Carta a una Inmigrante.

[Jesus Quintana Aguilarte]

NO HAY FECHAS SIN MÁRTIRES.

Condena a que miles de ángeles perezcan cada noche en un conato silencioso.

Observa como la riqueza enaltece y encumbra en los símbolos amarillos del apocamiento. ¿Cuántos 11 de septiembre faltarán? Piensa en las cifras rojas de las victimas multilaterales que se menoscaban con los pomposos encabezamientos de artículos destacados en las primeras planas. Duélanse todos los 6 de agosto todos los 28 de julio todos los primero de septiembre… ¡Cualquier fecha guarda su desastre! Y no podremos evitarlo mientras el anticristo siga llegando a ellos con dinero, con alcohol, con lavado de cerebros.

Ahora ha llegado la etapa del exterminio étnico, si piensas que en la mente de este tipo de líder se asienta el cumplimiento del deber, eres de los que han sufrido una lobotomía y has dejado de ser tú.

Hombres lapidan la última hora. De sus bolsillos surgen quejas que desfalcan la timidez del silencio nominal e instituido, cuando el sol les abusa y cuelgan los débiles ojos a la altura de sus zapatos. Las arterias del polvo son enemigas que apocan los pabellones desabrochados del viento sutil en los días en que el cielo es de roca.

Necesitamos volver la vista a las cumbres aunque la objetividad nos tenga de hinojos sobre la tierra y el cielo se desflore de dioses, violado por los fálicos cohetes de nuestro ingenio, o la ignominiosa traición de nuestros mejores hermanos, esos que el alcohol y las promesas de los descerebrados le llegaron al alma haciéndolos abandonar las prerrogativas sagradas de un padre amoroso y abrazar causas de odio y sufrimiento.

Manos anónimas estrangulan la belleza cuando la sinceridad nos desnuda; porque la consciencia libera los versos y ese fulgor transfigura lo justo en irreverencia. Sublime la voz que maldice la injusticia, sin dobleces, el hambre sin esperanzas y ese miedo al amor —tan doloroso—. No me hablen del olvido y su inmundicia.

Quiero escuchar de las réplicas de los golpes devueltos de escalar nubes —sin temor a los abismos, de evitar con fuerza que vendan nuestros recursos y lo tapen con un muro de odio hacia la raza humana, creían que al anticristo era OBAMA, porque era negro, pues prepárense para el rubio de ojos azules que se cree mejor que su propia progenitora.

Muchas veces, tal como hicieron otros antes, me he preguntado: ¿a qué sigilosa poesía nos conducen los números? Y en mis inicios de poeta alguna vez concluí: a la métrica, las estrofas, la prosodia, la armonía de los períodos trocaicos, dactílicos o anapésticos. Porque los números arman la coreografía con que danza el alma –pensé. Aristóteles objetó los razonamientos que sobre la virtud hiciera Pitágoras.

En *La gran moral* lo dijo claramente: “El primero que se propuso estudiar la virtud fue Pitágoras, pero no pudo lograr su propósito, porque queriendo referir las virtudes a los números, no creó con esto una teoría especial de las virtudes; pues la justicia, dígase lo que se quiera, no es un número exactamente igual, un número cuadrado, “porque existen casos como el de hoy 11/9/2016 en que las virtudes que se votaron son las carentes, las misóginas, las virtudes del odio y el racismo y si este no es el escenario de llegada del anticristo es porque ya estamos muertos.

No crean ni por un segundo que esto es nuevo, la historia se repite y no retóricamente, ahí está,

Antes de abandonar Múnich, Hitler y Chamberlain firmaron un documento en el que declaraban su deseo de garantizar la paz mediante la consulta y el diálogo. Daladier y Chamberlain fueron bienvenidos en París y Londres por multitudes eufóricas que les saludaban como salvadores de la paz. Chamberlain proclamó que traía "la paz con honor, la paz de nuestro tiempo". La realidad pronto mostró a lo que había llevado la política de apaciguamiento de Chamberlain, en marzo de 1939, Hitler invadió lo que quedaba del inerme estado checoslovaco.

Los acuerdos de Múnich se convirtieron en el símbolo de la inutilidad de los esfuerzos por apaciguar a estados totalitarios expansionistas y al final todos perdimos seres queridos, todos los latinos debemos recordar la bota militar en nuestras calles, ya ha ocurrido y volverá a ocurrir.

Señores que me leen, ha llegado el Anticristo y todos sufriremos sus consecuencias, recuerden, padres contra hijos, hermanos contra hermanos y en el centro el rubio alto con los ojos azules.

Gracias y que Dios nos perdone.

[Jesus Quintana Aguilarte]

Muchas gracias Elias por tus palabras de apoyo.

[Elias Antonio Almada]

buen trabajo

[Jesus Quintana Aguilarte]

Bethzaida lo bueno es que existen mucho hombres y mujeres de buena voluntad que ya sabemos de su existencia y estamos listos para empuñar contra el monstruo la palabra sagrada de Dios, gracias por tus palabras.

[Bethzaida Montilla Aparicio]

   Mi amigo Jesus Quintana, lo lei varias veces, con cuidado para no perderme de nada, y solo puedo decirle sin aliento que me he quedado con un susto en el corazón. que Dios nos haya de agarrar confesados.