Canoero del Cielo.
A siete años de tu brusca partida
memoro tus inquietas travesías.
Ya sé que de noche te apareces
dejando tu canoa en una nube.
Y me aprietas las manos
de polvo de estrellas imantadas.
Luminosa y oscilante
Saturno era la tuya
en estas heredades
donde preparabas tu destierro
y soñabas con el río que hoy navegas.
Hoy sé cómo encontrarte en tu rutina
y compartir momentos de ternura.
Seda y luz mi corazón ardiente
envía rayos de luz para atraparte.
Y te vas para volver de madrugada
a proveer de Paz y de Armonía.
Y jugamos dominó de los recuerdos
hasta que dormito en tus caricias.
Hoy puedo recordarte sin apuro.
Ya sé que me esperas en la barca
donde navegaré hasta el infinito
y de tu mano llegaré exultante
para agregarme
a los ángeles cantores.
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