cuando era niño,
desperté de un sueño longevo,
las puertas con seguro
y una ventana a ciegas,
en las paredes moran los cuadros añejos de la melancolía ,
siempre quise ser como un recuerdo pasado
ahí quizá hay un tono de amor y una lagrima sonriente,
allí deben estar las mañanas que nombran blancas,
y el esfuerzo de quererlo saber todo,
como una vasija en la intemperie…

el recuerdo más profundo que tengo es una metáfora,
un sueño constante en el tiempo y una idea hipérbole ,
de niño un día desperté con alas en la espalda,
y por la ventana se oían niños en el viento
jugueteando con la ramas de los árboles ,
entendí ,sino pasaba el umbral de la ventana ciega
nunca mi sueño volaría conmigo,
¡y volé,
volé
volé…!
de niño siempre quise ser como superman
y burlarme de las lanzas y de los cuchillos,
¡y volar!

El tiempo ha colocado bases, ha dejado una barrera para olas
Con el color de la melancolía,
de allí nadie nunca pasó,
se crea un vacío espacioso donde se almacenan momentos lejanos,
fríos, distantes, muertos, tristes…

he perdido parte, he buscado en un pozo alcohólico,
nada nunca me regresa,
todo me hace resguardar en las barreras que el tiempo acomoda,
hay algo que acongoja flotando en el espacio,
como un sentimiento familiar en un almuerzo,
moviendo estrechos, curando drenajes,
quizá he avanzado tanto que mis recuerdos se quiebran en el piso,
he de tener el corazón de un anciano olvidado,
de un árbol sin respeto o del espíritu de una mascota en la infancia,
he de parecerme al tiempo…

De niño un día desperté ajeno, forastero, libre…
en mi corazón las estrellas eran el camino
de vivir en paz en mí mismo,
los brazos de las aureolas sujetaban mi cuerpo
desde la cabecera de mi cama, era prófugo
un baluarte pisando carreteras solitarias,
compitiendo con el viento por el polvo,
así de foráneo a la quietud y preso de los impulsos fui…