COMPAÑERO.

[Mirta Iglesias Dávila]

Los dioses mutilados
han seducido todo.
El hierofante,
a las puertas del Templo,
con su pensamiento unido al mío
en fuegos jubilosos,
con suprema ternura,
ha revelado
el fin mas secreto de la vida.
Largo aprendizaje
de la verdadera sabiduría,
de la excelsa grandeza,
hermoso exceso
de la inteligencia serena
y la perfecta honradez.
Heroísmo...abnegación
ennobleciendo la pasión
del mas inocente de los hombres,
ocupado de ensueños,
ciego a las intrigas,
sordo a las calumnias.
Dulce dialecto
de extrañas pasiones del espíritu
y el advenimiento,
arrebatador y sutil,
de los últimos pensamientos.
Mi dicha distante,
las causas secretas de esa felicidad,
aquella calma propicia
y los efectos mas bellos del amor.
La imágen mas lúcida
y completa de esa dicha
brillan en la cima más alta
de las cumbres de mi vida.
Escandalosa felicidad,
raramente perfecta,
extraña felicidad
de alegrías tan precarias,
nI él ni yo fuimos sensatos
materia mágica
abandonada a ese vértigo,
con el calor y peso de su cuerpo
brillando en extraños fuego,
yo no existiré ya,
él estará solo,
y los gusanos pulularán
en el cadáver de nuestras victorias.

[Mirta Iglesias Dávila]

Gracias Antonio, es una historia fuerte de amor personal y colectiva; durante la dictadura militar y el terrorismo de Estado en Argentina, estas historias eran demasiado frecuentes, lamentablemente.
Lo que quedó de mi generación es naufragio, pero con coherencia.
Mirta.

[Antonio Cristobal Pourrere]

Te digo que es un fuerte retrato de amor por alguien que llenó ampliamente el hueco de una vida. No sé si es personal lo que has escrito, sí puedo decir que es muy bello que a aquel que nos acompaña o nos acompañó lo recreen de esta forma. Mis felicitaciones. Un abrazo. Antonio.