo, que vaina de buena.

[Carlos Oráa]

El amor es ilusión... y la renovación constante para no caer en la rutina. He conocido casos -y son muchos- en que dos seres que se casaron por amor, han jugado tan diferentes roles en sus matrimonio, que han sabido convertir sus vidas en un carnaval constante. ...pero siempre al final, es la mujer la que lleva los pantalones en la casa. Já, já, já, já.

[Antonio Escobar Mendivez]

Hermosa y jocosa narración de cuernos y danzas.

Muy entretenido de principio a fin.

Besos

[Rafael Merida Cruz-Lascano]

Es un placer dejar contancia de mi paso por tus letras. Un hermoso cuento corto.

Rafael.-

[Vicente Antonio Vásquez Bonilla]

Querida Mirna: Buen cuento, pero puedes mejorarlo, vendes el final desde que deciden jugarles la broma. Para el lector ya no hay sorpresa. Besos, Chente.

[marco gonzalez]

Eres buena amiga con las eltras te felcito de nuevo