Titulé este cuento: Suerte de vida, para algunos sonará como que me gané la lotería, pues es así, aquí les narro mi cuento y la suerte de tener abuelos, la suerte de mi vida…
Había una vez una niña llamada Luisana, que no tuvo la suerte de tener a sus padres biológicos juntos, pero gracias a Dios, un día cualquiera, ellos decidieron llevarla a vivir con sus abuelos, la niña contaba con la edad de dos años y dejaba de esta forma, la vida junto a padres y hermanos, por razones que sólo Dios entiende, ya que a su corta edad las explicaciones dadas, sólo lograban trasportarla a un sinfín de confusiones. A esa edad comenzó a convivir con sus abuelos, quienes se encargaron de educarla y enseñarle los grandes valores de la vida: honestidad, compromiso, perdón, responsabilidad, libertad, protección, humildad, servicio y tolerancia, para aceptar las cosas que no se pueden cambiar.
Cumplidos los 6 años de edad, su abuela la llevó por primera vez al pre- escolar, una nueva experiencia de vida, ella era la mas alta del salón de clases, al punto tal, que ayudaba a la maestra a corretear a los demás compañeros de clases, los cuales, aunque un poco más inmaduros, representaban la amistad incondicional, complicidad típica de esa edad y un mundo de diversión que ella desconocía, por no haber contado con la presencia de sus hermanos. Era la adoración de su maestra, siempre la trataban con mucho cariño, y Luisana, a pesar de no contar con la presencia de sus padres y hermanos, siempre lucía alegre, feliz, mostrando a todos su gran corazón. Todas las personas que llegó a conocer, le correspondían con un cariño extremo.
A medida que pasaban los años, Luisana crecía y crecían también las responsabilidades, sobre todo en sus estudios, y hacia aquellas personas que se habían convertido en sus padres y representaban su gran apoyo.
Luisana continuaba su vida, de vez en cuando se preguntaba – Qué sería de su madre -, ésta nunca mostraba atención hacia ella, por otra parte, su papá, aparecía de vez en cuando, como esos personajes de teatro, sube el telón y allí está, baja el telón, ya no está, además, que la obra no se presentaba con la frecuencia que ella deseaba, pero esto no era motivo de tristeza, sino de impulso y superación.
Llegó la secundaria, la cual descrita en una sola frase sería “Súper”, un ambiente diferente, donde se percibían caras nuevas, pero muchos de esos rostros eran conocidos para Luisana, habían llegado hasta la secundaria, en un mismo recorrido. Congeniaba muy bien en el grupo, no mostraba rasgos de falta de cariño, al contrario, sus abuelos habían hecho de ella, un mar de cariño, era una gran persona.
La secundaria fue para Luisana, una de las mejores épocas de su vida, contaba con grandes amigos, los cuales siempre permanecían con ella, sus profesores eran ejemplos a seguir de disciplina, responsabilidad y constancia, en fin, grandes personas, siempre dispuestos a colaborar con ella, descifrando esas complicadas ramas del saber, haciéndolas comprensibles, para alguien que exploraba una nueva etapa de vida, con nuevos retos por vencer.
Cinco años de secundaria, para Luisana, son sinónimo de grandes recuerdos para contar, de obstáculos vencidos y de nuevas ventanas que se abren y que entran a formar parte de los relatos de su vida. Recuerda con mucho cariño a Peter, ese amigo incondicional, con quien compartió momentos de complicidad, y momentos complicados, por decirlo de alguna manera, sobre todo cuando su abuelo, despachaba a Peter de la sala de estudios, alegando: ¡Aquí se viene a estudiar! ¡No a reírse!, y todos los presentes permanecían en silencio, como señal de respeto hacia la máxima autoridad que se imponía, así estuviese fuera de lugar el alegato presentado. También resaltaban los desplantes de Lorema, ¡Oh Dios!, ¡como olvidar a Lorema!, si cada vez que se presentaba la hora de las labores escolares, había en ella una excusa palpable, para evadir las responsabilidades, y lo peor, detrás de la excusa, venía el ruego sollozante, con la petición, casi imposible de negar, solicitando la colocación de su nombre, en la portada de cada labor realizada. Y ni decir los fines de semana, donde la rumba y la pachanga prevalecían para Lorema, pero su amistad incondicional, y su experiencia de vida, significaban mucho para Luisana, ambas guardaban algo el común, la ausencia de su madre. Lorema había perdido a su madre en una operación médica, y Luisana, representó para ella, ese apoyo incondicional, para suerte de su vida.
¡Otra etapa culminada!, han transcurrido 18 años y Luisana continúa su camino, atrás quedan Peter y Lorema, continúan las vivencias, ahora inicia una etapa Superior en su vida, pues no sólo a logrado que se abra una ventana, sino las puertas de la Casa más alta: La Universidad de Oriente y por la gracia de Dios, Luisana, ya no tiene confusiones y permanece acompañada de sus grandes amores: sus abuelos, los cuales siguen representando para ella, la suerte de su vida.
Este cuento continuará…
Comentario
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
########
© 2024 Creada por MilagrosHdzChiliberti-PresidSVAI. Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de SOCIEDAD VENEZOLANA DE ARTE INTERNACIONAL para agregar comentarios!
Únete a SOCIEDAD VENEZOLANA DE ARTE INTERNACIONAL